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Evimeria. Zona noreste

- Keith... -intentaba mover a mi compañero,quien dormía de espaldas a mi.- Keith oye... - susurre en su oído.Sin otra opcion,me puse encima suya. -Eh tú,despierta...-zarandeaba a mi compañero.Vaya con la bella durmiente...
Terminó por despertar y mirarme sorprendido.

-Que..

-Keith,están llorando al lado.-dije algo asustada.

-¿Que?...-aún seguía adormilado.Se incorporó,rascando sus ojos. Colocó una de sus rastas tras su oreja, como si fuese un mechón de pelo. El llanto cesó y con ello,el silencio acompañó de la mano a un suave portazo que sólo se repitió una vez. Silencio después de ello.

-Estaban llorando...-murmuré.

-No he oído nada...será un niño pequeño...-dijo tumbandose de nuevo.Mire su oído,y aún sigo sin entender que fuerza hizo que lo mirase sin motivo alguno.Fue como el destino.

- Keith...tu oido...-el contrario se lo palpó con la yema de sus dedos.Si,sangre de nuevo.Miro si mano y al ver la sangre chasqueo su lengua.

-Vaya...-fue al baño.

-¿Vaya?¿Sólo un Vaya ?

-¿Me pongo a llorar?-dijo algo optimista,riendo.Tras aquella risa la tos suave se hizo presente.Eso de fumar no era bueno...

-Deberías ir al médico...-dije peinando el poco pelo que tapaba mi rostro.

-Y tu deberías comer más.Ninguno cumplimos nada.-Dijo con una sonrisa.Esa sonrisa.Esa que te dice en un susurro al oido Todo está bien. Sus brazos bien ejercitados se movían entre la tenue luz de la bombilla del baño.La caja que había comprado esa misma mañana estaba estrenandola él y su oido.Ese oído que yo misma había herido... -Y ya está.-dijo para él.Ahora tenía un taponcito de algodón en su oído,dejando que la poca sangre que había derramado se filtrase en aquel sitio. El muy estúpido no tuvo otra mejor idea que,tras guardar la caja,ponerse sobre mi.

-Keith no...

-¿Por qué?¿Ya no juegas conmigo como en los viejos tiempos?

-Si,si juego pero...ahora no.-coloqué mi mano en su mejilla,notando como está comenzaba a pinchar.Debería afeitarse en breves,sabiendo como era él...

-Vaaaa-dijo en un tono infantil.Su mano se coló en mi camiseta,haciéndome cosquillas.
Y así medio minuto.Pensaba que me moría.Si,también pensaba que me moría por la falta de aire,consecuencia de las cosquillas.
No tardé en negarme y pedir tregua.
Se tumbó de nuevo,y tras darme las buenas noches,se acurruco de nuevo de espaldas a mi.
Sigo agradeciendole a quien o lo que haya sido que pusiese en mi camino a Keith.

Se hizo de día,y eso lo supe en cuanto un rayo de luz se tumbó en mi ojo.

-Buenos días...-dijo Lydia,quien seguía tumbada en su cama.Sonreí desde la mía.Ambos tumbados en sus camas,con las sábanas hasta arriba.

-Buenos días Lydia...-dije con una sonrisilla desgastada.Note mis ojos pesados.Ah,es verdad,lo de anoche.Andrea...
Andrea me acompañó a mi cuarto de la mano.Andrea me recogió llorando.Andrea me abrazó.Me preguntó donde dormiria.Andrea...

-¿Vamos a comer algo?- Lydia me despertó de mi trance.Le miré y asentí.Me dirigí al baño,y mirando a Lydia de reojo,me atreví. Jamás me había planteado hacer algo así.Y ni que fuera una locura... Me puse de perfil y me quite la camiseta.Costillas algo remarcadas en mi piel color lienzo.No,no estaba esquelético,pero a diferencia de otros chicos era lo que se denomina como un debilucho. Me quedé mirandome, dejando resbalar mi mirada en cada rasgo de mi cuerpo.Negué y verte los ojos.Un debilucho.
Cogí otra para poder salir y busqué unos pantalones.Ah no, mi vergüenza superaba ese escalón.Cerré la puerta y me quite el pantalón del pijama para ponerme los vaqueros que conservaba de milagro.Coloqué mi camiseta de forma correcta y salí.Lydia seguía entre las sábanas.

