Capitulo 3

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Había llegado el fin de semana, era increíble que una ciudad entera estuviera bajo tierra gracias a una chica. Tenía tantas dudas y la curiosidad me comía por dentro.

Romeo y yo caminamos a la plaza principal donde nos encontramos con la madre de Romeo, juntos ronda mostrando conociendo gente hasta que por los altavoces se de escucho la voz de Erza.

- Buenos días, a las una de la tarde todos podrán subir para almorzar, como siempre se quedará hasta la cena y luego bajaran para apagar las luces.

La voz desaparecio y junto con mis acompañantes fuimos a nuestra casa. Nos bañamos y cambiamos de ropa, la hora había llegado y la gente subía a los ascensores, cuando fue nuestro turno agarre la mano de Romeo para que no se pierda ya que su madre estaba cerca.

Llegamos y bajamos entrando a la mansión, las chicas de Lucy corrían de un lado a otro colocando platos sabrosos de comida en una extensa mesa. Todos tomamos asiento.

El buche se calmo cuando el suave tacones se escucho por todo el lugar, de dos puestas grandes apareció Lucy con un errante vestido color vino con una apertura en sus piernas dejándolas modelar.

Ella nos Sonrió mostrándo una hermosa y brillante sonrisa, a su lado Wendy que vestía un simpático vestido verde - Buenas tardes chicos.

- ¡Buenas tardes Lucy! - La coordinación me sorprendió.

- Como todos los fines de semana nos reunimos aquí para compartir como humanos y darle la bienvenida a los nuevos integrantes de la área Fairy Tail. - Todos nos miraron - Espero que se estén adaptando chicos.

- Si... - Romeo se escondió en si mismo de forma tímida, con un ligera sonrisa.

- ¡A comer! - Grito Wendy de una forma muy tierna.

Como tu fuera instantáneo todos empezaron a comer como si su vida dependerá de ello.

Y yo no fui la excepción.

Era increíble todo esto. Cuando pensé que mi vida sería una mierda llega este ángel disfrazado de demonio para sacarme de ese infernó. Sentía su potente mirada sobre mi, sobre todos, era increíble lo intimidante que podía llegar a ser

¿Por qué ella será así, tan normal? Cualquier mujer de su edad tendría ax hombres comiendo de su mano y lamiendo sus zapatos, ocupando con los más feos de esclavos y a los más guapos de juguete sexual. Era simplemente, increíble.

Como si supiera que estaba pensando en ella, su mirada se detuvo en mi y algo nervioso la mire, sin darme cuenta se desató un guerra de miradas entre nosotros en la cual ella no quería perder y yo no me quitaba por los nervios.

Algo de ella me ponía los pelos de punta y la piel de gallina, sentía que le debía mi vida y aunque fuera verdad ella nos daba a elegir nuestra vida.

Quite la mirada sintiéndome estúpido ¿Por qué esa guerra de miradas? ¿Por qué simplemente no podía correr la mirada? ¡Que estúpido soy!

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