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Sus músculos se mantenían entumidos y su cuello dolía al igual que su cabeza por lo que en menos de lo esperado, el joven terminó agotado en la parte trasera de la camioneta. Había quedado rendido, después de todo, no había sido sólo un día pesado sino también una velada larga y por lo mucho, estresante.

YoonAh no paraba de mirar por el retrovisor asegurándose del aspecto del omega, en cuanto los párpados del pelinegro cayeron, un suspiro apenas perceptible brotó de sus labios.

—Gong, ¿sabías que JiHo había regresado? —El alfa asintió sin despegar la vista del camino.

—¿Y por qué no me lo dijiste? Sabes que a él...

—Por eso mismo no te lo dije —interrumpió— además, ya no es un niño, hay cosas que deberá afrontar por su cuenta

—Pero...

—No YoonAh, entiende, además, como van las cosas, temo que ambos deberán pasar tiempo juntos

La expresión de la mujer se contrajo, las líneas de su frente se hicieron presentes

—¿De qué hablas? Eso es imposible —susurró con un tono de incredulidad— YoonGi ni siquiera le dirige la palabra

—Eso es lo de menos. Ése muchacho hará lo que sea y si no es él, será HaJoon créeme, —Gong al ver el rostro molesto de su esposa, colocó su diestra sobre la ajena, acariciándola por pausas sin quitar la otra mano del volante— no te preocupes, YoonGi estará mejor si permanece cerca de él, al menos por ahora, hasta que las cosas se calmen.

—¿De que hablas? No entiendo nada ¿a caso pasó algo malo? Hoy en la cena tú y HaJoon no lucían muy contentos que digamos. —De nueva cuenta, aquél asintió.

—Al parecer, se han visto cazadores furtivos en la montaña —la expresión de YoonAh se mantenía expectante— El problema es que no creemos que estén buscando animales, —Gong a pesar de saber que el omega dormitaba en el asiento trasero, éste disminuyo de más su tono de voz.— Al menos ya no.

YoonAh se petrificó, sus ojos desesperadamente se posaron en el retrovisor, divisando el cuerpo de YoonGi quien dormía sin tener idea de lo que ocurría.

—Hablaremos de esto más tarde, no creo que sea adecuado hacerlo ahora. —Su esposo le miró fugazmente, para después colocar su vista en la vereda.

No se hablo más de aquello y el transcurso se volvió inmesurablemente, mudo.


—YoonGi-ah —Parecía oír un susurro lejano llamarle, sus párpados se sentían pesados. Incapaz de poder abrirlos se removió en el asiento— YoonGi-ah —volvió a llamar aquella voz cálida. Con detenimiento abrió un ojo, después el otro. Sus mejillas se encontraban rosáceas y su melena oscura caía con gracia sobre de su frente. YoonAh advertía la belleza del joven, haciendo que un recuerdo del pasado se colara en su ahora. Aquellos ojos marrones que observaban al omega se sentían aguarse, sin embargo los contuvo. Sus manos delgadas se entrevieron entre los mechones negruzcos, YoonGi aún adormilado se dejó hacer por la mujer.

Stigma of the First Love   »тaegιĸooĸ«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora