Peter y Tim
Ambos niños habían seguido el mapa por interminables horas. La oscuridad ya no les parecía terrorífica sino familiar y el silencio ya no les era signo de alerta si no de calma. Tim se agarraba fuertemente de su hermano mayor y este tomaba el mapa con tanta fuerza que ya no sentía sus dedos. Después de que el mapa estuvo a punto de desaparecer por la corrosión, extrañamente (si es que podía suceder algo más extraño) el mapa regreso muy lentamente casi a su forma original, con excepción de grandes relieves amarillentos y verdosos en la parte superior. Los niños caminaban siguiendo el mapa en silencio, Peter guiaba y Tim lo seguía sin dudar. De vez en cuando o mejor dicho cada diez o quince minutos, Tim soltaba una ráfaga de preguntas que dejaba a ambos transformados.
- Peter.- dijo por milésima vez Tim.
- Sí.- le contestó por centésima vez.
- ¿Ya casi llegamos?-
- No.-
- ¿Cuánto falta?.-
- No lo sé.-
- ¿Nos perdimos?-
- No sé.-
-¿Qué hora es?- Peter miró su reloj.
- Son las nueve con dos.- respondió y se sorprendió al pensar que sólo llevaban algunas horas, él habría casi jurado que llevaban ahí dentro toda una eternidad. Tim, asintió levemente y guardo silencio por unos segundos (sólo por unos pocos segundos) después levantó la mirada y abrió la boca otra vez.
- ¿Dónde estamos?
- No sé.-
- ¿A dónde vamos?
- No lo sé.-
- ¿Por qué el mapa dejó de oxidarse?
- No sé.
- ¿Mamá nos mandó el mapa?
- No.- era de lo poco que estaba casi seguro, si su madre lo hubiera mandado sería en agua o tal vez con alguna nota materna, de esas que ponen en la lonchera o en los regalos.
- ¿Y papá?
- Tampoco.- Si la hubiese mandado su padre Peter pensaba que sería en alguna bella planta o en alguna hoja gigantesca de algún árbol y esta tendría más referencias de hacia dónde ir, no sólo el camino marcado.
-¿Entonces?-
- No sé ¿Un vecino?- en realidad Peter no conocía a ningún vecino que fuera herrero, como sus padres les llamaban, sólo había conocido a otros arcans de dos pisos arriba de ellos y se los habían llevado muchos años atrás. Pero consideraba que tal vez alguien más con poderes podía vivir por ahí.
- ¿Peter, crees que mamá y papá murieron?- su voz salió lenta y pensativa.
- ¡Tim, no digas eso!- silencio envolvió el lugar durante un momento, habían dejado de caminar.
-Pero...
- ¡No lo sé! ¡Deja de preguntar cosas que no sé!-
- Pues es que no sabes nada.-
- ¡Cállate!-
- ¡Le voy a decir a mamá!-
- ¡Timmy, mamá no está aquí! - sus propias palabras le golpearon en la cara como una patada voladora como en las que salían en las películas, miró a su hermano, sus palabras no le habían causado ningún daño, eso le molestó sin razón alguna.
- ¡Mamá te dijo que ya no me dijeras así! ¡No me gusta, ya soy grande!- dijo el pequeño.
- ¡Tim, sigues siendo un niño pequeño y llorón!
- ¡No es cierto! ¡Tú eres el llorón! - Tim empujó a su hermano casi tirando el pedazo de metal. Peter empujó a su hermano.
- ¡Tonto! Casi lo tiras.-
- ¡Deja de insultar me! -
- Papá me puso a cargo, tienes que obedecerme.
- Peter, papá ya no está.- se limitó a responder imitando la respuesta de su hermano, su diminuto e infantil rostro se ensombreció, causando en su hermano miedo y dolor. Apartó la mirada y se limitó a seguir el mapa. Llegaron a una intersección donde se abrían cuatro caminos nuevos. Peter se detuvo a observar el trozo de metal, era la parte que aún estaba corroída, maldijo en su cabeza ya que su madre le había dicho mil veces que nunca dijera groserías y menos frente a Tim.