- Lydia...sal de ahí. Venga,vístete. -dije sonriendo.Lydia parecía el rayo de luz de esta mañana. Puede parecer molesto,pero te avisa de que no lloverá.
Al salir,una vez ambos vestidos,me encontré a Andrea subir las escaleras que esa misma noche subimos de la mano.Le dediqué una suave sonrisa,la cual el recibió y dejo en el aire.Eres idiota Benjamin...

-Buenos días.-dijo en un tono suave.Le devolví aquella misma frase por lo bajo.

-Hola Andrea.¿Dormiste en nuestro cuarto?-dijo Lydia. Lo que decía,un rayo de luz, a veces molesto.El pelirrojo le miró alzando levemente las cejas.

-Ah,no. No necesitaba hacerlo.-tocó la puerta de Keith.

-¡Ya salimos!-ese "grito" proveniente del moreno nos sirvió de ayuda.

-Vale.-dijo Andrea en un tono suficientemente alto. Quería que volviese a ser de noche. Quería otro abrazo cálido de Andrea, su máscara de bondad y ternura... -¿Bien?-dijo mirandome.¿Me hablaba a mi?

-Si...-alcé los hombros.Con una suavidad digna del terciopelo,sonrió.

Fueron minutos los que tardamos en acabar desayunando en aquello que llamaban buffet, un lugar lleno de comida que Lydia no tardó en reunir en un plato.

- Lydia ,es mucha comida...

-¿Ah si?-apenada miró su plato.-Perdón.-me miró.Era tan mona...

-No te preocupes.-le sonreí.-¿Quieres probar el café?-ella asintió.Bueno,le mentí,más que café era capuccino. Nunca fui de cafeína a tope.Y bueno,el capuccino era lo más light que podría tomar.Creo que ya soy lo suficientemente maduro como para no tomar leche y cacao en polvo .Me dirigí a la zona de las tazas.Había gente,por lo que oir las sillas moverse era normal. Pero no la de tu propia mesa. No la de él.

-Hey enano.-susurró a mi lado.¿Qué si me asusté?Obvio.Y el se rió de mi.-Calma,que soy yo.

-Ya,lo se.

-¿Lo sabias?

-No...o sea,si.Quiero decir...yo...-el café acabo de servirse en la taza,y coloqué otra.Cambié de tema en mi defensa.-¿Quieres café?

-No.¿Estas mejor?-rompió aquella barrera que yo mismo estaba construyendo.Me miraba, manteniendo pocos metros entre nosotros.Asentí.

-Si...siento lo de anoche.

-Tranquilo.Es normal que pase.-y de nuevo silencio.Si fuese por mi,no dejaría el silencio así de callado.

-Y tu,¿dormiste bien?-asintió.

-Si,algo así.-Benjamin,eres patético. El pelirrojo cogió uno de los sándwiches de queso que permanecían tostados en los platos. Cogió un plato,un vaso de zumo y acercándose levemente a mi,me susurró. - Ci vediamo, nano (nos vemos,enano). -aquella forma de hablar en italiano,acercarse sólo para decirme eso... ¿por qué no era siempre así?¿por qué cambiaba a su cara sucia,falsa y desganada de repente?No tenía que acostumbrarme.Tenía que estar alerta,no tenía que dejarme engatusar... No ser tan simple como siempre.
Acabamos de desayunar.A Lydia le encantó aquel tipo se café. Y a mi también.Tras ello,decidimos pasear por aquel pueblo que también ocultaba cosas.O al menos eso decía Keith.

ευημερία - The Lost Kids // [ CANCELADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora