En Beacon Hills las fiestas más famosas son las de Lydia. "La maravillosa fiestas de Lydia". Y como siempre digo que somos tan diferentes la una de la otra... Otra prueba. ODIO LAS FIESTAS!! Sabéis la típica chica sentada en el sofá sola, con cara de asco? Soy yo. Me tomo un café justo antes de la fiesta, aguanto toda la noche despierta observando a estos extraordinarios especímenes y luego, por la mañana agarro una buena olla y les doy los buenos días, a ello y a la resaca!
-Izzy, recuerda que mañana es la fiesta -dice Lydia cuando me acerco a su taquilla.
-Ya...
-Izzy tranquila, puedes invitar a tu novio, Biles? - dice mientras se acerca a mi taquilla junto a mi.
-Stiles.... Y no me digas el nombre de ese imbécil, es...
-Si esque ya te lo he dicho!- dice cortandome.- es un estúpido, deberias búscrate un no...- en ese momento desconecte. Ya no la escuchaba y empezé a dar pequeños golpes de cabeza a la taquilla... ¿Es que nunca se va a callar?
-¿Izzy? - dijo una voz masculina cerca de mi entonces me giré y vi a Lydia mirando con cara de asco hacia el otro lado. Giré la cabeza hacia el otro costado, y vi a Scott y a Stiles mirándome. En ese momento cortarme las venas era una magnífica opción.
Suspiré.
-¿Que queréis?
- Enseñarte ese trabajo sobre lobos que te he dicho.
-Es que soy más de... Coyotes. - enserio Izzy, coyotes? Entonces mire a Scott a los ojos y de repente brillaron con un amarillo un tanto extraño. Abrí los ojos como platos. -pero sabes que? Haré un esfuerzo, los lobos nos son tan malos. - y le hice una señal a Stiles para que le mirara los ojos a su querido amigo licántropo.
- Si mejor que nos vayamos - dice Stiles poniendo a Scott cabizbajo.
-Adios Lyd - digo mientras se me escapa una risa nerviosa. ¿Pero que te pasa? ¿Eres subnormal?
Vamos a irnos cuando suena el timbre. Clase de economía con el entrenador.
-Tio, controla tus ojos- dice Stiles. - búscala.
- Que busque el que?
- A quien, a Allison. -
-Claro, es la mejor idea, que busque a a Allison por todo el instituto y que la gente vea cómo... Cómo le brillan los ojos- lo último lo dije susurrando.
-No literalmente, sino con su super oído de hombre lobo. - dice también susurrando. Nos vamos hacia la clase del entrenador. La verdad es que estaba pensando en Scott. No hice nada de caso.
- Izzy Martin.
-¡¿Que?!
-¿Dónde estás Izzy?
- La verdad es que estaba pensando en como - miró hacia la pizarra y veo como las letras se empiezan a mover hasta formar la frase de "Hoy, por luna llena, todo cambiara". Se me empieza a acelerar el pulso. - lo.. lo siento. -Agarro mi mochila, y salgo corriendo hacia la salida del instituto.
Quiero huir. Necesito salir de ese horrible sitio. El pasillo esta vacío. Intento abrir la puerta para salir pero resulta ser en vano. La puerta esta atascada. Necesito salir. Cierro los ojos intentandome tranquilizar, y pienso en cosas que me gusta. Pienso en la olor a libro nuevo, pienso en el mar, en el bosque, en una lijera brisa marina, pienso en la luvia chocando con el cristal. Entonces vuelvo a pensar en el bosque y recuerdo en la noche en la que me llevo Stiles a mi casa, recuerdo e tacto de la tela del asiento de su Jeep. Recuerdo su olor, el sonido de su risa y siento como poco a poco vuelvo a respirar tranquila. Me doy la vuelta para volver hacia clase, cuando abro los ojos y veo que todo esta oscuro. ES muy extraño es como si fuera el instituto pero de noche. Avanzo por lo pasillos hasta que oigo una débil voz. Esa voz parce de un hombre llorando... pide clemencia. me acerco de donde viene. Cada vez estoy mas cerca de el vestuario de donde viene cuando de repente veo como estampan a un señor contra el cristal de la puerta y poco a poco el señor se va deslizando hacia el suelo, dejando el cristal llenos de sangre. Yo me quedo atónita. Empiezo a corre por todo el pasillo, sin un rumbo fijo, solo huyo. Bajo las escaleras y corro. Veo una puerta abierta y entro sin pensármelo dos veces. Estoy en sala de calderas. Sin poder aguantar un segundo mas las lagrimas empiezan a brotar de mis ojos. Me siento en una esquina de esa sala. y escondo mi cabeza entre mis piernas.
