• AMOR EN EL AIRE • Temp1 ©Jimin (EDITANDO)

Capítulo 7

- ¿Qué haces acá?, Digo, ¿no deberías de estar con Jimin?

- ¿No ves que estoy comiendo dos hamburguesas? -le mostré de mi pan-.

- Supongo que me puedo sentar -jaló de la silla-.

- Ya te sentaste, a parte, Jimin se acaba de ir y estoy aquí sola comiendo dos hamburguesas.

- Estómago profundo -rió-.

- ¿Quieres uno? -le dí de mi pan pero me rechazó- bueno más para mí.

- ¿Te duele la cadera? -me vió preocupado- ¿Estás bien?.

- Sí algo, sólo siento que se me adormece el cuerpo -agarré de mi cintura-.

- No deberías de estar aquí, y menos sola en este estado.

- Jimin vendrá pronto, no deberías de preocuparte por mí.

- No te dejaré aquí sola, ven -me levantó como pudo- te llevaré aunque sea un rato a mi casa.

- Min, en serio no te preocupes.

Ni me escuchó y me llevó con él.
Sí podía caminar, nada más tenía el dolor constante ahí conmigo.

Caminamos cinco cuadras y cada vez el dolor aumentaba.

- No vamos a llegar, faltan siete cuadras.

- Podrías haber llamado a un taxi sabes -lo miré-.

- Entremos a este callejón, descansa un rato mientras pido un taxi.

Me senté y empecé a descansar un rato como lo dijo Min.
Ví mi teléfono y ninguna llamada de Jimin, nada más me había dejado.
Eran las 4:00 p.m. y aún no venía.

Me paré para ir con Min y decirle que llame a un taxi lo más rápido posible porque el clima estaba a punto de estallar de frío.

- ¿Qué haces aquí? -el sudor recorría su cuello-.

- Estaba nada más descansando... ¿Por qué diablos te demoraste?.

- Ahora no te puedo explicar -me tomó de la mano- sólo debemos de irnos rápido.

- Ay Jimin -me solté de su agarre- no estoy en buenas condiciones como para ir corriendo o caminando.

- Es tu espalda ¿Cierto?.

- ¿Cómo sabes?, Min está llamando un taxi.

- ¿Min?, ¿Min Yoongi está aquí?.

- Ya que no venías, fue el único que me ayudó -me crucé de brazos mirándolo-.

- Te lo explico más tarde, ¿Dónde está Min? -lo señalé-.

- Park, no deberías de dejarla sola para la próxima vez.

- Ya está el taxi, ¿No?, Sólo entremos -Min, Park y yo, quién lo diría-.

13 minutos de puro silencio en el auto, contaba cada calle para ver a dónde íbamos.

- Sí sabes que Jeon está aquí.

- ¿Quién te lo dijo?.

Esto era raro, ¿qué tenía que ver Jeon Jungkook aquí?

- Te lo dijo, supongo.

- Deja de hablar como si supieras.

- Sí sé el por qué vino hacia aquí.

Creo que ya era hora de intervenir, no entendía.

- ¿Pasó algo de lo que no me haya enterado?, Digo, Jeon no se encuentra aquí y no vendrá supongo.

- Sería bueno que ya no te juntaras con Jungkook sí?.

No contesté nada, al final sólo quedaba suponer que habían tenido una pelea de amigos, de esas que sin importar qué, terminan reconciliandose.

Busan, 8 p.m.

- ¿No crees que ya es suficiente con este jueguito de ambos? -no paraba de caminar dando vueltas sobre el dormitorio-.

- No lo entiendes -se veía nervioso-.

- Mira Park, vinimos los tres y los tres tenemos que regresar, ¿No lo has pensado? -me acerqué- Jeon es MÍ amigo y no lo pienso dejar sólo -le recalqué-.

- En serio que no entiendes nada -se fue hacia la otra esquina del dormitorio-.

- Venga ya tranquilos, podremos seguir unos cuántos días más aquí y ya luego regresar al término de las vacaciones ¿no creen?.

- Yoongi, no te metas en esto -habló el chico que no quería dar explicaciones-.

- ¿Qué es lo que te sucede Park?, No te entiendo ni una mierda.

- No me entenderías tampoco -se acercó-.

- Entonces vamos, explícamelo -me quedó mirando unos cuantos segundos y se alejó de nuevo- eres un puto cobarde.

Abrí la puerta y salí de allí, Park Jimin ya me estaba sofocando. Tomé las llaves y salí en busca de Jeon, o de tal vez unas copas de por ahí.

- Entra de una vez, no lo hagas -su voz estaba detrás mío-.

- Si no quieres ir por él, no lo hagas, yo puedo sola ¿Sí? -dió unos pasos más e intentó tomarme de la mano- ni senté ocurra.

- ¿Podrías confiar en mí? Sólo esta vez -lo miré con pequeños sollozos-.

10 p.m.

- ¿Cómo vas de la espalda?.

- Vaya, que hasta ahora te has acordado eh -tome unas gasas- no sé qué exactamente me hayan puesto, pero ahora me arde un poco.

- Entonces quieres que te cambie de gasa -una pequeñísima sonrisa estaba en su rostro- venga ya que te lo hago.

Me levanté la blusa que tenía puesta hasta masomenos por los hombros, sentía el algodón pasar por mi espalda y recorrerla de arriba hacia abajo.
La otra mano de Park tomó de mi cintura y con una voz suave y relajante me dijo -no te muevas mucho- ya me comenzaba a arder más la piel.

- Dime que ya acabarás por favor -tiraba de mi cabeza para atrás-.

- Verás que mañana estarás mejor aún.

Su suave mano empezó a recorrer por mi espalda, me giré y me encontré con sus ojos brillosos y preocupantes a la vez. Sabía que algo andaba mal pero él lo quería ocultar; tomó de mi rostro y acercó poco a poco nuestros labios, sólo bastaba un centímetro para que ambos se choquen.

- Basta Jimin -le dije- no quiero pensar en otras cosas por el momento.

No habló, sin nada que decir sólo se marchó.

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