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Evimeria.Zona Noreste

-¿Que haces aquí?- murmuré tras la puerta.

-No puedo dormir.

-¿Acaso lo has intentado?-la puerta parecía que en vez de protegerme me daba más valor.Podía vacilarle,podía preguntarle todo lo que quisiese.También no quería puerta:quería que estuviese delante mia, que fuese agradable.Que no fuese borde, que se mentalizase de que éramos como un equipo, y que si una pata fallaba, el taburete se caía.

-¿Tu que crees?¿Abres o no?-estaba perdiendo la paciencia.

-No lo se...

-Benjamin, es tarde y quiero dormir.

-Vuelve...vuelve a tu cuarto.-Que me pasaba, yo no era así.¿Era el miedo?Si era eso.Era el miedo a la indiferencia,a la superioridad. Había dormido muchas veces con él, y no me gustaba esperar a la mañana siguiente para sentirme una mierda o uno más en las conversaciones.

-Benjamin por Dios... -dijo junto un bufido y algunas palabras en italiano.-¿Que demonios te pasa?¿Hoy no puedo dormir?-creo que fue la gota que colmó el vaso.
Abri la puerta y vi a un chico pelirrojo apoyado en la pared paralela a la puerta.-Gracias a Dios,pensaba que jamás podría...

-¿Qué me pasa?-corté al chico.Me miro extrañado.-¿¡Que qué me pasa a mi?!...-cogí aire y apreté mis puños.-¡Estoy harto Andrea!-el pelirrojo frunció su ceño.

-Cálmate...-negué.Creo que notaba que estaba saliendo de mi jaula de cristal,inocencia y silencio.

-¡No,no voy a callarme!-me acerqué a él, y agarrando su camiseta como un conejo vacila a un gato más grande que él,fruncí mi ceño.Tenía calor,me dolían las manos.-¡Estoy harto de tener que aguantar tus indiferencias, se que hice algo malo!-mi voz se rompió, y el se dió cuenta.Los largos ríos que nacieron en lo alto de mi cara y contornearon mis mejillas fueron pruebas del delito que había cometido el pelirrojo.Cada vez mis mejillas tenían más lagrimas, y cada vez mi voz se rompía más.-¡Se que...hice algo malo!...

-Benjamin,yo no...

-¡Cállate,no quiero saber nada!-traté de calmarme.-No soy tu cojín,ni tu juguete...no voy a serlo...-solté al chico.El silencio nos ahogaba.De nuevo,era ensordecedor.Notaba que era cada vez más espeso.Unas palabras algo frías salieron de la boca de Andrea.

-No quise hacer eso,por que no descan...-tocó mi hombro,pero yo aparte su mano.

-Déjame.-sin decir nada,limpié mis ojos y bajé las escaleras de aquel hotel marginal.

Me llevó minutos llorar con ganas.Me sentía como una mierda.Eso, una mierda. Me sentía pisoteado,impotente,inútil.Un trasto viejo.Un pincel usado.Una galleta mordida y tirada en una mesa. El silencio de la calle enmudecia mis sollozos.Estaba en la escaleras de la entrada de la calle del hotel,mirando la nada,dejando que mi cara se inhundase lentamente.Tal vez con suerte me ahogaria alli mismo.
Pasaron 4 minutos. Estaba mejor. Me sentía igual de tonto,pero no habían lágrimas en mi cara,sólo sonrojo en lo nariz y mejillas.Debía parecer patético.Note que el silencio se tornaba más difícil,más escabullidizo.Sentí pasos que no sonaban,que temblaban en la tierra. Sentí una aliento que, realmente, era imposible de notar. Noté una presencia que no existía.Sentí una mano humana.
Me sobresalte, y al girarme, vi a Andrea tras mía.

-Eres tú...

-Si.-al pelirrojo se sentó a mi lado.Llevaba un pijama neutro,casi como el mío.-Ten.-me acercó un pañuelo.Asenti.

-Gracias...-sorbí por mi nariz y limpié mis ojos.Tragué saliva,y tras segundos en silencio,dejé mi voz salir, la voz rota, la dolorosa. -Me he pasado...

-No,simplemente no podías más.Está bien.-el tambien carraspeo.Se levantó y estiró su mano.-Hace frio,vamos a tu cuarto y te lavas la cara.-cogí su mano.Y asi fue.Subimos en silencio,dando las buenas noches a la recepcionista,escuchando las escaleras resonar debido a nuestros pies.Ah si,no me soltó la mano.La agarraba con suavidad, con calma.Cómo si fuese una pluma y trazase una linea recta sin regla.Me guiaba como si no supiese donde estaba mi habitación.
Al llegar entré yo primero.El no lo hizo.-Estaré en mi cuarto.-asenti,y tras aquella pesadez,se fue a su habitación.

1 minuto.5 minutos.10 minutos.
Juro que no podía dormir.Algo pasaba,mi conciencia no me dejaba dormir.No me había lavado la cara.No quería.No en mi cuarto sólo.
Bueno,solo.Estaba Lydia,quien parecía que al dormir desconectase del mundo.No se despertó cuando cerré la puerta.Y tampoco cuando me encontré delante de la del pelirrojo.Alcé mis nudillos, y con frío en mis manos,toque la puerta.Tardó escasos segundos en abrir tras un suave "¡Voy". Allí estaba,delante mía. Ambos sabíamos que acabaríamos viéndonos.

-Puedo...

-Si.-no dijo nada más.Me dejó entrar y tras hacerlo,miré el suelo.Tenía la ropa algo desordenada,y parecia tener bastantes pijamas.Giré mi cabeza hacia él.Otra vez fluyeron los ríos en mi cara.

-Lo siento...-el pelirrojo dejó un suspiro en el aire junto una sonrisa.Fue el quien decidió acercarse y abrazarme.Un abrazo.Creo que fue de los mejores abrazos que jamás me han dado.Cálido,agradable,eterno.Ojalá eterno.Mis manos agarraron con fuerza su camiseta,la cual creo que congelé suavemente.
Acabamos en el baño.No,no el sentido sucio.Había estado llorando casi por medio minuto,y eso pasaba factura. Me lavé la cara numerosas veces.

-No pasa nada por explotar a veces.¿Nunca lo había hecho?-negué.-Es por eso que estas tan nervioso.No pasa nada.

-Pero me he pasado...

-No te has pasado.

-¿No?

-Yo creo que no.-otro silencio gobernó el baño.-Donde...¿dormirás? -dijo abrazando una de sus rodillas que se apoyaban en la tapa del retrete,donde el eataba sentado.

-No puedo dejar a Lydia sola.-jugaba con mi pañuelo ,mirandole fijamente.Creo que era la primera vez que Andrea se comportaba de forma educada.

-Creo que no es buena idea que yo duerma contigo...-dijo algo avergonzado,rascando su nuca.No,no,no,no. Andrea no. Debes venir a mi habitación.

-Esta bien...-alcé mis hombros.Era irónico como mi boca mentía y como mi cabeza y cuerpo gritaban "Pideme dormir conmigo". Le miré por varios segundos.Ambos sabíamos qué queriamos pero ninguno lo dijo.
Me acompañó a la puerta.La abrí y como si viviese más lejos de lo que vivia, se despidió.

-Si necesitas algo...dímelo.Adiós.-volvió el Andrea seco y algo desganado. Cerré la puerta tras musitar un adiós. Me tumbé tras sonarme la nariz numerosas veces. Tenía la mayor parte de la cara roja, parecía una fresa. No dejaba de pensar en aquel abrazo, en aquel ataque de histeria, en aquella ansiedad por verle en mi cama, aunque fuese de espaldas.
No podía dormir,por lo que cogí aire de la ventana,asomándome al exterior en un afán por ver a Andrea.Pero no fue así.Su cuarto estaba con la luz apagada.Probablemente todo aquello había sido teatro,una actuación de bondad y ternura que realmente pintaba y cubría una falsedad y rabia oculta en él por aquella noche en la que me vestí de chica sólo para poder hablarle.
Quería ver la cara feliz y verdadera de Andrea.¿Podría conocerle un ser tan mentiroso como se suponía que era yo? Volví a entrar en mi cama tras dejar en el aire un suspiro derrotado.Andrea,me gustas.Me gustas más de lo que pensé.Y no quiero que me gustes, porque conllevaría no contartelo jamás o recibir más miradas de asco.
Mamá,ojala pudieses ayudarme.Esta ocurriendo otra vez.Si mamá,otra vez.
Quiero volver a casa...

ευημερία - The Lost Kids // [ CANCELADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora