Instagram || Paulo Dybala

• 44 •

Martina Simonet

Me desperté por culpa de unos ruidos fuertes provenientes de abajo, me fijé en la hora de mi celular.

8:10 P.M

Con un poco de lentitud me levanté y directo entré a bañarme. Después me cepillé los dientes y me peiné.

Me acerqué al balcón de mi habitación y admire la bella Santorini.

Todavía me costaba olvidar lo de Gerónimo, sinceramente fue algo que me tocó totalmente. Jamás pensé llegar a pasar por algo así, pero pasó.

¿No era más fácil no haber empezado nada?

Escuché como tocaron la puerta y grité un "Pase". Suspiré y seguí con mi vista hacia la bella ciudad.

-¿Mirando a la nada y pensando en todo?- el acento cordobés de la persona me hizo girar la cabeza.

Dybala.

¿Qué hacía él acá?

-¿Y vos?- le pregunté mirándolo sorprendido.

-A mi también me gusta viajar y conocer nuevos lugares- me sonrió, apoyó sus codos en la barandilla y se quedó mirando al frente.

Sonreí e hice lo mismo que él.

Quedamos en un silencio que no era para nada incómodo.

-¿Cómo estás?- me preguntó.

-Bien dentro de todo, ¿vos?- sentí su mirada en mi y lo miré.

-Bien también, es un gusto total por fin conocerte- estiró su mano y la estreché- Paulo Dybala, a sus órdenes- reí.

-Martina Simonet, para servirle- le seguí el juego y él rió- El gusto es mío, y... ¿Sólo vos viniste?- el negó.

-Vino el Pipa también- asentí.

-¿Dónde se quedan?

-Acá- alcé ambas cejas incrédula.

-¿Acá?

-Sí- respondió simple- No te salvas de mi- reímos.

-¿Qué tal en la Juve?

-Excelente, vi que saliste campeona, felicidades- le sonreí.

-Gracias, cordobés.

-De nada, rosarina- reímos.

-Che, ¿y sí bajamos? Por ahí el Pipa se enoja y dice que no lo quiero saludar- él asintió.

-Tenés razón, seguro que se enoja, eh- fuimos hasta la puerta y él la abrió para mi.

Me muero, es un tierno.

-Después de usted, bella señorita- reí.

-Es todo un caballero, querido joven- reímos y salimos de la pieza.

-Con usted, cualquiera sería un caballero, señorita- negué con una sonrisa.

-¿Estás tratando chamuyarme?- le pregunté.

-Puede ser- me guiñó un ojo y me sonrió.

Que linda sonrisa tiene éste pibe.

•
•
•