Amor a primera olida

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Día 7 - OS basado en uno de los 5 sentidos


Ser un hombre lobo tiene muchos de sus beneficios al igual que sus consecuencias. Pero aquello no era algo de lo que ponía a pensar el Hale. Estaba muy cerca de terminar su carrera en arquitectura como para preocuparse de aquellos miedos de lo que fuera de pasar en un futuro, cuando exactamente no sabe qué es lo podría pasar. Lo peor sería distraerse en partido.

Eran regionales y ellos serán los anfitriones que recibían al equipo de los halcones de la universidad de Texas. Él puedo ingresar a la universidad de california gracias a la becas y no necesitaba en ese momento que un partido tan importante, con el cual clasificarían para las nacionales, se distrajera por pensamiento menores. Tenía que concentrarse totalmente en el juego y como capitán del equipo de baloncesto, Los lobos (las casualidades de la vida), tenía que llevarlos a la gloria de ganar tres años consecutivos.

O ese era el plan.

Estaba a punto de encestar y lograr dar vuelta el partido, hasta que un sutil aroma le llegó y sintió que todo su cuerpo temblar, perdiendo la concentración y fallando al lanzar la pelota. Parecía la oportunidad perfecta pero aquella desconocida esencia logró que su lobo se removiera, inquieto, ansioso por más de aquello. Miró hacia las gradas, la multitud aun le apoyaba pero seria inútil encontrar de quien era tan peculiar perfume.

Sabía lo que era, sabía muy bien lo que significa que todo su ser pareciera vibrar de excitación, que sintiera más fuerza de la normal y que sus sentidos estuvieran maximizados. Lo sentía, su lobo estaba a flor de piel, deseoso de salir, sin importarle cuanta gente le estuviera viendo, y empezar a buscar esa persona de tan maravillosa esencia.

No eres un adolescente, concéntrate Derek. Pensó mientras se movía por la cancha, frustrado consigo mismo por no poder estar manteniendo su lobo a raya y por haber fallado el lanzamiento. "¿Que ha pasado?" le susurro Isaac cuando se acercó, sabía que el rubio se daría cuenta, nunca había fallado en sus tiros y suponía que sus sentidos también lo alertaron. "Después" fue su escueta respuesta.

No iba dejar que una pequeña falla lograra desconcentrarlo, tema aparte era su lobo pero el pensamiento de la persona de semejante fragancia le estuviera viendo, solo lograba emocionarlo. Tenía que lucirse, tenía que demostrarle porque era el capitán del equipo, mostrar que de verdad lo que vale. Escucho cómo el público clamaba su nombre cuando tuvo las pelotas en sus manos. Y no perdió tiempo, esquivo a los jugadores contrarios y encesto sin problemas, silbidos y gritos de euforia resonaron en la cancha, hizo una rápida mirada a todos los estudiantes en las gradas y guiño un ojo.

En el entre tiempo, la porrista hacia sus coreografías. Los trucos de sus compañeras trajeron muchos aplausos y silbidos. El rápido pensamiento cruzó su mente al sonar una canción conocida, empujado a algunos de sus equipos a sumarse al baile, logrando emocionar al público también cuando realizó un backflip en coordinación con otras porristas. Fue toda una ovación.

Al retomar el partido y con una nueva jugada planeada, arrasaron con los halcones, logró encestar 7 veces seguidas, bloquearon todos los lanzamientos y ni siquiera les habían dejado pasar de su lado de la cancha. Simplemente los aplastaron. Y bien lo sabía, silbidos y aplausos eran continuos, la emoción en las voces cantando el lema del equipo, el orgullo se respiraba en el ambiente y aquella esencia volvió a llegarle.

Y quiso aullar de felicidad. Esta vez tenía un toque más dulce, de felicidad y de orgullo también, una pizca de emoción y de alivio. Quizás habría más de 500 personas en la cancha, todos los aromas mezclados y también los apestosos de los jugadores, pero podría ser los beneficios de un lobo nacido, estaba en su naturaleza reconocer aquel perfume. Solo le faltaba conocer a la persona.

Reto de los 15 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora