Leah
La alarma me despertó y me levante de la cama, eran las seis de la mañana, ahora todo estaba en calma, pero claro eso no duraría mucho, salí de mi habitación rumbo a la de Zeke para despertarlo. Al llegar vi que la puerta estaba entreabierta, al pasar tropecé con unas zapatillas deportivas, había ropa tirada y su mochila estaba descuidadamente abierta, pero ni rastro de él. ¿Cómo rayos había desordenado tanto en tan sólo unas horas? salí de allí y me dirigí al baño, tampoco estaba allí, fui a la sala, nada. ¿En dónde se habría metido? Con todo lo que había sucedido tan sólo unas horas antes no podía evitar sentirme preocupada y mucho menos podía bajar la guardia. Un ruido en la cocina me sobresalto.
Zeke estaba allí, se había cambiado de ropa por un atuendo deportivo gris que hacía a su piel parecer de un pálido enfermo y usaba unos grandes lentes de sol.
-Buenos días, Leah.- saludó sin levantar la mirada.
- ¿Qué haces?- pregunté mirando el sartén que sostenía por el mango.
- Un omelette con salchicha.-
- ¿Y eso?- pregunté señalando dos contenedores de comida.
-¡Ah! Es que...Salí hace un rato y compré waffles y hotcakes, como no sabía que te gustaba más, traje ambos.- dijo levantando los hombros restando importancia.
- No entiendo - fruncí el ceño- si saliste a comprar ¿por qué no compraste también el omelette?- pregunté mientras sacaba unos platos de la alacena.
- Simple, porque mi omelette es mil veces mejor que cualquiera.- un hoyuelo apareció en su mejilla y pude ver el reflejo de mi sonrisa en sus gafas de sol.
- Eso ya lo veremos.- dije mientras tomaba un hotcake y un waffle. Él puso la mitad del omelette en mi plato, le entregué otro plato para que él se sirviera.
Nos sentamos en el comedor inundados de un silencio temprano y calmado.
- Aaron me llamó dijo que después de la plaza, fueras a la casa del árbol.- dijo Zeke sin muchos ánimos.
- Okay ¿Dijo algo más?- pregunté recordando aquella linda casa.
- No.- dijo comenzando a cortar un bocado de omelette. Miré detenidamente a Zeke.
-¿Así te irás? - pregunté señalando su ropa.
- Sí - levantó la manga derecha de su sudadera y agitó la muñeca, apareció un holograma de un chico con la misma ropa que él caminando por los pasillos de la plaza y un nombre a un lado- Francis Mich - continuó y la imagen cambió, apareció una foto oficial del joven junto con toda su información personal, desde su fecha de nacimiento hasta su último empleo, Zeke continuó leyendo- veintidós años, mide 1.80 m, soltero, extraditado del ejercito por tráfico de armas, estudió mecatrónica, bla, bla, bla...- bajó los lentes hasta la punta de su nariz y me miró por encima.
- Okay, me agrada.- tome un pedazo de waffle- ¿sigue en la plaza?- pregunté. Él minimizó la imagen y está cambio a una pequeña esfera con destellos por aquí y por allá, giró unos instantes y luego apareció el tal Francis en un rincón de la plaza, a un lado de los contenedores de basura, drogándose. A decir verdad, Zeke había hecho un buen trabajo con su apariencia, pero ese chico...ese chico parecía haber perdido todo, tal vez si lo analizáramos terminaríamos con esa conclusión, pero para mí esa no era ninguna excusa, perder todo lo material no daba derecho a derrumbarse y caer en las drogas y la mediocridad y esa era la gran diferencia entre Zeke y el tal Francis, que Zeke seguía de pie con aquella arrogancia y entusiasmo que lo caracterizaba. Regresé la mirada al brazo de Zeke que temblaba casi imperceptible.
-¿Y tú?- preguntó Zeke alejando su brazo de mi vista, mientras se acomodaba en el asiento.
-¿Qué?- pregunté sin dejar de mirar su mano que al tomar el tenedor hacía más visible el temblor.
- ¿Cómo te vestirás?- me preguntó, había olvidado eso, diablos. Levante mi muñeca y la agité levemente para activar el menú de inicio, pasé por algunas aplicaciones hasta llegar a la que buscaba, di un clic y después teclee algunos códigos desglosando los vídeos de las cámaras de seguridad de la plaza Lyons, active el buscador de personas y puse algunas características mías, tales como edad, altura, talla, etc. En segundos me aparecieron tres rostros de chicas que seguían en la plaza y que cumplían con las características. Miré a Zeke.
- Ayúdame a elegir.- le dije mientras elegía allá primera chica. Zeke sonrió y se inclinó hacia delante, intrigado.
- Candidata número uno.- dije con un tono de presentador de concurso de belleza mientras tomaba mi tenedor como micrófono- Melissa Borrow de 20 años de edad, ha vivido aquí toda su vida y ¡uuuuh! - levanté una ceja con interés, Zeke me miraba divertido mientras comía.- Tiene antecedente penales: venta de droga, alteración del orden público en amm...varias ocasiones y golpear a un oficial.- no pude evitar soltar una carcajada.