-¿Por dónde debemos ir? - preguntó secamente Tim, intentando ver el mapa más de cerca.
- No lo sé, no está claro aquí.-
- Déjame ver.- Peter le acercó el mapa sin muchos ánimos. Ambos observaron detenidamente, Peter pareció distinguir una línea que giraba a la derecha rotundamente y nada más, así que se lo dijo a Tim, él también la había visto, el problema era que todos los caminos frente a ellos iban al frente sin ninguna aparente desviación.
Después de pensarlo unos segundos Peter dijo:
- Vayamos por este camino - señaló el que estaba en el extremo derecho - tal vez lo señaló así para que entendiéramos cuál elegir.- Tim no le encontraba mucho sentido así que negó con la cabeza.
- No, tal vez hay alguna puerta secreta como en las películas o algún hoyo a la derecha.- Tim se acercó a la pared y comenzó a palmarla a siegas ya que Peter apuntaba la luz del reloj hacia los caminos. Momentos después Tim tocó algo metálico.
- ¡Peter aquí está!- Peter señaló el reloj en esa dirección y ahí estaba una compuerta metálica de más de cincuenta centímetros de largo y ancho, instalada un metro separada del piso.
- Eso no es Tim.- alejó la luz de allí - ven vamos por acá.- comenzó a adentrarse al túnel.
- No.- el pequeño se cruzó de brazos. Peter se detuvo sin volverse.
- Tim, mueve tu mugroso trasero.-
-¡No! ¡Tú no me mandas! - gritó, más que molesto Tim estaba aterrado y sentía en su estómago una sensación desagradable que lo asustaba aún más. Algunas gotas de agua se formaron sobre la corriente residual, ninguno de los dos lo notó con aquella abrasadora oscuridad. Peter se dio media vuelta para ver a su hermano.
- Timmy...- empezó Peter, pero Tim continuó con una nueva oleada de enojo al escuchar aquél odioso apodo.
- ¡CÁLLATE! ¡Es por aquí! - pequeñas rocas chocaron contra el techo y masas de agua se levantaban del suelo despertando de un largo sueño.
- ¡NO! ¡ESE NO ES UN MALDITO CAMINO TIM! - sus puños estaban cerrados a sus costados, de pronto sentía que sus pies ya no estaban tocando el suelo y un segundo después estaba empapado con aquellas aguas residuales. Grito sorprendido y después asqueado, él flotaba a más de treinta centímetros sobre el suelo.- ¡TIIM! - Gritó desesperado. Tim sólo pudo percatarse de lo que había hecho con su herencia cuando vio la luz del reloj revoloteando como una luciérnaga pérdida, el agua no lo había empapado a él como si esta le tuviera un profundo respeto; Tim dio un respingón y encerró su herencia en un rincón muy profundo de su mente, inmediatamente piedras y masas de agua cayeron al suelo al igual que Peter que gruñó al golpearse con el suelo, la gravedad volvía a su lugar.
- Perdóname, yo no...- se detuvo al ver que su hermano se levantaba.- Perdón.- finalizó. El silencio inundó el lugar por unos segundos, después Peter soltó una carcajada, Tim la siguió un tanto nervioso, luego de calmarse Peter agregó:
- Tienes que controlar eso Tim, eres el único arcan que conozco que no controla su herencia.
- Lo sé, pero es difícil cuando la gravedad está en todos malditos lados.- ambos se echaron a reír. Una detonación resonó, pero no era la que habían detonado Leah y Zeke ni la que habían escuchado estos dos cuando hablaban con Aaron, sino en un centro comercial en el lado contrario de la plaza Lyons, casi a las afueras y cerca del aeropuerto. Ambos callaron e inmediatamente los túneles que abrían los cuatro caminos se derrumbando llevándose consigo a Peter.
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Arcans
Bilim KurguEl mundo que conocíamos desapareció y fue sustituido por uno en el que la unidad y la fraternidad sólo eran palabras escupidas en terribles discursos de guerra, la violencia era fomentada en cada momento que se podía, la confianza se había quedado a...