Escena #8

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Me senté en la ventana desde las 5:30 de la mañana y esperé pacientemente a que Clara llegara al salón donde se encontraba su piano. A las siete menos cuarto su sombra apareció detrás de las cortinas y se sentó en el banquillo frente al piano.
Esta era mi oportunidad, su casa y la mía apenas estaban separadas por unos metros, por lo que no necesitaría apenas levantar la voz para ser escuchado.

–¡Clara!
La femenina silueta brincó en su lugar para luego alejarse de este con rapidez.

–¿Quién es?– gritó asustada.

–No tengas miedo. Soy Harem, tu vecino.
–¿El chico que es sordo?– hice una mueca.

–Ya no soy sordo,me hicieron una cirugía.

–Entonces ¿Ya puedes escuchar?
Vi la sombra acercarse poco a poco a la ventana.

–Si, ya puedo oír y estoy muy feliz porque ahora puedo escuchar el sonido más bello de mundo.

–¿Qué sonido?

–Tu música.

–¿Mi música? –resopló.

–Si, cada vez que tocas yo vengo aquí y me siento a escuchar.

No respondió así que continúe hablando.

–Cuando terminas de tocar me siento vacío, es como si el resto de los sonidos no contaran, me siento sordo otra vez. Es por eso que siempre vengo a escucharte, en tus piezas he encontrado...–aclaré mi garganta para permitirme continuar–un sentido para mi vida.

Un minuto de silencio, que se me antojó eterno, transcurrió antes de que Clara,desde detrás de las cortinas, se decidiera a hablar.

–¿Quieres que seamos amigos?

Aquellas 4 palabras cambiarían nuestras vidas.

Tu SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora