La Misión

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"Amamos a quién amamos" 

El viento chocaba con fuerza sobre el rostro de Misato. Ella corría velozmente por el bosque para llegar a la batalla y ayudar a sus compañeros, pero el efecto post mortem había ralentizado sus movimientos y tenía dificultades para correr. Se detuvo en un árbol para recuperar el aliento y con su mano derecha, se aplicó ninjutsu médico. Ahora se sentía mejor y comenzó a correr rápidamente.

Luego de unos minutos, Misato localizó a sus compañeros. Estaban luchando contra Kakuzu. Sintió el chakra de Naruto a todo poder.

Llegó al campo de batalla justo en el momento en que Naruto realizaba su nueva técnica, Rasen-Shuriken eliminando así a Kakuzu. La joven sonrió feliz por su amigo, aquel shinobi había logrado lo que pocos o casi nadie pudo jamás. Rápidamente, se posicionó a su lado en un flash rojo.

- Lo hiciste bien, Naruto – sonrió Misato

El ninja la miró sorprendido. Su mejor amiga estaba allí, a su lado. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y lentamente se puso de pie junto a ella.

- No soy un fantasma, ¿sabes? - bromeó Misato

- ¡Misato-chan! - Naruto la abrazó con fuerza mientras lágrimas caían por su rostro

La joven sonrió levemente y sin dudarlo, correspondió su abrazo. De repente, Misato se sintió muy mareada y cayó sobre los brazos de Naruto.

- ¿Estás bien, Misato-chan? - preguntó el ninja preocupado – ¡Sakura, ven!

Rápidamente, Sakura fue a asistir a su compañera shinobi. Al llegar, utilizó su ninjutsu médico y se sorprendió al ver su gran chakra.

De repente, un gran rugido se escuchó. Todos tomaron posición defensiva. Un gran dragón ébano apareció en el cielo. Los ninjas se sorprendieron, era mucho más grande que una montaña. Jamás habían visto un dragón. Se alejaron cuando descendió al suelo y les rugió con fuerza.

- Denme a Misato-hime – gruñó Hattori

- ¡Jamás, dattebayo! - gritó Naruto

- Cálmate, Naruto – dijo Kakashi – ¿quién eres? - preguntó el shinobi

- Soy Hattori, Rey Supremo de los Dragones – respondió el dragón – es mi deber cuidarla, denme a Misato-hime

- ¡Olvídalo! - gritó nuevamente Naruto mientras Hattori entrecerraba los ojos en él

- La llevaré a Konoha, donde viven ustedes, mortales – habló Hattori seriamente

- Está bien – asintió Kakashi – la llevaré contigo

- No, yo la subiré a mi lomo – gruñó Hattori mientras tomaba a Misato con suavidad y la depositaba en su lomo con escamas

Al instante, el gran dragón voló hacia el cielo con dirección a Konoha. El polvo nubló la vista de los shinobi por un momento. Al verlo en lo alto del cielo, vieron que el dragón era poderoso y majestuoso. Realmente impresionante.

- Debemos ir a la aldea e informarle a Hokage-sama sobre la batalla – dijo Kakashi

- Hai

Los shinobi partieron hacia su aldea luego de que Shikamaru llegara con ellos. Le dijeron que Misato estaba viva, y en él nacieron sentimientos de pura alegría y paz, su amiga estaba sana y salva. La batalla contra Hidan y Kakuzu fue muy dura pero gracias al plan de Shikamaru pudieron vencer a Hidan, y gracias a Naruto pudieron eliminar a Kakuzu.

En Konoha

Tsunade se encontraba en la Torre Hokage firmando papeles y bebiendo más de lo normal. Shizune notó esto y aunque trató de ayudarla, empeoró la situación. La terrible tragedia de Misato había hecho estragos en sus vidas.

Crónicas de una kunoichi: ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora