VII: "El nido"

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Por más que lo negara. Mundus, el rey de los demonios temía a las acciones de Sparda. Puede que por eso el que lo perdonara hace tanto tiempo al separar ambos mundos. Era él quizá el único que implicaría una amenaza potencial.

-¿Entonces qué procede señor?- Inquirió Phantom. -Señor...señor-

Fue su insistencia la que irritó al príncipe de las tinieblas quien con toda sencillez lanzó una ráfaga de energía hacia el arácnido casi matándolo en ese instante. Y así hubiera sido de no ser por la rápida reacción de Phantom...Tuvo suerte. Escapó del lugar.

-Alastor, Beowful ¿Dónde se encuentra?-
-En el sur señor- Dijeron al unísono. -¿Iremos a atacarlo?-

Mundus. No ignorante del comportamiento habitual de Sparda se negó. Esta vez era necesario erradicarlo. Pero tendrá que ir él personalmente. Nadie sería capaz de cumplir con tan ambiciosa labor.
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Fue un lío conseguir que Sparda permitiera a Eva revisar sus heridas. Pero fue mayor el asombro de ella al ver que ya no había ninguna.

"Creo que no me necesita" dijo ella para sus adentros y se retiró.

Sparda ya no consideraba la posibilidad de dejar a su suerte al grupo de humanos. Sería muy absurdo pensar que no vendrían por él. Digamos que ese no era el asunto. Pues fácilmente liquidaría a gran parte del ejército demoníaco. El verdadero problema (Al menos para él) sería que llegaran las tropas y se toparan con Matier y sus seguidores. Completamente indefensos contra enemigos de esa categoría y era ese un riesgo que no pretendía correr.

Al amanecer, aunque dificultosamente, se desplazaban por el abrupto entorno.

-Matier, ellos no lograrán nisiquiera encontrar Temen Ni Grú-
-Lo sé Sparda, ese viejo no logró descifrar del todo aquél libro-

El caballero oscuro había sellado la torre en el mundo de los demonios hace mucho tiempo atrás. Cabe aclarar que la función de esta era únicamente fungir cómo portal entre ambos mundos, por lo que ningún humano se haría poderoso ahí.

—Sería prudente pensar en que Argosax será liberado...— Exclamó ella con cierto desaliento.

-Para nada, a Mundus no le conviene.-
"Se ha informado bien" supuso Sparda... Argosax había sido sellado por él hacía tiempos inmemoriales. Un demonio quizá más poderoso que Mundus.

El grupo se detuvo, necesitaban un respiro. Los niños de inmediato se pusieron a jugar en el suelo cada vez cubierto por menos nieve. Eva los acompañaba. Sparda contemplaba a la mujer jugando con los infantes, ese acto despertaba en él cierto sentimiento un tanto complicado de explicar. Era un poco de curiosidad infantil aunada a la simpatía que le causaba aquella de los rubios cabellos. Él observaba solitario recargado sobre un árbol.
-Oye, no te quedes ahí sólo, ven a sentarte- le dijo ella.

El albino se sentó a su lado y comenzaron a conversar fluidamente.

-No culpo a los demonios, pero yo también quiero vivir en este mundo-
—Aunque no debiera lo comprendo perfectamente...—

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La danza de Sparda (Devil May Cry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora