🐺La neblina rozaba al ras del suelo, el sonido de las hojas secas siendo acarreadas por el frío aire llenaba el basto lugar. La luna brillante yacía sobre el cielo y a la distancia los lamentos de unas pequeñas criaturas resonaba.
Dos crías de lobos abandonadas a su suerte, en medio del inmenso bosque al pie de la montaña del Dios, aullaban sin detenerse esperando ser oídos por su manada, misma que, -ellos sin saberlo- había sido la causante de su abandono.
La madrugada avanzó y los lobeznos vencidos por el sueño se encontraban dormitando bajo las secas ramas de un gran sauce.
Hasta que el descansar de una de las crías se vio interrumpido, pues un olor ajeno invadía el lugar. Nunca antes había percibido algo tan desagradable. Aquel olor era completamente nuevo para él y bajo las circunstancias en las que se encontraban se atemorizó, causando así que mordiera la oreja de su compañero obligándolo a despertar, el menor de los cachorros gruñó y finalmente chilló adolorido.
El lobezno negruzco continuaba gruñendo y soltando quejidos, mismos que fueron ignorados por el de pelaje acaramelado, el cual seguía mordisqueándolo para que se levantara. Ambos se colocaron en posición defensiva, pero el temor era mayor, ambas crías buscaban protección y sin contar con alguien que se las brindara éstos comenzaron a correr montaña arriba, aunque no sirvió de nada pues al parecer el ser del cual provenía tan peculiar olor, continuaba siguiéndolos y parecía no ser el único, eran más, tres para ser exactos.
Hallaron un pequeña cueva -apenas accesible para los lobeznos-, y sin rechistar se adentraron en ésta.
—No los veo, creo que he perdido su rastro.
La voz gruesa de un hombre se oyó.
—¡¿Cómo que lo has perdido?!
Gritó el otro, los pasos de los hombres se acercaban incautos hacía los cachorros, pero para su fortuna éstos se encontraban bien ocultos, siendo ajenos a la vista de los intrusos.
—No podemos irnos, ha sido una orden del Alfa, debemos matarlos.
El sonido de una escopeta siendo cargada retumbó en los cánidos oídos de los lobos.
—No podemos regresar sin esos cachorros, Han nos ma...
—Ugh, ¡carajo! no puedo con esto, vámonos, no importa si no regresamos con ellos... —El hombre aún sosteniendo su arma vigilaba el lugar— Podremos reemplazarlos con otras bestias, además, el bosque en estos tiempos es letal, esas cosas estarán muertos en menos de dos días.
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Stigma of the First Love »тaegιĸooĸ«
VârcolaciOMEGAVERSE!AU 🐺 [TaeGiKook] TaeHyung y JungKook dos indefensos lobeznos perdidos. YoonGi, un confundido- y gruñón O m e g a que los encuentra. Min no sabe que aquellos cachorros son tambien- humanos, perten...