Prólogo

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Tormenta

Mamá siempre decía
"La lluvia es la luz de la vida, se deshace de nuestras penas, limpia nuestro corazón y desaparece la suciedad del alma y el mundo."

Estando aquí bajo la tormenta, aún puedo escuchar su voz diciéndome aquellas palabras, puedo recordar como me tomaba de la mano y salíamos a jugar en los charcos. Gritábamos y brincando, siempre juntos, nos liberábamos de los pesares de días pasados.

Ya nunca podríamos volver a hacerlo, ella ya no se encontraba mas aquí...
Y eso era mi culpa.

En este instante podría asegurar que lo había perdido todo. Me había convertido en la suciedad del mundo y solo deseaba que la lluvia me deshiciera y me arrastrara lejos, a un lugar donde no fuera capaz de lastimar a nadie más, un lugar donde pudiera volver a escuchar su voz y sentir sus caricias en mi cabeza o recibir un último abrazo de sus cálidos brazos; una utopía que por lo menos, en este mundo no existía.

Lo había perdido todo, me había quedado completamente solo, sin hogar ni familia, esa era la realidad a la cual regresaba con cada fria gota que a mi rostro golpeaba.

Mi madre había muerto por mi culpa, esa era mi realidad, y no había nada que fuera capaz de hacer para cambiarla.

Nuestros monstruos bajo la lluvia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora