Cuando uno es niño y sueña con ser ninja se imagina cosas vencer grandes enemigos, viajar por el mundo, ser codiciado para las chicas, ser un héroe para todos entre otras cosas impresionantes ¡Pero nunca le dicen a uno que será niñera! Eso no viene...
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Creditos del fanart a quien corresponda
🌸🌸🌸
—Naruto y Sasuke han salido.
Un salto
—Onii san, nos atacaron…
Otro salto.
—¿Seguro que estás bien?
No, esa era la respuesta. No estaba bien desde que entré a ANBU, no estaba bien desde que empecé a asesinar a gente sin ningún escrúpulo, no estaba bien desde que deje de preocuparme por limpiar a la perfección la escena del crimen y suplí mis intereses a "verificar que los niños tengan suficiente ropa limpia en sus mochilas".
Corría rápidamente por la pequeña aldea, la gente me miraba sin interés como su el mundo ninja les diera apatía.
—Onii san, nos atacaron…
Maldición.
Retumbaban una y otra vez los recuerdos en mi cabeza. Rebotaban como pelotas de tenis en mis oídos.
Dicen que cuando deseas algo con todas tus fuerzas el universo hará para que eso se cumpla. Pero tal parecía que el universo me plantaba un "me importa un carajo lo que tú deseas, anda a batallarle"
Había dado la orden a los enanos de que en cuanto comenzara la batalla fueran a una casa abandonada que se encontraban a unos kilómetros de la aldea precisamente para que estuviesen a salvo. Seguro todo esto fue obra de ese tal "universo"
—Onii san, nos atacaron…
Sacudí mis pensamientos. No lograría nada con esto.
Llegué rápidamente al bosque.
—Uhei, Uhei ¿Me escuchas?
Me detuve en la rama más alta de un árbol.
—¿Jefe? ¡Aquí estoy!
—Necesito su ubicación.
—Eh… eso es imposible jefe.
—¿Cómo?
—Lo siento jefe — Uhei se oía agitado — pero ocurrió una emboscada.
—Sí, estoy al tanto de eso. ¿Dónde están exactamente?
—Em… en situaciones de emergencia se rompe el plan ¿cierto?
—Uhei… ¿eran más ninjas?
—Una treintena como menos — el can ladró —Nos hemos distribuido en distintas partes del bosque, así los ninjas no atacan directamente el refugio de los niños, es una distracción.
—Maldito universo… — mascullé.
—¡Hey jefe! Le recomiendo ir directamente con los niños al punto de reunión.
Suspire hondo y alcé la mirada a las copas de los árboles solo para ver explosiones en diferentes puntos del bosque.
—Jefe… — una explosión se oyó, la vi al lado izquierdo del bosque. — Estaremos bien, somos perros ninja después de todo.
—Lo sé gracias. —Mis palabras sonaron más inexpresivas de lo que pretendía.
Uhei solo ladró y cortamos la comunicación.
Una explosión se oyó al fondo.
Me puse la máscara lobo y avance con decisión por el bosque. El plan ahora era simple: llegar a la casa de resguardo donde se encontraban los niños, eliminar a los ninjas que envió DobleT ayudando así a los ninken que se quedaron con los niños. Una vez eliminados, auxiliar a los demás grupos de perros ninja que peleaban en las otras partes del bosque. Todo esto, obviamente, haciéndolo con rapidez pues estaba seguro que DobleT no tardaría en llegar.
Avance por el bosque seguro de mi camino. En 5 minutos llegué al refugió topándome con la imagen de Bisuke y Shiba luchando contra dos ninja, nada mal para ser unos perros.
Un movimiento rápido con mi katana y ellos dos ya se encontraban desangrándose mortalmente en el piso.
—Hum, — expresó Shiba con gracia —Nosotros ya los habíamos medio matado.
—Jefe, será mejor que sigas avanzando. Los dos cachorros también pelean — Bisuke señaló el camino con su cabeza.
Ya empezaba a odiar aún más el universo.
Corrí por el sendero, luego de unos metros logré escuchar el sonido característico cuando golpeas metal: el sonido de kunais chocando.
Ahí estaban Naruto y Sasuke protegiéndose con un kunai cada uno de una larga katana que era sostenida por un ninja alto y delgado.
Instantes después estaba tras ese hombre amenazando con un arma punzocortante su cuello.
—Déjalos.
Mi voz ronca representaba una amenaza. Para su mala suerte, el sujeto hizo caso omiso despojando la defensa de los niños lanzándose a cortarles el cuello.
Yo se lo corté primero.
Justo después de elevarlo por los aires llevándolo tras el árbol más cercano.
Todo eso en 5 segundos.
—¡Amigo! Nos has salvado.
—Kakashi san, ¿Qué ha pasado con el anterior ninja?
—Solo lo puse a dormir…
Ellos me miraron con incredulidad, después de unos segundos parecieron comprenderlo. Después de todo, Naruto había experimentado la soledad y la crueldad del mundo desde que recordaba; Sasuke por su parte pertenecía a un clan donde temas como asesinatos son tan comunes como un "buenos días".
—¿Dónde está Sakura chan?
—En el resguardo, los ninken dijeron que debíamos distraer a los atacantes distribuyéndonos y así, no atacarían a Sakura.
Justo en ese momento aparecieron Akino y el gran Buru diciéndonos que ya no quedaban más ninjas en el área en donde ellos habían peleado
Naruto estaba dando un gran suspiro de alivio cuando una explosión y unos gritos llamaron nuestra atención: habían llegado al resguardo y la niña estaba asustada.
Encabece la carrera hasta llegar donde Sakura se encontraba, 3 ninjas se encontraban alrededor de la casa abandonada. Di la orden de que los niños y los ninken se quedaran afuera encargándose de ellos mientras yo me adentraba en busca de la niña pelirosa.
Corrí entre los pasillos de la enorme casa tradicional japonesa, pasillos que mi sharingan había memorizado a la perfección. En mi mente se encontraba el solo objetivo de encontrar sana a Sakura y eliminar a cualquier sujeto que osara lastimarla.
Abrí puerta tras puerta mas no lograba encontrarla.
Un grito agudo se escuchó a unos tres cuartos del que acaba de abrir. En un movimiento rápido abrí la puerta corrediza finalizando por fin, mi búsqueda.
—No dejaré que le hagas daño.
Sus manos temblaban pero su mirada era firme. Sakura se enfrentaba a un sujeto alto y robusto que apenas se levantaba del suelo con mirada desafiante ¿a quién defendía Sakura? A un herido pakkun que reposaba en el suelo.
—Aléjate de ella.
Mi voz salió ronca a través de la máscara. Pakkun estaba herido, Sakura sangraba de un brazo, Naruto y Sasuke se encontraban golpeados y el resto de mis fieles perros peleaban con toda su fuerza.
