Temporada Dos - Capitulo Dos

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A la mañana siguiente, Clark y Bruce fueron al trabajo juntos. Esto se estaba convirtiendo en algo normal cuando pasaban la noche juntos. Acababan de llegar y fichar cuando la alarma sonó, así que se metieron rápidamente en su equipo y subieron al camión antes de que Clark pudiera pensar mucho.

Fue una mala salida. Una fábrica vieja, abandonada fuera de la ciudad se había incendiado, y el edificio estaba casi completamente envuelto en llamas para cuando llegaron. Al estar abandonada, no estaban preocupados porque hubiera alguien dentro, pero a medida que vertían agua sobre el fuego, las explosiones sacudieron el edificio y todo el mundo fue llamado mientras el humo, negro y cáustico, salía volando del edificio.

—Evacúen la zona y saquen a cualquier civil fuera de aquí —llegó a través de la radio, y los camiones y todo el personal se retiró.

Bruce: ¿Sabemos lo que hay dentro? —preguntó al lado de Clark una vez que todo el mundo estaba a una distancia segura.

Jonh: Podría haber cualquier cosa —respondió el capitán Jones antes de tomar la radio para pedir refuerzos y ayudar a evacuar el área. Lo único que podían hacer era dejar que el edificio ardiera y evitar que el fuego se extendiera. No valía la pena que nadie resultara herido. Los edificios de alrededor fueron rociados para que pudieran permanecer contra el viento y fuera del humo, y después de unas horas, el fuego empezó a consumirse. Cuando llegaron a la estación, todo el mundo estaba sudoroso y apestaba a dios sabe qué.

Clark subió a la zona de las literas, sacó su mochila, y se la llevó a las duchas. Otros chicos estaban haciendo lo mismo. Se metió en una de las duchas y cerró la puerta antes de quitarse la ropa, se dio una ducha rápida, ya que otros querían usarla también, y después de vestirse, limpió la ducha para el siguiente y salió de allí.

La vista que lo recibió prácticamente lo dejó pasmado. Bruce estaba de pie al otro lado de la puerta vestido sólo con unos pantalones de bombero. Estaban sujetos a sus caderas agarrados con sólo un simple tirante. Otros hombres molidos alrededor esperaban su turno, pero Clark no podía apartar los ojos de Bruce. Tenía la enorme necesidad de arrastrarlo hasta la ducha y quitarle esos pantalones sólo para ver lo que había debajo de ellos. Al pene de Clark le gustó la idea también, porque palpitaba y se empalmaba en sus pantalones que ahora resultaban apretados. Maldita sea; el tipo se veía increíble: los brazos fuertes y un pecho grande con abdominales marcados que desaparecían en esos pantalones de bombero, y la forma en que el tirante caía por el pezón de Bruce hacía que Clark deseara alcanzarlo y tocarlo para ver si podía hacer que Bruce se estremeciera. Por supuesto no lo hizo, y en lugar de eso salió de la habitación y dejó que Bruce se aseara, pero la imagen se le quedó grabada. Quizás algún día le pidiera que llevara sus pantalones de bombero a casa. Terminó de vestirse en la zona de las literas mientras otros hombres iban y venían, esperando su turno para ducharse.

Durante ese turno sólo, tuvieron tres avisos más, y pasaron gran parte del día fuera de la estación, tomando un bocado rápido cuando volvían, sólo para ser llamados de nuevo a los pocos minutos. El calor del verano iba en aumento, secando la hierba y los bosques. Al final del turno, Clark tuvo la oportunidad de sentarse y relajarse con una enorme botella de agua fría que sentaba como néctar de dioses. Nadie había tenido la oportunidad de hablar sobre la recaudación de fondos, pero una idea se estaba formando en el fondo de la mente de Clark. Quería correr a decírsela a Bruce, antes de decir nada a nadie. Finalmente, su turno terminó, y Clark condujo hacia la casa de Bruce. No habían hablado de lo que estaba pasando, pero tan pronto como Clark entró en la sala de estar de Bruce, el hombre se abalanzó sobre él.

Bruce: Me quedé pensando en ti en la ducha, completamente enjabonado, y seguía tratando de imaginar cómo podía acercarme a ti —dijo mientras la camisa de Clark era lanzada por encima de su cabeza—. Eres un hombre increíblemente sexy. —Clark notó su cinturón desabrocharse y el botón de sus vaqueros saltar. La mano de Bruce se deslizó por debajo de sus calzoncillos, agarrando su miembro duro y fuerte. Clark soltó un gruñido en la oreja de Bruce mientras una caricia lenta, firme, se deslizaba a lo largo de su pene, acabando en su punta con una presión de su pulgar.

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