Hoy ya es viernes, lo que implica que hoy tengo que quedarme más horario en el Instituto gracias a las bellas y entretenidas —notese el sarcasmo— tutorías que tendría que dar.
Esta ya es la segunda semana de tutorías que voy dando, aunque Aaron faltó la vez anterior, espero que esta vez no lo haga, ya que también podría afectarme a mi el que él repruebe la asignatura.
La mañana había pasado bastante tranquila y normal en lo que se refiere a Ryan, sé que él no soporta a Aaron, y que si se llegara a enterar de que ayer llegué al Instituto con él, de seguro enloquecería.
Espero no haber hablado demasiado pronto.
Después de varias clases muy aburridas al fin llegó la hora del almuerzo, tomo mis cosas y sin más, me encamino hacia la cafetería del Instituto.
Ya con mi comida en mano, busco la mesa en la que siempre se encuentran los chicos, hasta que la diviso y llego al lugar.
—Hey, ¿cómo estás? —Ryan me da un corto beso en los labios y yo sonrío a mitad de este.
—Harta de todas estas clases—dije sarcásticamente y con una mala cara, vi como algunas personas de las que se encuentran en mi mesa soltaron una pequeña risa—. ¿Y tú? —pregunté ignorando a los demás.
—En este momento me siento perfecto, tenía muchas ganas de verte—automáticamente una tonta sonrisa de escapa de mis labios sin que yo tenga control alguna de la acción y por verguenza, escondo mi cara en el hueco de su cuello y el me aparta.
—¿Que haces? —me dice riendo de mi acción, eso me hizo quedar aún más roja de lo que ya me encontraba.
Antes de que pudiera decir algo, Ashley, tan estúpida como siempre, habló.
—Y...¿Ya le contaste a Ryan que ayer viniste con...—no pudo terminar porque yo le tiré un puñado de la comida que tenía frente a mi en su cara, necesitaba evitar que hablara y la comida siempre sirve.
Su cara de indignación me dio tanta gracia, estaba a las carcajadas, ella se levantó y se fue junto con Megan algo enojada.
Yo seguía riendo como si se acabara el mundo, hasta que Ryan habló nuevamente, lo que me hizo poner los pelos de punta.
—¿Qué ayer qué? —la expresión de Ryan se notaba enojada.
—Ayer nada—dije recalcando más el «nada».
—Dímelo Mackenzie—parecía una orden más que otra cosa.
—Está bien, pero vamos a otro lugar—dije ya rendida, lo único que espero es que Ryan logré mantener controlada su ira.
Caminamos por el pasillo hasta mi casillero y ahí nos detuvimos.
—Ya dime.
—Ayer me levanté tarde, mi alarma no había sonado y salí prácticamente corriendo de mi casa, luego comenzó a llover muy fuerte y justo Aaron pasó de camino al Instituto y me trajo—dije, claramente evitando decir la parte de que fui a su casa, creo que estoy temblando, espero que Ryan no lo note, si no se daría cuenta muy fácil de que no le estoy contando toda la historia.
ESTÁS LEYENDO
De popular a no popular
Teen FictionMackenzie y Aaron... Ambos con problemas, queriendo ocultar sus verdaderas personalidades La chica popular y el marginado del Instituto... Distintas personalidades, pero que encajan a la perfección. Problemas, dramas, secretos, peleas, engaños, per...