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Paulo

-¡Paulo!- me sobresalté al escuchar a Cuadrado

-¿Podemos saber en qué tanto piensas?- preguntó Rugani.

-Fácil, en Martina- miré mal a Higuaín- ¿Qué? ¿Acaso miento, cordobés?

-¿Martina? ¿Qué Martina?- preguntó Chiellini y solté un suspiro de frustración.

Puto Pipa.

-Nada que...- Gonzalo me interrumpió.

-No lo quieras ocultar frente a nosotros, te gusta y lo sabes- rodé los ojos y Khedira me dio un codazo.

-Espera un poco... ¿No te gusta Antonella?- preguntó Betancur.

-La pequeña Simonet robó su corazón- le di un manotazo en la cabeza a Gonzalo- ¡Au!

-Deja de decir cualquiera, no me gusta Martina- el soltó una carcajada.

-¿La jugadora de Handball?- preguntó Douglas y Gonzalo asintió efusivamente- ¿Ella no está con Rulli?- me tensé un poco cuando nombró a Gerónimo pero ni yo sabía por qué.

-Sí pero queda mejor con Paulito- Gonzalo me apretó mi mejilla y pegué su mano- ¡Sos un agresivo, guacho!

-Como sea, deja de decir que me gusta Martina- me levanté dispuesto a irme.

-Si no te gusta, ¿por qué te tensas al escuchar el nombre de Rulli?- habló el Pipa y me di vuelta lentamente hacia él.

-Mejor callate la boca y deja de meter la pata como siempre- hasta yo me sorprendí la frialdad con la que lo dije, los demás me miraban incrédulos y en Higuaín sus ojos demostraban que estaba ofendido.

Salí de ahí y fui junto a mi entrenador.

-¿Puedo irme? No me siento bien- éste me miró serio y asintió- Adiós.

Cuando subí al auto, suspiré y me sentí mal por lo que le dije al Pipa.
Me porté como un pendejo de 15. Comencé a manejar y después de unos 20 minutos llegué a mi casa.

-¡Antonella!- grité pero nadie me respondió.

Subí a mi habitación y escuché su voz, la puerta estaba un poco abierta, me asomé para escuchar.

-Tengo que continuar diciendo que amo a Paulo para que la plata llegue mejor- abrí mis ojos sorprendido.

-Por suerte te conseguiste uno bien ingenuo- la ira creció dentro de mi y abrí la puerta de una patada.

Ella gritó y al verme me miró sorprendida.

-Sos una tremenda hija de puta, Antonella- le dije- Esta relación se terminó, te quiero fuera de mi casa ahora.

-Pau..

-Pau, nada, carajo- solté y pegué la pared- ¿Creíste que me ibas a seguir engañando?

-Yo..

-Vos nada, ¡Andate de acá!- grité y volví a pegar la pared.

Salió corriendo y cuando escuché la puerta cerrarse, me senté en la orilla de la cama y dejé que las lágrimas cayeran.

Me vieron la cara de pelotudo una vez más.

Necesitaba hablar con alguien, ninguno de familiares estaba por acá y me había peleado con mi mejor amigo.




Instagram || Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora