>>Mike narra<<
-La verdad es que tocas bien el piano- le dije, con sinceridad. Hará muchas cosas estúpidas, será un psicópata que asesina y acaba manchado de sangre de sus víctimas, pero tocaba bien. Había acabado ya de estudiar. Puto examen teórico de conducción. Le di las gracias por haber tocado, realmente me había ayudado con su musica. Cuando acabó, un pregunta pasó por mi mente, una que resolvería muchas dudas:
- Si estuvieras solo en una habitación con niño pequeño, ¿qué harías?- lo miré, con seriedad. Quería... No, necesitaba respuestas, y la iba a obtener. A la pregunta contestó, algo siniestro, lo siguiente: "Buscaría a sus padres y lo ayudaría a... A encontrar su lugar en Fazbear Pizzería". A qué se refería con "su lugar"... Lo dijo algo nervioso, inquieto, ansioso... Y cuando le mencioné el tema, se empezó a reír, como siempre, de manera... loca. Está fatal, definitivamente. Lo llamé mentiroso y siguió a su bola. ¿Qué le hacía tanta gracia? Solo respondió que eran cosas suyas. Y tanto...
-¡Sólo dilo!- le grité, perdiendo los nervios. Se acercó a mí y me llamó idiota, en mi cara. Le repetí por vigésima vez la pregunta, intentando ser lo más firme posible a pesar de que me había metido algo de miedo. Tanto misterio con él no me gustaba. "¿Lo quieres saber?" me miró, y yo asentí, para obtener por su parte la respuesta errónea.
-Ya sabes esa respuesta, ¿no es así Mike? -vale, tenía miedo- Ohhh, ¿qué pasa Mike?¿nervioso?¿incómodo?-preguntó, mirándome con esos fríos ojos que tenía.
-Las dos cosas... ¡Dime qué harías!- grité, encendiendo la grabadora sin que se diera cuenta. "Vamos... Di la verdad, cosa morada..." pensé. Me sonrió. Volvió al piano, como ignorándome. Y si el como... Oh no, él iba a responder a la jodida pregunta costara lo que costara. Le grité por enésima vez que me contestara, y dijo que no podía obligarlo. Claro que podía. Cogí la pistola, le apunté con esta y ni se inmutó. Tan sólo intentó que me calmara. Casi al borde del pánico con este hombre, se lo volví a preguntar.
Se acercó a mi oído y, casi en un susurro, dijo:
-He activado las cámaras de seguridad, no querrás cometer una estupidez, ¿cierto?- mierda. Estaba muy avergonzado. ¿Cómo mis propias cámaras podían hacerme eso? Suspiré derrotado y guardé la pistola. Decidí irme a la sala del guardia, donde trabajo, para echarme una siesta. Me acomodé en la silla y cerré los ojos. Lo normal en una siesta vaya. Una risa psicópata me despertó y caí de la silla. Cuanto lo odio. No me deja ni dormir ya. Empezamos una discusión. Por cada insulto que le soltaba él me decía algo pervertido, lo cual sólo me cabreaba más, cuando de repente escuché a alguien llamarme. Mierda, era el jefe. Me fui corriendo, fuera de la pizzería, a la parte de atrás. Apestaba a bicho muerto, realmente a carne podrida, como en descomposición. Me tapé la nariz y me fijé mejor en el contenedor, de donde parecía proceder aquel olor infernal. Oh dios, unas bolsas de basura parecían tener forma humana. Tenía que ser una broma. De igual forma, les saqué una foto. Nunca se sabe. Decidí que lo mejor era volver adentro, estar allí me resultaba muy incómodo. Nada más entrar vi al jefe y mi cara fue un poema. Vi a Vincent, también, que llegaba de quién sabe dónde, aunque pensándolo mejor, preferiría no saberlo. El jefe empezó a regañarme diciendo que ahora hasta intentaba escapar de él. No, si quiere lo abrazo. Vincent disfrutó de mi regañina demasiado, a decir verdad. Me molestó mucho, aún sabiendo él que me quitarían la paga...>>Vincent narra<<
Me dirigí al piano. Una vez que Mike se fue, decidí que lo mejor era ir a la sala segura. Grave error. Dos trajes. Dos trajes cuya identidad me era demasiado conocida: Golden Freddy y Springtrap. Llevaban allí metidos desde hace mucho tiempo. La sangre que aún se encontraba en la pared vino acompañada de una ráfaga de recuerdos, uno malo y el resto… no. Aquel conejo dorado que siempre me producía escalofríos me trajo a la mente aquel sueño que parecía provenir del mismísimo infierno. En cuanto escuché un ruido metálico supe lo que pasaba. Eché un rápido vistazo al oso y me lo encontré de pie. Esto no podía estar pasando, debía de ser sólo otra de mis estúpidas pesadillas, pero por desgracia, no lo era. Salí de la sala lo más rápido que pude y me encontré al jefe regañando a Mike, de nuevo. Me pregunto... ¿será por dormir en el trabajo, apuntarme con una pistola o por gritar constantemente? Mike se había quedado sin paga igualmente y cuando el jefe se fue, él me miró con toda su ira y me dio un guantazo y, a decir verdad, bien merecido. Yo lo miré y sentí algo extraño. Verlo destrozado sin dinero no me produció el placer al que acostumbro. Me niego a pensar que sea compasión. Decidí callar aquel sentimiento y, además en mi beneficio. Le di dinero para ganarme su confianza, poco a poco lo haría... Y después, lo apuñalaría por la espalda, en los dos sentidos. Ahora me tocaba a mí preguntarle algo.
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FNAF (Mike Schmidt Life Fanfic)
Hayran KurguEsta historia cuenta la vida de Mike Schmidt, un guardia de seguridad donde las desapariciones de niños abundan: Freddy Fazbear Pizza. Tras hacer una peligrosa amistad, su vida cambiará radicalmente para siempre. Personajes de FNAF creados por Scot...