Capítulo 13 - Mejor alejarse.

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Estoy atravesando el pasillo del Instituto que lleva a al salón donde será mi próxima clase, junto a cada pared a lo largo del corredor chicos y chicas me observan, y, en sus rostros solo puedo ver signos de burla

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Estoy atravesando el pasillo del Instituto que lleva a al salón donde será mi próxima clase, junto a cada pared a lo largo del corredor chicos y chicas me observan, y, en sus rostros solo puedo ver signos de burla. Acomodo mis gafas ya que están comenzaron a caer unos milímetros por el puente de mi nariz, y continúo caminando.

Hasta que un chico hace que detenga mis pasos al pararse frente a mi y me quedo inerte en mi lugar, sin saber bien que es lo que está sucediendo.

— Eres tan hermosa Mackenzie —el chico del que no tengo ni siquiera conocimiento de su nombre, pasa su mano por mi mejilla y yo como primer impulso me aparto unos centímetros, hasta que él vuelve a acercarse a mi. Aferro los libros que descansan en mis brazos como acto de nerviosismo ante su acción —. Tus labios son... —y sin darme tiempo a pensar el chico acerca su cara lentamente hasta quedar a unos pocos centímetros de mi rostro, pienso que, al fin, un chico se fijo en mi.

De la nada el chico que al principio me pareció tan guapo y atento, que me hizo sentir ilusionada, comienza a reír de manera desenfrenada justo frente a mi mientras siento como mis mejillas comienzan a arder.

— En serio pensaste que te besaría —dice mientras hace una pausa para luego seguir riendo—. Tan solo mírate, eres asquerosa, no imagino que tipo de chico querría acercarse a ti — esta vez su semblante es tan serio y sus ojos están tan fijos en los míos que siento que voy a explotar, de los nervios, de la furia, y de todas estas cosas que comienzan a surgir efecto en mi.

Quiero gritar, no solo a él, sino a todos los estudiantes que me rodean mientras ríen, que yo soy mejor persona que ellos, que no necesito burlarme de los demás para sentirme mejor, pero nada sale de mi boca, ni una sola palabra es capaz de volar de entre mis labios.

Así que, en consecuencia, solo me quedo ahí, estática a la mitad del corredor, con los estudiantes a mi alrededor riendo sin que nadie les diga nada, hasta que sus figuras comienzan a desvanecerse y ya no escucho sus risas, solo un silencio que me desespera...

Al abrir mis ojos y notar que estoy en mi cama todo rastro de nerviosismo se evapora de mi ser, y es reemplazado por un pequeño malestar dentro de mi, no físico, sino en mi alma, en mis recuerdos, en mi ser.

Recuerdo como todas esas personas se burlaban de mi sin razón aparente, al menos desde mi punto de vista yo jamás les hice nada como para que se portaran así conmigo. 

Yo era la chica rara, la antisocial, la nerd, y todos esos adjetivos con los que también se podría describir a una completa marginal.

Pero, cuando mis padres decidieron que era hora de un cambio, yo decidí que eso también era lo que me hacía falta a mi. 

Así que, junto con la mudanza, apareció una nueva Mackenzie, una quien no se dejaría aplastar por nadie nunca más, una que sería el centro de atención de los chicos, del Instituto, pero también una Mackenzie que no sería la chica popular que menosprecia a los demás, sino alguien que intentaría evitar que esas cosas continuaran sucediendo, al menos en el nuevo Instituto.

De popular a no popularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora