Capítulo 7

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Me desperté de madrugada. Afuera el viento continuaba moviendo todo, era verdaderamente entretenido.
- Estarías siendo egoísta...
Esas palabras volvieron a mi mente y dolieron en mi corazón. Valla... Nunca pensé que llegaría al punto de que esto me doliera. Largue un susupiro trágico y atraje mis sábanas hacia mi lo más que pude tapando mi boca. Estuve así un momento hasta que decidí levantarme, todavía estaba oscuro pero la verdad ya no importaba. Era pleno verano y no tenía nada que hacer. Salí al balcón respirando aire puro y con olor a tierra mojada. Era embriagador y fascinante. Mordi mi labio inferior, de verdad amaba ese olor. Miré el bosque que se enaltecía frente a mi, los árboles eran muy grandes realmente, estaba en el sexto piso y podía ver sus copas tranquilamente al parecer estaban allí hace muchos años. Volví adentro después de meditar un poco y llegando a una conclusión sólo me dije esto: Nada de lo que diga o haga cambiará lo que esta pasando, pero puedo tratar de pasarla bien durante el verano, además mis primos llegarían dentro de poco y así sería mejor.
Mi cabello se agitaba con el viento, lo tenía muy largo y me encantaba.

- Amber quiero que me acompañes a la ciudad hoy. Dijo papá mientras tomaba su café.
- ¡Claro que sí! ¿Sólo los dos? Dijo ella feliz.
- Así es. Quiero que veamos a Maximus, necesitamos ponernos al día personalmente, hasta ahora no le he informado como debe Seguir.
- Yo también iré. Dijo Michael. De verdad estaba más alto y más grande. Era extraño.
- Como quieras pero tu hermana se quedará sola. Dijo papá mirándome algo triste.
- No sería la primera vez. Dije.
- Iré a comprarme ropa. Dijo él.
- Frannsis ven con nosotros a comprar. Dijo Amber.
- No te coles Amber fue mi idea no una invitación. Dijo él frunciendo el ceño.
- Sigues siendo un niño. Le dije sin vacilar ni expresión alguna.
Él me miró indignado y sólo tomo su té retirándose de la mesa.
Mi padre sonrió de lado y tomó su celular para emepezar a hacer llamadas.
- ¿De verdad no quieres venir? Dijo mi hermana clavandome sus ojos cobrisos.
- Esta es la verdad, para otoño recibiré mucha ropa y tengo mucha para este verano, así que no necesito.
- Bueno... Pero podrías acompañarme... -Dijo en tono de súplica haciendo que yo largue un suspiro.
- Hija, tu hermana esta cansada, no se siente bien así que no es bueno que salga ya que debe recuperarse.
Miré a mi padre por un momento mientras él se retiraba de la mesa para hablar por teléfono con alguien. Me pregunto que pensaría si se enterara de que salí de mi casa sola, caminando por la calle, que casi me atropellan y estuve en medio de una multitud aturdida por una explosión de un vehículo de combustible a base de petróleo.
Bajé mi vista a mi taza de té de frutos rojos.
- Te prometo que iremos juntas a la playa antes de que nuestros primos lleguen. Dije Sonriendo levemente.
- Pero llegan mañana. Dijo triste.
- Cierto.- dije abriendo mis ojos.- Lo había olvidado.
- Pero podemos ir con ellos.
- Claro que si. Dije Sonriendo.
- ¡Genial!

Vi marcharse el auto con mi familia a bordo. El sol era el protagonista del día y tras meditar tanto sobre tantas cosas esta vez no sali de mi casa, es decir no salí a la calle, me limité a recorrer por afuera. La picina se estaba autolimpiando, el viento le había dejado muchas hojas adentro. Me fije en el jardín, habían estatuas de Ángeles muy viejas, eso me recordó lo de la placa en el Pilar de entrada, caminé por el lateral de la casa introduciendome al laberinto de libustrines pensando en que... Todo, absolutamente todo parecía antiguo excepto la casa, el diseño del jardín, las estatuillas, el camino empedrado, el portón, y la placa dorada. Antes de Seguir pensando traté de espantar todo de mi cabeza. Sólo me dediqué a Seguir caminando hasta que inevitablemente me topé con la inmensidad del bosque. Nunca me había acercado tanto. Era extraño, los árboles eran gigantescos y hermosos. Miré atenta su interior, ningún árbol apilado uno al lado del otro sino desparramados por todos lados, más al fondo era más tupido. La curiosidad me consumía por completo. Caminé unos pasos adentro, traté de recordar si había alguna restricción acerca de entrar en el bosque y eso me molestó, ¿Por qué tenía la costumbre de limitarme sola? Caminé firme hacia adentro observando, las luces del sol se filtraban entre las ramas de arriba, una brisa movía las hojas y mi cabello también. El sonido de los pájaros y de los árboles agitandose en lo alto más el aire puro era algo inexplicable, nunca había sentido algo igual, no pude evitar sonreír, jamás había estado en contacto directo con la naturaleza, es decir con esta naturaleza tan salvaje. Ese lugar tenía vida propia y mientras más me adentraba el ambiente cambiaba, era como si el bosque cantara su propia canción... Me sentí muy feliz.
Seguí caminando tocando los troncos de los árboles y las enredaderas que los cubrían llenas de flores de colores, en el suelo habían muchas hojas muertas de todos los marrones posibles, me daban ganas de recogerlas. Recordé mi amor por las plantas y que todavía no había colocado nada en el jardín de invierno, podría estar más en contacto con la botánica. Mientras navegaba en un mar de pensamientos, un ruido extraño captó mi atención y me sacó rápidamente de ese mar. De instinto me agache y toqué el suelo con toda la Palma de mi mano, Miré atenta a mi alrededor prestando atención a todo, el ruido era entre arbustos a no más de tres metros de mi, definitivamente alguien estaba ahí, esa idea me inquietó aún más, recordé que estaba sola, no había nadie en casa, nisiquiera las empleadas podían escucharme ni verme, los arbustos se mevieron, ahí en el suelo me preparé para correr, sin embargo no para huir. Los arbustos se movieron más todavía, podía sentir mi corazón latir rápido mientras mis ojos estaban como platos sobre aquella escena. Coloqué mis dos Palmas sobre la tierra, preparándome. El arbusto se sacudió y escuché como algo detrás de él salió corriendo, y yo salí corriendo detrás de ese algo. No podía determinar que era, pero era algo pequeño sentía como corría mientras me adentraba más y más, sentía sus pequeños pasos veloces, me daba gracia, mientras más corría detrás de ese algo, más arbustos y plantas comenzaron a obstaculizar mi camino, la cosa corría a mi izquierda y mientras intentaba seguirle el paso también trataba de visualizar que era y no podía evitar sonreír tras la adrenalina, seguí intentando ver, pero no podía, tenía que evadir raíces y otras plantas, en un momento sentí que la cosa corría delante de mi, no podía ver debido a la cantidad de vegetación que empezaba a aparecer, pero podía sentir sus pasos en la maleza, seguí corriendo con más fuerza, saltando y evadiendo cosas, sentí que se iba, se perdía su rastro así que corrí más fuerte aún, más fuerte, más fuerte, más fuerte, tenía que alcanzarlo, mis ojos se fijaban en los arbustos que se movían debido a eso que corría. Casi lo alcanzo. Tengo que correr mas fuerte. Ya lo tengo. Lo tengo, estaba por alcanzarlo. Ya casi. Ya casi. Ya casi...

FRANNSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora