-Pues sí- dijo permitiendo que Damian ingresara primero- este es mi departamento.
Las paredes azules estaban decoradas con fotografías de Jon y de lo que parecía ser su familia. Los muebles eran pocos pero básicos: una mesa, dos sillones, un pequeño televisor entre otros que en definitiva no combinaban con la alfombra.
El lugar parecía estar vacío por culpa de eso pero no por ello decepcionaba el departamento.
-¿Cómo alquilaste este lugar?- preguntó después de un rato mientras definitivamente comprobaba algo.
-Un amigo de mis padres me lo presto.
La respuesta pareció pasar de largo para el jugador quien comenzó a caminar a lo que era la cocina. Un lugar equipado que ahora solo tenía lo más básico para vivir. Antes de que avanzara más lejos Damian se le colgó por los hombros desde la espalda. Jon se sorprendió por lo espontáneo del contacto y por ser un abrazo.
-¿Está todo bien?
-Ahora lo está.
Jon se giró no demasiado rápido como para ahuyentarlo. Pasó una mano por la espalda baja y lo abrazo muy suavemente, prácticamente sin tocarlo. Nuevamente se volvió a preguntar ¿Y era así de fácil? había creído que se vería en la necesidad de invitarlo más, cortejarlo tal vez y ahora era el mismo Damian el que se arrojaba a sus brazos. De no estar tan pasmado quizá habría prestado atención a las señales que emanada Wayne.
-Estaba a punto de traerte algo de beber- era temprano, tendría tiempo de sobra para estudiar para su examen que realizaría justamente al día siguiente.
-Tal vez después.
El cuerpo de Damian comenzó a enredarse y el otro a reaccionar bastante bien. Se juntaron tanto que podían sentir el palpitar sobre sus pechos. Dami inicio a dar pasos en reversa a la habitación del menor, se miraban atentos a los ojos sin decir nada; al estar enfrente de la puerta Jon se apresuró a mover la manija y así ingresar. Una vez encerrados se volvieron otros seres diferentes. Se besaron intensamente hasta tumbarse en la cama con Jon arriba.
El menor colocó una pierna en medio para permitirse la estabilidad de quitarse la camisa que le había regalado su mamá en la navidad pasada. Noto que le temblaban las manos y se obligó a serenarse. Siguió besando los labios finos hasta que se hartó del sabor y quiso probar más lugares como la oreja, el cuello y el inicio de la clavícula.
Cuando se levantó lo que encontró le fascinó tanto que su miembro despertó al instante. Damian sonreía escondiendo algo en la mirada, pero poco le importaba. Lo tenía ahí, justo debajo suyo, sin quejarse, sin comentarios ácidos o cualquier otra cosas que le habían contado. Damian era encantador.
No lo había despreciado y respondía a sus caricias y demandas. ¿Qué es lo que la gente no lograba ver que él sí lo hacía?
No valía la pena pensar en eso ahora, debía disfrutar de la mejor manera; no deseaba que la cordura le regresara y lo apartara.
Con esa idea en mente le desabrocho la camisa a su conquista dejando expuesto el torso. Se notaba que ni el sol había logrado tocar esa piel, se sentía honrado y con el ego alto por ser uno de los pocos en hacerlo. Con un movimiento torpe lo volteo dejándolo boca abajo. Ahí pareció dudar ya que frenó en seco tal vez con la intención de pensarlo mejor. Sin embargo al sentir la cadera de Damian restregándose en su pelvis el mundo volvió a reducirse. Desde esa posición los leves golpes que recibía eran exquisitos, se acomodó para que Damian se meciera mejor y despertara por completo su pene ansioso.
Jadeaba sobre su espalda y resoplaba bramidos en la nuca eriza del mayor.
-Es difícil mantener el ritmo- Damian lo regreso solo para volver a hundirlo en la lujuria, su voz apenas era un susurro caliente.
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Por una tradición
ФанфикLa vida de Jon está apunto de cambiar completamente, no solo debe mudarse de ciudad sino que también su nueva obsesión lo obliga a volverse futbolistas de americano, pero si con eso consigue que un par de ojos color jade se fijen en él estará dispue...