Salí del cuarto con mi mejor energía, ignoré olímpicamente el ascensor y me fui por el pasillo para bajar las escaleras.
Papá estaba en la antesala de la cocina y mis hermanos ya estaban en casa junto con él.
-¡Frannsis! Dijo Amber al verme tirando su pequeña chaqueta por los aires. Vino rápido para abrazarme con todas sus fuerzas. Me alegré tanto de tenerla, había pasado una eternidad y la había extrañado mucho.
- ¡Hey! Vas a asfixiarme. Le dije mientras ella se separó de mi.
- Tenemos una gran noticia. Dijo mirándome con una sonrisa compradora.
Arquié una ceja con un intento de sonrisa. No serían las explicaciones que esperaba hace tiempo eso de seguro, pero la verdad era que sentía en estos momentos que cualquier cosa que me dijeran no sería algo bueno o por lo menos no lo que quisiera escuchar.
- Suena interesante. Dije dirigiéndole una mirada a mi padre- Nada me vendría mejor en este momento. Dije volviendo mi mirada a mi encantadora hermanita.
- Papá iba a decirnos el día que fuiste al hospital pero no pudo, así que dijo que esperemos a que tu llegaras.
- Oh, es decir que estás feliz solo porque quieres escuchar lo que papá quiere decir, por un momento creí que me querías. Le dije haciéndome la indignada falsamente. Mi hermana lo creyó en su inocencia y comenzó a pedirme disculpas, mientras me abrazaba retractándose por su no error, yo recordé que el día del desmayo papá estaba muy ansioso por contarnos algo, estaba apurado incluso feliz....
- ¿viste lo hermosa que es la casa? Preguntó mi hermana sacandome de mis pensamientos.
- Lo es.
- Yo dormiré en la planta baja, no quiero estar lejos de la cocina. Dijo jugando con mis manos.
- Es una excelente excusa. Le dije mientras la dirigía al living inconscientemente.
Una vez sentados los cuatro miré a mi padre y le pedí que nos contara.
- Creo que sería mejor que se los cuente en la cena, ahora quiero que me digas si ya escogiste tu habitación.
- Así es, la de la última planta, es una suite hermosa. Dije pasando mis manos entre mi cabello.
- Nosotros elegimos en la planta baja, porqué tan lejos.
- Mmmm.... Me gusta la privacidad. Dije estirando mi brazo para abrir mis dedos y mirar mis uñas.- Después de todo- continué - Es nuestra casa ¿no?-lo miré fulminante.
Papá medio sonrió y se apoyó con sus codos en sus rodillas.
- Por supuesto, me alegro que ya todos hayan elegido su cuarto enseguida le pediré al personal que suba tus cosas a la suite. Dijo levantándose.
- Algo más. Dije antes de que se fuera.- No se donde tienes planeado poner la biblioteca, pero quiero que la sección de libros que yo leía la suban también.
- Claro, como quieras. Dijo escapándose finalmente. Creo que ni escuchó lo que le dije era más importante escapar de mis interrogatorios.
Él sabía bien que yo no estaba conforme con todo eso, sabia que yo nunca lo estuve y que jamás reaccionaría agradablemente hasta que no me dijeran porqué estábamos en ese lugar. Amber lo siguió hablándole y rápidamente desaparecieron dejándonos con mi hermano en la sala. Estuve recostada con un brazo apoyado sobre el respaldo unos minutos mirando a la nada y luego noté que Michael también estaba vivo. Por unos segundos me di cuenta de algo, estaba más alto y mas delgado, tenía puesta una camiseta negra manga larga y parecía recién bañado, tenía el ceño fruncido y estaba ahogado en sus pensamientos.
- ¿Qué? Dijo al notar que lo miraba. Pero su tono no era agresivo en lo absoluto, era como si estuviese en otro mundo y pidiera disculpas por ello.
