Palabras de un humano.

Un cuerpo sin alma.

Es tan triste, saber que estás rodeada de tantas personas, y sentirte más sola que nunca.

Es muy triste. Incluso esa presión que se siente en el pecho cuando tienes tantas ganas de llorar, duele. Te consume por dentro. Al igual que el vacío, y el sentimiento de soledad.

Ese otro sentimiento de querer tirar la toalla a cada momento. De sentir cómo tus piernas se rinden en el intento de sostener tu cuerpo. Un cuerpo que sólo está vivo por fuera, no por dentro.

Pero la peor parte es cuando sientes que incluso a tus seres queridos, les resultas molesta.
Quizá no sea así, pero es lo único en lo que piensas todos los jodidos días.
En que eres una carga. En que nadie puede soportarte, y en que nadie quiere cerca a alguien como tú.
Desearías desaparecer sin más.

Esa duda que todos los días, justo antes de levantarte de la cama, viene a tu cabeza.
¿Serás capaz de ponerte en pie un día más?
¿O será hoy el día en que finalmente te des por vencida?

Nada de lo que puedas hacer servirá. Estás eternamente condenada a sentir esto, solamente esto. Cualquiera de tus otros sentimientos se verá nublado por esta decadencia. Por esta depresión. Por estas lágrimas. Por este dolor.

Es un bucle interminable del que no vas a poder salir.
Maldito el día en que caíste por accidente aquí.