El vampiro corrió a toda velocidad con el omega en brazos.
Seguía preguntándose porque sentía que algo le retenía de saciar su sed con él. Era como si una parte de su cuerpo, no respondiera, como si algo dentro de sí le controlara lo suficiente para no permitirle atacar al pequeño omega que lloraba y gimoteaba pidiendo piedad.
- Llegamos, mi hermosa cena. Espero que padre me ilumine del porque mierdas no puedo drenarte.
- ¡Déjeme!, señor vampiro le juro que tengo sabor feo. No soy rico. - dijo el menor sorbiendo la mucosidad que las incontables lagrimas llenas de miedo traían consigo.
- Soy Taehyung pedacito carne. Y no soy un señor, de hecho, soy el menor de mis hermanos. En otras palabras, soy el equivalente de un cachorro de lobo. ¿Entiendes? - Hoseok le miro confundido.
- Pero...te ves bastante grandecito para ser igual que un cachorro. – limpio los rastros de su cara y volvió a observarle.
- Eso es porque nuestra raza se llega a la adultez al cumplir los 100 años.
- Vaya, para la mía ya serias un adulto bien desarrollado. Y por lo que veo serias un alfa bastante fuerte, de gran categoría.
- Ahh, mi pedacito de carne me está halagando...a su manera. - Taehyung soltó una estruendosa carcajada. - Estas cosas no se ven. Tu comida diciéndote que estas apetecible sexualmente...Uhm Eres único, pedacito de carne.
- ¡Soy Hoseok! No, pedacito de carne ¡¿entiendes?! - el omega hizo un puchero que hizo que Taehyung abriera los ojos en grande. Había sentido un escalofrió y un tirón en su pecho, como si tuviera un corazón latente, pero él era un vampiro, y su corazón no latía.
Caminaron por los pasillos de piedra, oscuros y fríos, que para el omega eran demasiado aterradores.
Entraron a una alcoba, que, como el resto del sitio, las paredes eran de piedra. Pero un pequeño mueble se encontraba debajo de la ventana, uno muy bonito si le preguntaban al omega, era bastante cómodo.
Taehyung le había dejado sobre el mueble, mientras observaba a luna a través del cristal.
- ¿No puedes simplemente dejarme ir tranquilo, y cazar algún conejo como todo el mundo lo hace?
-Pero eres una excelente presa, incluso si no estuviera sediento, no dejaría escapar semejante manjar.
Hoseok no sabía si sentirse ofendido o no, porque de alguna forma le sonaba como una especie de coqueteo, pero recordar que venía de un enemigo nato que sobrevive acosta de la muerte de otros le parecía un insulto a su persona.
- Llegaste. - Taehyung volteo a ver que a sus espaldas estaba su hermano Jimin. - Veo que trajiste compañía.
El vampiro rubio peino sus cabellos, y se lamio los labios, ese tipo de compañía era su favorita.
- ¡No lo mires! Es mío. - Taehyung se colocó en posición protectora, impidiendo el acercamiento del rubio. Este resopló.
- Ya, pero que egoísta eres Tae. - Se giró hacia la puerta. - Nos vemos más tarde lindo, si aún sigues vivo, claro. - pronuncio las palabras tan lento y suave que parecía saborearlas.
El peli plata soltó un bufido algo largo, y se giró cuando su hermano estaba fuera de vista, vio como el omega se encontraba aterrado, temblando, aun viendo al vacío sus ojos se aguaron, lloraría de nuevo.
- ¿Te asustó? - Hoseok intento reaccionar, pero se encontraba todavía viendo las imágenes mentales de los colmillos filosos y los ojos rojos brillantes, esos que lo perforaron desde la distancia.
- ¿Es por los ojos rojos? ¡Demonios! Como quisiera tenerlos.
Hoseok salió del shock, miro la figura a su lado. Y pensó en lo que este decía. ¿Por qué le asustaba más el otro vampiro? De alguna forma se había asustado con el peligris porque fue algo repentino, inesperado, pero en realidad, el vampiro no tenía un aire demasiado aterrador. Es más, tenerlo allí a su lado le daba cierta sensación de seguridad.
Lo observo en la oscuridad de la habitación, la luz de la luna iluminaba el pálido rostro, denotando sus fuertes rasgos, sus cabellos se veían sedosos y brillantes, tenía unos hermosos ojos perlados que le miraban con deseo e intriga. Parecía que el sentimiento era mutuo, porque a Hoseok le intrigaba la situación, era curiosa.
- Creo...c-creo que si te veo bien...e-eres li-lindo...- Taehyung le observó en silencio. Se sentó al lado del omega y le acaricio la mejilla, los labios y suspiró.
Debía admitir que ese lobo era diferente a otros, le hacía sentir cosas extrañas, como que su estómago se contrajera, y sintiera escalofríos recorrer su piel, con ese cabello suave, la piel tersa, ojos miel dulces y llenos de vida, los labios, se veían tan provocativos y hasta esponjosos, que se preguntó cómo se sentiría, llego a él, ese peculiar olor a vainilla y canela, sus manos cosquillearon por tocar la hermosa figura en frente suyo, aunque fuera un pecado pensar semejantes cosas.
- Estoy jodido. - Tomo de nuevo el rostro del omega y le acercó hasta juntar sus labios. Un beso gentil e inesperado sorprendió a Hoseok.
- Si, lo estas, pecador. - soltó una risita.
Taehyung se separó del omega, y vio recostado en el marco de la puerta a Namjoon. El peli naranja sonreía pícaro, después de todo, ese tipo situaciones era su diario vivir, con sus alfas y betas de turno.
- No sabía que te gustaban los omegas... Quizás podrías prestármelo, probar cosas nuevas de vez en cuando es bueno para una larga existencia.
