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Capitulo 7

—¡¿DÓNDE MIERDA ESTÁ ZSASZ?! —gritó Cecil.

—Señorita Thawne... —un guardia se acercó corriendo a ella intentando hablarle.

Cecil tiró al suelo todos los objetos que se encontraban en la mesa frente a ella para después empujar toda la mesa con fuerza. Los guardias intercambiaron miradas antes de darse la vuelta saliendo por la puerta dejando a la rubia gritando y lanzando cosas.

Oswald rodó los ojos viendo como la velocista rompía un par de jarrones y maldecía.

—¿Se puede saber por que tienes un berrinche ahora? —preguntó Oswald en el momento que un jarrón cayó a sus pies rompiéndose.

—¡QUIERO SABER DONDE MIERDA ESTÁ VICTOR! —gritó Cecil.

—¿Por qué no lo llamas? —bufó Oswald.

—¡YA LO HICE, VEINTE VECES! —gritó Cecil tirando al suelo una silla.

Las pesadas puertas de la sala se abrieron y Victor entró tranquilamente suspirando al ver todo el lugar destrozado. Miró a su compañera furibunda y después a Oswald sentado en el único mueble intacto.

—Puedo explicarlo —se excusó rápidamente levantando las manos en señal de rendición.

—3 horas, Zsasz —dijo Cecil apuntándole con su dedo—. ¡DESAPARECISTE POR 3 MALDITAS HORAS!

—Y empiezo a lamentarme de no haberme desaparecido un par de horas más —comentó Victor sentándose junto a Oswald.

—¡¿Dónde estabas?! —exclamó la rubia.

—Fui a tomarme un par de tragos —respondió Victor desinteresadamente.

Cecil gruñó sacudiendo la cabeza alejando el impulso de continuar gritando. Respiró profundamente cerrando los puños con fuerza.

—Creo que tengo un plan para deshacernos de las Leyendas —dijo con una sonrisa.

—Es espeluznante la manera en la tiene un ataque de ira y al segundo anda como si nada —murmuró Oswald mirando de reojo a Victor.

—Ni que lo digas —respondió Victor—. ¿Cuál es tu supuesto plan?

—Lo llamo "El método Rathaway" —dijo Cecil moviendo sus manos como si estuviera escribiendo en el aire.

—¿Rathaway? —preguntó Oswald arqueando una ceja.

—¿Qué es un Rathaway? —preguntó Victor.

—Lo llamé así por Hartley Rathaway —respondió Cecil—. Verán, Harley Rathaway adivinó donde quedaba la base de operaciones de Flash calculando a donde corría cada vez que se iba tras salvar el día.

—Bien, ¿y que tiene que ver eso con nosotros? —preguntó Oswald.

—Haremos exactamente lo mismo que él hizo —respondió Cecil—. Victor y yo atacaremos el Banco de Gotham. Ellos, como buenos héroes que son, decidirán ir a detenernos, y tras una pequeña pelea, tu y yo nos iremos.

—¿Y que tengo que ver con todo esto? —preguntó Oswald.

—Tú tendrás un trabajo específico, Oswald —respondió Cecil sonriendo—. Ubicarás a tus hombres en varios puntos de la ciudad, de manera que, cuando las Leyendas se retiren, tus hombres hagan un seguimiento de a donde se dirigen.

—¿Y que ganó yo si lo hago? —preguntó Oswald.

Victor y Cecil intercambiaron miradas dudosas antes de que la rubia soltara una carcajada acercándose a Oswald.