"Vivirás para salvar a todos"
Misato Senju no era una kunoichi común y corriente, ella tenía sus métodos para realizar misiones o incluso actividades cotidianas. Al ser un ninja sensor, mantuvo un constante seguimiento sobre Sasuke a una distancia considerable. Teniendo el Ojo de Kagura le permitía realizar su investigación.
Lejos, a lo alto de una montaña, Misato se encontraba sentada mirando el borde del precipicio. Recordó aquel momento en que Jiraiya la había empujado al precipicio para que despertara su kekkei genkai. Ese acto audaz y riesgoso había valido la pena. Extrañaba a Jiraiya, su mentor y una gran figura paterna para ella.
Salió de sus pensamientos al sentir la presencia de Hattori a su lado. En realidad, lo había sentido desde un kilómetro atrás pero se hizo más obvio cuando se apoyo en el suelo haciendo temblar todo.
- Ha llegado el momento de completar nuestra unión, Misato-hime – habló Hattori seriamente
- Está bien, ¿a dónde iremos?
- Aquí será – respondió
Misato lo miró confundida cuando este se alejó unos cuantos metros de ella. Elevó sus grandes alas negras y la miró con fiereza. Al instante, múltiples dragones aparecieron a su alrededor. Ella los miró sorprendida, habían dragones muy diversos.
- En este día, consagraremos a Misato del Clan Senju y Clan Uzumaki como nuestra nueva aliada por toda la eternidad – habló Hattori en voz alta – de ahora en adelante, Misato-hime es la sangre de nuestra sangre – los dragones rugieron con fuerza – nosotros estaremos a tu lado y tu en el nuestro por siempre – continuó – como parte de esta unión, deberás hacer un sacrifio, Misato-hime – el gran dragón la miró – deberás sacrificar una parte de tu vida para sellar nuestro destino, ¿estás dispuesta a hacerlo?
- Estoy dispuesta – respondió Misato sin dudarlo
En ese momento, Hattori junto a los demás dragones rodearon a Misato en un círculo perfecto. Y al mismo tiempo, expulsaron un gran fuego violeta proveniente del Fuinjutsu.
Misato se vio envuelta en aquellas grandes llamas violetas sin quemarse, sentía a cada segundo una parte de su vida esfumarse de su cuerpo. Sentía su energía vital ser aspirada para completar aquel destino. Lentamente su cuerpo fue elevándose mientras estaba envuelto en las llamas violetas.
Hattori junto a los demás dragones realizaron el Fuinjutsu Secreto a la perfección, aquella unión requería un sacrificio por parte de su nueva sangre. Un mortal Uzumaki.
Al terminar el ritual, Misato descendió al suelo mientras las llamas se apagaban. Se quedó arrodillada mientras recuperaba el aliento por tal sacrificio. Años de su vida habían sido quitados. Hattori la miró intensamente, el recuerdo de Mito en este mismo ritual llegó a su mente. Aquella mujer se había desmayado y estuvo en coma por dos meses pero Misato solo estaba débil.
Ella elevó la vista hacia Hattori, y este pudo apreciar los ojos de Misato. Poseía los ojos de un dragón, la aparición extraña desapareció rápidamente. Misato se sentó en el suelo respirando con pesadez. Se sentía extraña al perder una parte de su vida.
Sin embargo, Misato se puso de pie lentamente sorprendiendo a los grandes dragones. Hattori rugió en felicidad y los dragones que acompañaban siguieron su ejemplo. Misato sonrió felizmente. En ese instante, Hattori se acercó a ella y se puso en posición para que subiese a su lomo. Ella acarició su cuello y procedió a subir a su lomo. Se aseguró sujetándose de dos grandes escamas negras, y Hattori rugió. El Gran Dragón comenzó a tomar velocidad en la montaña, y en un momento aleteó y se elevó por los aires. La tierra del suelo se removió por tal acto.
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Crónicas de una kunoichi: Shippuden
FanfictionVivir en un mundo diferente no es nada fácil. Saber lo que depara el destino y no poder cambiarlo, es difícil de asimilar. Amar y ser amado, eso es más complicado. "¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es la razón de mi existencia? ¿Qué debo hacer?" preguntó...