- Esta chica vale oro.- dijo Zeke con una sonrisa.
- Y es bastante linda.- dije mientras seleccionaba un vídeo en vivo de ella en una tienda de ropa. Zeke casi escupe un bocado al verla. Me reí al ver su expresión.
- Bueno, tampoco es para tanto, tranquilo.- mientras me reía una sensación extraña invadió mi pecho.
- No, no, no habló de eso- se acercó al holograma que mostraba el vídeo y lo atrasó escribiendo algunos comandos rápidos.- ¡Mira!- en la pantalla aparecía la chica en la sección de pantalones, en eso noté a lo que se refería Zeke, Melissa tomaba uno de los pantalones y lo metía en su bolso en cuestión de segundos.- Deberías agregar robo a sus antecedentes.- continuó Zeke regresando a su asiento. Comí unos bocados más antes de realizar con la segunda chica.
-¿Listo para la candidata número dos?- pregunte divertida. Zeke hizo un ademán exagerado con su tenedor para que continuará.
- Maureen O'Connor de 21 años, estudia ciencias políticas, bla, bla, bla, ambos padres fallecieron hace algunos años. ¡Oh! Intentó unirse al ejército, pero no calificó su examen psicológico y hace unos años creó una cuadrilla policíaca local contra el novogen.- me quedé callada un segundo.
- Maureen es nuestro equivalente, mejor dicho, el otro lado de la moneda.- dijo mientras miraba el rostro holográfico de Maureen.- Sus padres murieron, tiene que sobrevivir por sí misma y lucha por hacer justicia y... está algo loca.- terminó diciendo.
- Sí, aunque hay millones de personas en esta situación, sabes.- dije restándole importancia.- Y lo que nos diferencia es que a ella le apoya la ley.- cerré la información de Maureen y pase con la siguiente.
- Vanessa Millar, 19 años, su padre es el dueño del banco local y unos cuantos más a la redonda, se supone que estudia en la prestigiosa universidad de Antioquia, lo que sea que signifique eso, antecedentes penales: alteración del orden público y drogas, como también destrucción de propiedad privada.
- Diablos, toda una niña de papá.- dijo Zeke frunciendo el ceño.- Apuesto diez dólares a que se saltó las clases.- continuó Zeke mientras movía su muñeca para buscar lo que quería.-
-No apostaré nada, es casi seguro que eso es.- dije, mientras miraba el vídeo en vivo de ella en la plaza.
- Pues si hubiéramos apostado ya tendría diez dólares en mi cartera.- dijo mirando un vídeo de seguridad de la universidad a la que asistía Vanessa.
- ¡Uy! Qué lástima, pero regresando con esto ¿Para quién será tu voto señor juez?
- Ah, no lo sé, las tres chicas me parecieron muy agradables.- no pude evitar sonreír esto si que era todo un concurso.- es que Melissa tiene todo para ser una buena sospechosa, pero Vanessa tiene ese no sé qué, que te dice soy una zorra que siempre me salgo con la mía, que me inspira a elegir la.- su tono de seriedad hizo que estallara en risas y él no se tardó en unirse a mí. Cuando ambos nos calmamos pregunté curiosa:
- ¿Y por qué no Maureen? Ella sería más fácil de relacionarla con el chico que elegiste, Francis.-
- Simple, porque ha hecho lo necesario para hacer justicia a sus padres, aunque esta signifique nuestra destrucción, sabemos que nosotros hacemos lo mismo sin importarnos las vidas de los contrarios y no sé, no me agradaría hacer responsable a esa chica, finalmente ya tiene demasiado odio hacia los arcans.- lo miré perpleja y me di cuenta de que no conocía en nada a Zeke.
- De acuerdo, entonces Vanessa.- dije ignorando el nudo de mi estómago, si no hubiera sido por Zeke posiblemente elegiría a Maureen y eso me hacía sentir una mala persona. Congelé la imagen de Vanessa en la plaza y miré su atuendo, afuera la temperatura era de diez grados y Vanessa sé las apañaba con unos shorts cortos, un top y un crop top, tal vez esa chica era inmune al frío.
- Bien, terminemos de desayunar y vayámonos.- terminó Zeke re acomodándose en su asiento para prestar toda su atención al platillo. Por mi parte partí el omelette y me lleve un bocado a la boca.
- Esto está delicioso.- le dije a Zeke, él sonrió y me agradeció con un gesto.
Comí lo más rápido que pude y me levanté para dejar todo en la cocina.
- Hey, ¿por qué la prisa?- preguntó Zeke tomando de su taza.
- No, tranquilo, es que tengo que cambiarme de ropa.- dije mientras corría por la cocina.
- ¿Por qué no sólo te transformas en Vanessa?-
- Porque si algo sale mal necesitaré toda mi herencia.- contesté - además para eso tengo un guardarropa de gran variedad.- terminé diciendo antes de entrar en mi habitación.
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Arcans
Science FictionEl mundo que conocíamos desapareció y fue sustituido por uno en el que la unidad y la fraternidad sólo eran palabras escupidas en terribles discursos de guerra, la violencia era fomentada en cada momento que se podía, la confianza se había quedado a...