Capítulo 6: En comisaría y sacando a la bestia

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>>Vincent narra<<
 
       Resulta que al día siguiente nos citaron para hacernos unas preguntas que, según Mike, serían sólo de los fantasmas. Sin embargo no podía estar más nervioso. No pisaba una comisaría desde hacía ya un año y dos meses y, seamos sinceros, era culpable y soy reconocible... ¡Soy morado!
   
        Fui a la hora citada con Mike. Por el camino se molestó en preguntar cómo estaba. Intranquilo. Intentaba no hablar demasiado cuando me comentó que iba a ayudar en la investigación. Eso era bueno, sigo con mis planes de manipulación. Al menos dijo que el asesino no dejó huella alguna. Gracias guantes, una vez más me sacáis del aprieto. Hablamos sobre el trabajo, cómo yo ya había encontrado uno nuevo al ser pianista y de cómo "no sería lo mismo sin todos". ¡Vaya que no sería lo mismo! Me libraba de aguantarlos... excepto a Scott, a él lo extrañaría.

      Al llegar nos hicieron sentarnos en unas sillas. Notaba cómo todas las miradas se posaban en mí. Cómo lo odiaba. Ser el centro de atención por mi piel, los comentarios respecto a mis ojos... sólo hice oídos sordos por no matarlos. Me fijé en Scott.
      -¡Scott!- lo llamé cual fangirl. Él sólo contestó con un "hola" no demasiado... animado.

      La sesión de tertulia comenzó. Me faltaba una taza de té para que esto pareciera una reunión de esas a las que asistía con Charlotte para hablar con abogados pijos sobre ideales políticos de mierda. Nos contaron que en la escena del crimen había un pelo, pero que estaba muy quemado como para saber de quién era. ¿Quemado? Como no se me quemara con la plancha mío no es. Nos hicieron dejar una muestra de pelo y nuestra huella dactilar. El jefe se molestó mucho conmigo por preguntar su había que cortar mucho pelo. ¡Maldito idiota! ¡No iba a dejar mi pelo horrible! Mr. Ring Ring no se cortó nada por si "cortaba una llamada". El jefe de Mike casi lo mata por reírse de la broma.

     Al salir de aquel lugar, Mike quiso hablar conmigo a solas. Al ir detrás me contó que él había falsificado un pelo morado que había en el lugar del crimen por aquel quemado. Me sorprendí. ¿Él... quería ayudarme? De seguro era una trampa. Quién en su sano juicio me ayudaría jamás.

     -¿Sabes?- dijo -No me importa lo que hayas hecho... en realidad eres bueno- jaja... -solo que un poco chalado.- JAJA ¿¡Un poco sólo!? -Si quieres, puedes contarme lo que hiciste. Mis labios están sellados.- Esto era definitivamente una trampa.

     -Yo no fui- lo cogí del brazo- tienes que creerme. Tengo muchos enemigos, ¡seguro que quieren culparme!- le dije, lo más serio que pude. Se lo creyó y empezamos a bromear sobre "ponerle los cuernos a Scotty con él". Las risas se acabaron cuando el Señor Amargado llamó a Mike para acabar con su regaño. Mike lo insultó y salió de comisaría con un ojo... morado. Fui hasta donde estaba él e hice algo instintivo: lo llevé a casa para curarlo. ¿¡Por qué mierda hice eso!? Bueno, bueno. No se salía del plan al menos, ¿no? Ganarme su confianza...

     Al llegar se sentó en una silla y cogí un pequeño botiquín con lo básico. Cogí una bolsa esterilizada y le puse hielo.  Lentamente la fui acercando al ojo dañado y me sorprendí de que Mike ni se inmutara.

     -¡Ese tío no tiene agallas!- dijo, rompiendo el pulcro silencio que se cernía sobre la sala. Sonreí natural.

    -Tu sí las tienes- sonrió de vuelta. Al rato retiré la bolsa y me dio las gracias. Le agobiaba tener que ir a trabajar al día siguiente. Le ofrecí quedarse a cenar y se tensó ante la propuesta. Cogí las llaves y ante su mirada las dejé en una cesta pequeña con todas las demás llaves. Suspiró más tranquilo y se disculpó por sus nervios. Realmente lo entendí, después de la última vez era comprensible. Como aún quedaba un rato para una hora razonable a la que cenar empezamos a pensar cosas que hacer. De entre todas las opciones que propusimos, sobre todo él, puedo destacar la de montar en bici. Oh Dios, yo nunca aprendí. Mientras los niños aprendían a montar con sus padres, yo me quedaba en cada, con mi madre, aprendiendo a tocar el piano. Mi madre era... sencillamente genial. Una florecilla vivaz. Mi padre la amaba. Siempre quise un romance como el de ellos, pero el amor es un monstruo caprichoso, y yo... yo soy el mayor capullo que existe. Además, hay una lección que aprendí: amor es igual a debilidad. Si amas, dependes de la persona amada.

     Al final estuvimos tanto tiempo proponiendo actividades que llegó la hora de cenar. Hice sopa, fácil y rápido. Cenamos y decidí poner un tema de conversación de "los míos".

    -Me doy cuenta de algo- dije -no confías en mí. Es obvio el por qué.

    -Eres un sospechoso como todos- ya ya, lo sabía. Si lo hacía... ¿por qué dolía cuando él lo decía? No podía olvidar que Mike era el enemigo aquí. No sé por qué jugaba a las casitas con él, pretendiendo ser... normal. ¡Estar cuerdo! Se disculpó. Hipócrita. No se cómo pude pensar que...

    -Claro, no te disculpes. Después de todo soy el sospechoso número uno de todos... ¡Él loco de Vincent!

    -Vincent... todo el mundo piensa que estás...- no lo dejé acabar

    -Y supongo que TÚ entras dentro de "todo el mundo"

    -Tú también entras ahí. Sabes que estás loco- no contesté. Una sonrisa se formó en mi rostro. La sonrisa pasó a ser una risita. La risita a una carcajada. Una tras otra. Golpeé la mesa con el puño y el individuo sentado en frente de mí abrió los ojos como platos.

    -Tú... ¡sólo eres el héroe que tiene que salvarlos!- grité -y yo... yo soy el monstruo... ¡La Bestia!- sonreí -y tú sabes eso. Piensas que soy un mons-

    -¡Yo no pienso eso de ti!- me interrumpió. -Tú-Tú... eres divertido y agradable... cuando no eres siniestro, que sueles serlo la mayoría del tiempo... pero... no me caes mal a pesar de eso, de veras- me sonrió cálidamente. Ahora el que abrió los ojos como platos fui yo. En serio él... estaba haciendo yo el ridículo después de todo.

     -Creo que eres una gran persona que está destinada a hacer grandes cosas- como descubrirme -y que eres un buen amigo. -se puso rojo y me reí. Me contó cosas sobre el caso. Quizás realmente esta era la mejor opción y estaba haciendo las cosas bien desde el principio. Que confiara en mí era la mejor opción. Lo destrozaría por y desde dentro.

     Me enseñó un arañazo de los fantasmas. De repente se escucharon ruidos desde una habitación del piso y Mike me abrazó por el miedo. Acabamos durmiendo los dos en su casa para estar "más seguros". Cómo se me ocurriría eso... A lo mejor podía matarlo mientras dormía.

FNAF (Mike Schmidt Life Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora