Stigma of the First Love »тaegιĸooĸ«

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La creciente sensación de los vellos de su nuca erizarse y el sabor metálico extendiéndose por su boca lo disgustó enormemente.

Comenzaba a detestar aquellas sensaciones tan desagradables, hasta llegar al punto de hastiarlo.

—Creí que llegarías hasta más tarde. —Expresó la omega observando a su esposo, aquél formó media mueca en respuesta.

—En realidad así es. Sólo necesitaba algunas cosas y cuando llegué me encontré con éste muchacho. —Tomó a JiHo por la espalda dándole una amigable palmada.

—Buenos días señora Ji. —Dio una leve venía a la cual YoonAh asintió con una sonrisa de por medio.

Hola hijo, ¿qué te trae por acá? ¿ya has desayunado? —El menor negó y la mujer se colocó de pie— Entonces ¿qué esperas? vamos siéntate, ya vuelvo, iré por otra vajilla.

—Bueno yo me voy, ya tengo lo que necesitaba, —alzó una caja metálica llena de lo que parecían ser herramientas— tengo trabajo que hacer. Nos vemos más tarde.

El alfa sin decir más desapareció del comedor. YoonAh tampoco se quedó por mucho tiempo ahí, ya que sin perder más el tiempo partió rumbo a la cocina.

Para ese instante, los jóvenes alfa y omega, aguardaban a unos metros de distancia. YoonGi mantenía su vista clavada en sus muslos en donde sus manos desprendían toda la tensión, dejando en su piel una marca extensa cada vez más roja.

—YoonGi, yo... —No logró decir más, pues el pelinegro se alzó en seco y le dio la espalda.

No iba a quedarse a escuchar las palabras de aquél alfa. Prefería mil y una veces irse a encerrar en su habitación a tener una conversación con él.

JiHo no tardó en seguirlo, no podía dejar que aquel se fuera así, quería arreglar las cosas, saber si aún había alguna -aunque fuese mínima- oportunidad con el omega.

A escasos metros de su habitación, el más alto logró tomarlo del brazo, deteniéndolo así por completo. La piel de JiHo era caliente sobre de la del omega. No se podría mentir a si mismo si YoonGi no negaba que aquel tacto le descolocó, provocando incluso que el calor subiese a sus mejillas, pero al mismo tiempo causo un vacío tan desagradable que lo impulsó hacia atrás, quedando pegado a la puerta de su cuarto, evitando cualquier contacto físico con JiHo.

—Necesito hablar contigo. —Dijo con tono firme. Aquella voz solo provoco que YoonGi se removiera disgustado desde su pequeño lugar. Detestaba cuando usaban la voz de alfa sobre de él, pues no podría negarse a acatar el mandato. Rodó los ojos y sin dirigirle la mirada esperó a lo que JiHo tuviese que decir.