Capítulo 9. Chasing Pavements

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Estoy sentada en un balón mientras repaso las alineaciones de ambos equipos la idea de estar de pie innecesariamente no me apasiona así que hay que buscarse la vida, el campo está prácticamente vacío salvo por algunos espectadores tempraneros que prefieren llegar con calma antes que lidiar con las aglomeraciones que habrá en las puertas dentro de relativamente poco. Raúl hace varias pruebas con la cámara mientras yo comienzo a colocarme el pinganillo y el resto de claves que son mi segunda piel los días de partido. Me muevo hacia delante y atrás moviendo balón conmigo mientras en voz alta voy repasando la información que daré en pocos minutos.

– Me estás poniendo nervioso. Deja de moverte un rato aunque sea.–Raúl se queja y yo levanto la vista para sacarle la lengua y seguir a lo mío.

– Si no me muevo me aburro, me estás ignorando y claro, el campo está tan lleno y hay tanta gente que me puede el entretenimiento. Estoy a dos minutos de ponerme a hablar sola.–Apoyo mis codos en mis rodillas y mi cara sobre mis manos mirándolo con cara de pena. Uso artimañas de todo tipo, soy lo peor. Lo sé.

– Conmigo no funciona, tengo dos sobrinas pequeñas. Hacen eso a diario.

– Veeeeeenga, Raúl, veeeeeeenga.–Le agarro de la pierna moviéndosela y se ríe intentando darle una patada al balón sobre el que estoy sentada. No se puede ser peor persona, salvo que seas Benzema, claro.– ¡Oye tú!

Pese a mi cara de pena vuelve a ignorarme soberanamente empezando a hablar con otro cámara y un compañero que cubre el partido para otra cadena europea. Yo desisto y me vuelvo a centrar en mis papeles, repasando por decimoquinta vez todo lo que había apuntado aquella mañana desde últimas noticias sobre ambos equipos desde datos estadísticos de los últimos encuentros que habían disputado. Por alguna extraña razón a la gente le encanta escuchar ese tipo de información.

Los pocos aficionados que estaban sentados tranquilamente en sus asientos comienzan a aplaudir, me giro mirando hacia el campo y veo como algunos jugadores de ambos equipos salen al campo a ver qué tal está. Salen con el chándal, algunos con los cascos, otros con una bebida en la mano, algunos se dedican a hacer fotos. Vuelvo a lo mío hasta que los gritos aumentan y veo como la Banda del Patio salen todos como si fuesen los Backstreet Boys, manos en los bolsillos y andando a la vez. Se colocan en un círculo perfecto casi en mitad de campo mientras charlan animadamente, saludando de vez en cuando a los aficionados que los vitorean.

Dani recae en mi presencia ya que es el único que me mira de frente y levanta la mano a modo de saludo con una sonrisa en la cara. El resto se giran para ver a quién saludaba su amigo e imitan su gesto. Levanto la mano saludándolos a todos con una sonrisa en la cara. Me giro para atender a uno de los delegados de campo que nos da de nuevo todas las reglas que debemos de cumplir y asiento. Me conozco las normas más que de memoria, me tiende el famoso peto y cuando se marcha suelto un bufido dejándolo en el suelo a mi lado. Abandono mi puesto de trabajo para ir a por un café, por tener algo caliente entre las manos y entretenerme con algo.

Según Raúl tengo pinta de niña abandonada con mi café entre mis manos y sentada encima de un balón, pero mi comodidad va primero y yo estoy encantada y preparada para los siguientes noventa minutos que me esperan. Los jugadores salen al campo para empezar el entrenamiento previo al encuentro. Aparto la vista de mi móvil y me encuentro con Lucas mirándome con un gesto divertido en la cara amagando varias veces con darle una patada al balón en mi dirección. Estoy segura de que el karma le devuelve cosas como esta dejándolo sentado en el banquillo.

– Ni se te ocurra, que ni se te pase por la cabeza.- Le medio grito con el dedo índice levantado dejando el café detrás mía porque no me fío ni un pelo de las intenciones del gallego, no tiene ni media idea buena.– Te falta Bernabéu para correr como lo hagas. Te lo juro.

(Un)Lost | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora