El resto de la semana que precedió a la vuelta al trabajo de Bruce fue un torbellino de sexo fabuloso, cenas juntos, veladas delante de la televisión y luego más sexo. Ellos pasaron juntos cada minuto libre de Clark. Lo que fue realmente una sorpresa para aquel, fue el hecho de que, aparte del sexo, el cual era genial, realmente le gustaba estar con Clark y hablar de esto y aquello con él. Hacer las cosas más normales, como ver los partidos de los Dallas Cowboys, tenía un sabor completamente diferente cuando podían hacerlas juntos; sentados en el sofá sin camisa, con Bruce apoyando la cabeza sobre el hombro de Clark. Por supuesto, nunca lograban terminar de ver todo el partido, pero eso no era problema realmente para ellos.
Ahora era el momento de que Bruce volviera a la realidad. Se duchó, se vistió y preparó los medicamentos que debía llevar consigo, listo para ir a trabajar. No veía la hora, pero al mismo tiempo no sabía cómo sería. La experiencia en el hospital le había abierto los ojos sobre muchas cosas. Una parte de él todavía estaba dolida y enojada por el comportamiento de sus compañeros, pero sabía que él también tenía mucho expiar. No sabía aún cómo lo haría, pero era algo que tendría que resolver. La semana pasada con Clark le había hecho comprender qué tan solitaria había sido su vida y ahora quería cambiar las cosas. Cerró la puerta con llave y respiró profundamente, poniendo a prueba sus pulmones, y estuvo feliz al constatar que su tos ahora ya había desaparecido casi por completo.
El viaje hasta la estación no era muy largo, pero Bruce hizo una pausa en el camino, antes de llegar a su destino y aparcar el coche. Subió las escaleras que llevaban a la zona común y se preparó para afrontar lo que le esperase.
Bruce: Buen día, Gordon. ― sonrió al colega más veterano al encontrarse con él en la escalera.
Gordon: Bruce ―saludó mientras continuaba bajando las escaleras―. Bienvenido ―dijo sin demasiado entusiasmo.
Bruce: Gracias ―respondió, fingiendo no notar el tono del otro ―. ¿Cómo está tu hija Barbará? Se está haciendo más grande, apuesto. ―Seis meses antes, Gordon y su esposa habían tenido una niña, un evento que Bruce había prácticamente pasado por alto.
Gordon se detuvo y se dio la vuelta.
Gordon: Está bien. Gatea y ya está tratando de ponerse de pie, pero sin mucho éxito. ―La sombra de una sonrisa se dibujó en el rostro de Gordon, luego el hombre se volvió y siguió su camino. Bruce llegó a la sala y entró, la televisión ya estaba encendida y algunos de los muchachos estaban preparando el desayuno mientras otros charlaban. La conversación se interrumpió tan pronto como Bruce puso los pies en la habitación y la tensión fue palpable. Alguien se negó a mirarlo a la cara.
Bruce: Buenos días ―dijo al pequeño grupo de hombres antes de depositar el paquete que tenía entre las manos sobre el mostrador―. Traje rollos de canela.―Aquellos de la pastelería DC eran los mejores del mundo y nunca faltaban en la estación. Bruce abrió el paquete y sacó la caja, acomodándola sobre la mesa antes de ir a la oficina del capitán.
La puerta estaba abierta, pero Bruce llamó de todos modos.
Bruce: Buenos días, capitán ―dijo, sonriendo. El capitán John Jones le sonrió a su vez he hizo una señal de asentimiento con la cabeza, sin dejar de hablar por teléfono. Seguramente hablarían más tarde y Bruce volvió a la sala común―. ¿Necesitas una mano? ―preguntó a Alfred, el cocinero del grupo. Alfred era bombero desde hacía una vida, había visto de todo y era también un fantástico cocinero.
Alfred lo miró como si fuese un monstruo de tres cabezas; Bruce nunca se había ofrecido para hacerse cargo de la cocina. Su padre siempre le decía que era un trabajo para mujeres, y después de la muerte de su madre, ninguno de los dos, rara vez había comido en casa, excepto cuando habían podido arreglarse con comida precocinada para calentar en el microondas. A Clark, en cambio, le encantaba cocinar y junto a él, Bruce había descubierto que estar en la cocina era divertido.

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FUEGO REDENOR
Fiksi PenggemarEsta historia es una version Clark x Bruce, de una novela que me ha encantado y no podia dejar de imaginarmela desde la perpestiva de estos heroes. Espero y les guste