Crónicas de una kunoichi: Shippuden

El Sacrificio

"La acción es mejor que el conocimiento, pero, a fin de hacer lo correcto, debemos saber lo que hacemos"

El sol estaba en lo alto del cielo mientras Naruto y Misato entrenaban con toda su energía. El joven shinobi estaba sobre un puente intentando cortar la cascada por la mitad con sus clones de sombra. La kunoichi entrenaba junto a Yamato el uso de sus nuevas armas y la realización de un nuevo jutsu llamado Mokuton: Advenimiento de un Mundo de Árboles de Flores.

Misato había estudiado un pergamino de Hashirama para aprender este jutsu ya que Yamato no podía completarlo en su totalidad.

En ese instante, la joven junto sus manos y forzó el crecimiento de árboles y arbustos en una zona del campo de entrenamiento. Concentrándose aún más, uso más su chakra para crear una flor de polen esencial para el jutsu. El intento falló, era muy difícil por lo que Misato deshizo los árboles y se propuso intentarlo de nuevo.

Mientras tanto, Sakura se acercó al campo de entrenamiento con una canasta de píldoras soldado hechas por ella misma. Se sorprendió al ver el entrenamiento de cada uno. Naruto estaba a punto de cortar la cascada con sus múltiples jutsus y se veía poderoso. Mientras que Misato creaba un gran bosque y vio que festejó al ver que creció una extraña flor roja. Yamato le sonrió y señaló un gran pergamino. Misato lo tomó e invocó velozmente su Zanbato que es un arma que tiene la apariencia de una cuchilla gigante de acero y puede plegarse en dos para ser envuelta.

Sakura observó impresionada como Misato luchaba con Yamato arduamente. La kunoichi maniobraba muy bien el arma por lo que en un momento, Yamato pierde el control por los ataques de Misato y termina perdiendo. Yamato sonríe y le habla. Misato se sorprende.

Luego de ello, Sakura deja la canasta con una nota sobre una roca cercana. Tenía la esperanza de que la vieran. Misato continuó estudiando los pergaminos hasta que llegase su nuevo entrenador de Bukijutsu.

- Mocosa, deja de leer y ponte a luchar – habló Zabuza desenfundando su Kubikiribocho

- ¡Zabuza! ¿Tú me entrenarás? - dijo Misato con sorpresa

- Y pues, ¿qué te parece? ¿que vengo a tomar el té? - Misato rodó los ojos – quiero verte pelear – gruñó Zabuza

Misato invocó su Zanbato rápidamente y al instante, Zabuza corrió hacia ella dispuesto a luchar. Ambos chocaron sus armas y Zabuza la presionó. Misato se deshizo de la presión y se dispuso a atacar pero Zabuza la frenó rápidamente y con un movimiento de muñeca le cortó el brazo.

- Debes pelear con intención asesina si quieres sobrevivir – advirtió Zabuza – siempre pelea como si estuvieras a punto de morir

- Hai

Estuvieron el resto del día entrenando sin descanso, Zabuza no se veía cansado pero Misato parecía que moriría por el cansancio. Durante la noche, Naruto y Misato leyeron la nota de Sakura que les daba ánimos. Estaban felices de que los apoyara.

Al día siguiente, su rutina de entrenamiento continuó. Sakura se acercó al campo de entrenamiento con otra canasta de píldoras soldado pero esta vez se encontró con Haku observando desde lejos.

- Haku – saludó Sakura poniéndose a su lado

- Hola Sakura – dijo Haku sin despegar la vista

- ¿Vienes a ver a Zabuza? - preguntó Sakura curiosa – Vaya, está entrenando a Misato

- Hai, necesita el entrenamiento – sonrió Haku – Naruto y Misato están entrenando a otro nivel

- Lo sé – respondió desganada Sakura – creo que nunca alcanzaré a Naruto y Misato – miró al suelo – no importa, los alcanzaré de alguna forma – respondió con motivación