- Nada. Dije apenas meneando la cabeza. Él volvió a su pose anterior esta vez frunciendo el labio hacia un costado. No tenía tiempo de alagar a mi hermano, mi emoción volvió cuando pensé que debía decorar el cuarto y que por fin me instalaría, por fin le daría una parada a la mezcla de sensaciones que tuve todos estos días, podría tomar un baño y descansar hasta la cena, me levanté apenas lo recordé y abandoné al puberto.Por la noche todas mis cosas yacían en mi nueva habitación. Ordené que colocaran mi cama contra la pared en la parte del medio, el escritorio con la computadora junto a la ventana al pie de la cama obviamente todo estaba muy separado por la innecesaria cantidad de espacio que tanto amaba, el guardarropa personalizado lo acababan de instalar en el vestidor. Moda al fin.
Cuando terminaron de subir las cajas con libros ordené que las dejaran en la antesala de mi cuarto, ahí donde estaba el ascensor, aprovecharía el espacio. Me sorprendí cuando subieron el diván que antes solía estar en el hall de entrada de mi antigua casa. Cuando lo colocaron en donde estaría mi futura biblioteca me informaron que mi padre lo había ordenado, él personalmente quiso que estuviera allí. Me llené de melancolía en cuanto lo vi . Pensar que aún no entendía que es lo que estaba ocurriendo. Tras un suspiro entré a mi habitación. La noche se veía espléndida, mis ventanas gigantes eran lo máximo, apagué la luz para que el cielo sea el protagonista, la cantidad de espacio hacían mucho mejor la perspectiva. Me mordí el labio, de verdad era espectacular, cuando mire el interruptor para volver a encender la luz me encontré con algo. Un comunicador, sinceramente los odiaba, una pantalla de diez pulgadas, servía para comunicarme con el resto de la casa, más que nada para enviar mensajes al personal, los comunicadores se encontraban en casi todas las habitaciones, pero solo sirven para enviar anotaciones, a la cocina, al hall de entrada para dejar un mensaje en casa antes de salir. En mi otra casa no tenía uno en mi cuarto porque odiaba recibir ordenes o ser molestada, es decir que si alguien quería decirme algo debía tocar mi puerta. En fin, después mandaría a desactivarlo. Prendí la luz y me dirigí al baño. Después de estar una hora en la tina me envolví en una toalla y salí directo al vestidor.
Deslice el dedo índice abriendo el menú en la pantalla del guardarropas, el cartel que apareció decía Hola Frannsis ¿Qué lucirás esta noche?, seleccione un remerón azúl oscuro. Apenas abrí la puerta aparecieron los remerones frente a mi en movimiento ya que la maquina los movió muy rápido para que aparecieran en la puerta, el azúl estaba en el medio y lo tomé desprendiéndolo de la percha mecánica. Cerré la puerta del guardarropas y toqué la pantalla para que se apagara. Recogí mi cabello en una cola alta aunque algunos mechones se escapaban, había más rosado en la parte de mi nuca, en la otra parte del cabello ya casi se había extinguido. Apenas salí del vestidor el pitido agudo pero no molesto sonó al lado mío, había un mensaje de la cocina en el comunicador, rodé mis ojos deseando que ya lo desactivaran. "La cena esta lista". Apenas toqué la pantalla salió el tablero manual para responder. Me sorprendí, se sentía extraño, " ya bajo", envíe.
Llevé mis manos a mi cintura poniendo mis brazos en jarra, respiré hondo, sinceramente no quería bajar, sabía que papá no me respondería y que probablemente terminaríamos peleando, además desde que estuve en el hospital no me sentía muy bien y tenía miedo de sufrir algún tipo de recaída. Pero tenía hambre así que no tuve opción.
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FRANNSIS
Dobrodružné"Eso es lo que pasa cuando naces en una jaula de oro" En un futuro lejano una chica llamada Frannsis Hibson perteneciente a una familia muy poderosa, Los Cahezer, tiene que dejar su vida de lujos para mudarse a un lugar desconocido sin un motivo con...