Vale la pena

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Día 9.2 - Verano

-No creo que sea buena idea.

Stiles se giró para fulminar al menor con mirada, disgustado con su repentina confianza -¿A qué viene de eso? Primero te parecía un plan excelente, además tu solo tienes que correr y gritar, te he dicho que no hay de preocuparse.

-No me tomes por cobarde Stiles pero es por ti por quien me preocupo- Se quejó ante la acusación implícita - Por más que puedas fingir lo más real posible, eso no quita la posibilidad de que pueda pasarte algo.

El castaño se acercó a Liam, agradecido por su preocupación, sonriéndole honestamente y apretando sus hombros con suavidad - Hey, tenemos esto cubierto, nos cubrimos mutuamente, no te preocupes.

Liam suspiró y le sonrió. -Está bien, hagamos esto.

-Así se habla -Dijo el castaño dándole unas palmadas, contento por poder poner su plan en marcha. -¿Listo?- Le preguntó al menor, esté simplemente asintió. Juntando el valor necesario, tomo aire y se giró para caminar hacia el agua.

-Todavía creo que es una mala idea.

Stiles y Liam eran amigos y compañeros de cuarto en las residencia en el campus de la universidad. El primer die que se conocieron, se llevaron muy mal, un desastre total. Liam explotaba por cualquier provocación y Stiles se vengaba por medio de bromas. Prácticamente se odiaban, hasta que una día se dieron cuenta que les gustaba el mismo chico y simplemente empezaron a llevarse bien, después de elogiarse el buen gusto. Raro pero en sí logró que la convivencia sea más amena.

Además que ninguno logró nada con el chico.

Así que después de ya estar a más de la mitad de la carrera, han decidido que merecían un buen descanso en las vacaciones, antes que cada uno irse con su familia. Por eso, en ese momento se encontraban en una de las mejores playas de california, por consejo de Lydia. Solo a segundos de dar comienzo el plan que idearon, el primer día qué llegaron.

Que consistía en fingir que se ahogaban.

Ridículo y estúpido, eso lo saben, pero bueno, a veces no se puede ser muy inteligente y mucho menos cuando se trata de los Hales. Su estupidez es culpa de esos dos hombres, porque desde que llegaron, no se pudieron sacar de su cabeza a los dos salvavidas. Peter y Derek. Stiles a poco no babeaba cuando vio al moreno, sobre todo cuando pasó corriendo para rescatar a una pequeña niña, el castaño casi le agradece a la pequeña por haber provocado semejante vista. El castaño tenía en bucle la imagen de la musculosa espalda y el triskel tatuado en su mente.

Liam fue más discreto. El día que le tocó el turno a Peter fue mucho más tranquilo pero a diferencia de su sobrino, quien simplemente observaba con atención y la mínima señal, actuaba con rapidez; el mayor caminaba entre la gente. Se paseaba lentamente, como si fuera apropósito y supiera lo que provocaba en los demás, o eso pensaba el rubio al ver la sonrisa arrogante en el Hale.

En resumen, estaban totalmente perdidos por los Hales.

¿Cómo es que sabían sus nombres? Pues fue bastante sencillo, la tienda de suvenires y para alquilar de surf tablas y otros, no era nada menos que la familia Hale. Laura, muy contraria su hermano, llevaba una sonrisa constante y radiante, era la dueña del lugar que trabaja junto a su hermana menor, Cora. Muy oportunamente, daban clases de Surf, donde Derek era el profesor y algunas veces, Peter.

Obviamente les encantaría tomar esas clases, aunque el único que no moriría en intento sería Liam, ya que Stiles sabía que los deportes no eran exactamente lo suyo. Aun así Derek como profesor, dudaba que lo dejara morir, desde aquella eficiente demostración, sentía la seguridad en todo momento. Lamentablemente, simplemente estaban ahí por cinco días y aquel era el penúltimo, no podía costearse unas vacaciones más largas.

Reto de los 15 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora