El medio tiempo.

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Jonathan recuperaba de apoco su acostumbrada alegría bonachona dejando a sus amigos tranquilos de nueva cuenta al verlo reír y charlar como antes. Este hecho era gracias a Damian quien ya no se le escapaba de las manos como semanas antes lo venía haciendo. Cada vez que se cruzaban por los pasillos o las sedes de la institución Jon sentía su corazón ir a mil por hora. Tenía la costumbre de cargar la mochila de Wayne, abrazarlo, besarlo y llevarlo hasta la puerta de su salón (esto último gracias a aprenderse de memoria y sin error el horario de su petirrojo).

Los entrenamientos iban relativamente tranquilos. Aunque Jon tuvo que soportar una vergonzosa plática con Dick sobre respetar a su hermano entendió que lo estaba aceptando para estar tan mimosos en público.

Jon disfrutaba profundamente cada vez que Dami rechazaba los contactos de su torpe amigo pelirrojo, y aún más disfruto cuando las toallas y botellas de agua que siempre eran para Jason pasaron a ser suyas. Se sentía como un pavorreal cada vez que sus labios rozaban la tersa piel del demonio, tan suave como el durazno tierno que cuelga de las ramas de un árbol; sin embargo no todo era felicidad y mil entre ellos, las discusiones por las cosas más mínimas eran algo del día a día que solo obligaban a Jon a ser más rudo cada vez que se hundía en ese cuerpo prohibido para todos menos el mismo.

Una de las mayores peleas que tuvieron fue cuando en un fin de semana Damian decidió salir con sus amigos que quedarse en el departamento del más joven. Cuando Jon lo enfrentó recibió una respuesta tan contundente que lo dejó desarmado "Fuimos a un bar Cry-Johny no te hubieran dejado entrar" esa simple afirmación lo dejó pensativo por algunos días. Al final de cuentas era cierto lo que Damian decía; eso lo llevo a un nuevo conflicto interno donde se preguntaba si era lo suficientemente bueno para un chico mayor que él. Damian era atractivo, adinerado, inteligente y de buena cuna, a comparación de eso Jon se sentía desnudo, su único atributo era ser bueno en el americano. Casi todos sus problemas con el joven Wayne se los narraba a Garl sin embargo ese jamás salió de su mente y sin darse cuenta lo sembró en una parte importante de su ser.

Los días ahora fríos obligaban a cargar un abrigo grueso capaz de proteger las extremidades superiores con recelo. Los árboles se ponían sus atuendos nuevos mudando las hojas verdes por unas rojizas que simulaban el fuego de una antorcha, las brisas ya no eran cálidas y dejaban un rastro con aroma a humedad producto de las neblinas bajas de las mañanas. Aun con eso las tardes se negaban a dejar de brillar con la misma intensidad y aunque el frío era notorio por las madrugadas y noches el sol relucía distante al medio día.

Esa tarde había un partido amistoso donde Jason había dejado fuera a Jon a propósito por contradecir la jugaba en el pasado encuentro que casi les valió la victoria.

El joven jugador estaba sentado a la sombra mirando los movimientos de sus compañeros, hacía solo unos minutos había tenido a Damian a su lado pero como este último tuvo que responder una llamada se alejó del bullicio dejándolo ensimismado en lo que pasaba dentro del campo.

El pasto salió volando a causa de los zapatos y movimientos que se realizaban. Todo lucía bien hasta que a un cuarto de la zona de anotación enemiga un accidente bastante común tuvo lugar. Al parecer algún condiscípulo de Kent se había lastimado la pierna cuando varios otros lo aplastaron contra el suelo. Ese cambio sirvió para quitarle el castigo al "53" quien animoso entró con la intención de realizar otro touchdown y volver a dedicárselo a la misma persona.

Jon ya llevaba un tiempo con la idea y hoy por fin se había decidido a hacerlo.

Las cosas no podían ir mejor que ahora, las jugadas salían casi perfectas y para su fortuna él era parte básica para poder decir que estaban ganando sin ningún contratiempo. Le resultaba irónico como las cosas cambiaban de un momento a otro, correr, saltar, esquivar y de vez en cuando mirar de reojo a Damian para asegurarse de que lo veía, era todo lo que la mente de Jon tenía como prioridad.

Por una tradiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora