El regreso

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Prologo

Entré en un pasillo de este gran castillo, jamás imagine llegar aquí y realmente me gustaría explorarlo, pero debo ocultarme para que nadie se de cuenta que estoy aquí, me escondo entre las sombras para que los guardias no me vean.

Después de irse tomo un escudo y camino por el pasillo hasta el final, hay una puerta que tiene una “E” grabada en oro, sonrío; la abro cautelosamente, lo observo, esta distraído y de espaldas, grave error. Usa una camiseta azul claro, unos pantalones cafés y sus botas, lleva su espada al lado, se ve tan guapo... tan secuestrable como siempre.

Su cabello negro está reflejado por la luz del sol que llega desde la ventana, camino lentamente y lo noqueo con la primera cosa que tenía a la mano, la cual, curiosamente, era su sexi y suertuda linterna, su cuerpo cae rápidamente al suelo, lo sujeto de las piernas y lo arrastro hasta afuera; sus hermanos están en el pasillo rayos, me tengo que dar prisa.

Sacan sus armas inmediatamente pero uso mi magia para hacer que Edmund flote al lado mío y empiezo a correr mientras me persiguen como si mi vida dependiera de ello, que de cierta forma si lo hace, Susan me lanza varias flechas pero las esquivo rápidamente, llevo algo de ventaja cuando casi tropiezo con mi estúpido e inservible para correr vestido y para rematar es de falda larga, como lo odio, necesito mis amados pantalones. Aunque están bastante lejos sigo corriendo, por un momento me distraigo y algo me golpea, caigo al suelo al me siento mareada, lo último que veo son unas alas blancas y todo se pone negro.

Esa traidora...

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