Palabras de un humano.

Mi mejor y único amigo.

Últimamente, me siento bastante sola.
Pero, tengo alguien... Un buen amigo, que no se separa de mí.
Me está acompañando durante estos días en los que nadie más está conmigo.
Debo admitir que estar con él, a veces es pesado... Pero no puedo quejarme, es el único que ha tomado la decisión de permanecer a mi lado.

Él es alguien un poco peculiar. Unas veces es muy callado, y otras es demasiado difícil hacerlo callar.
Pasa las noches conmigo, y por alguna razón su presencia me obliga a pensar. A quedarme hasta altísimas horas de la madrugada recordando... Arrepintiéndome de todos mis errores, y las decisiones tomadas.
Gente que pensaba tener ya olvidada, vuelve a mi mente. Nombres, momentos, sentimientos...

Él me ha visto llorar más veces que nadie, y de la manera más sincera y desconsolada. Por desgracia, él no puede ayudarme. No tiene tacto para esas cosas, pero es la persona que sabe cómo sacar mis emociones a flote. Las emociones que de verdad cuentan, esas que están tan escondidas que nadie ha sido capaz de ver nunca.

A veces es muy cruel, porque me obliga a pensar. A pensar en cosas que no quiero. Cosas que me hacen daño.
Golpea mi mente con millones de preguntas que me ponen en duda, a mí y a mis sentimientos. Y a la mañana siguiente, tras no haber conseguido cerrar los ojos en toda la noche, soy yo misma quien se tortura pensando en dichas preguntas que surgieron la madrugada anterior. Con el único e inconsciente objetivo de hundirme a mí misma.

Sí, como ya he dicho, él es muy cruel a veces. Pero es el único que me queda.

Mi fiel, único, e inseparable amigo, el insomnio.