—Y ¿Qué hacemos aquí? —
—Ya te dije Citlalli, estamos buscando pistas de la familia real— Respondió mi amiga
—Aja, ¿Y a qué horas comemos? —
—Citlalli…. —
— ¡Oz Bezarius! Uno que se preocupa por alimentar su cuerpo y la regañan—
—Y ¿Qué Hago yo aquí?—
—Ed, si utilizaras tu cabeza, sabrías que no podemos dejar a este par y a Lucy solas en el bosque— Respondió el “Rey” de mi casi-hermana.
—Aja, ¿y a qué horas descansamos? —
—Como que los tortolos andan de preguntones hoy ¿No hermano mayor? —Pregunto una “inocente Lucy, a lo que Peter y Alex solo atinaron a reírse mientras yo y Ed negábamos tontamente eso.
—Espera, ¿quién es ese tal “Oz bezarius”? — Pregunto Lucy una vez que terminara de reírse.
—Él es un personaje del anime…—Espera, siento como si yo ya hubiera estado aquí, los arboles forman un tipo de “sendero” y a lo lejos se escucha el caer del agua, es justo como… —Mi sueño— Susurro antes de, salir corriendo hacia la cascada que debería estar más adelante.
Al parecer los demás me están siguiendo mientras gritan “espera” o cosas así. Al llegar, trato de acercarme un poco más pero por desgracia piso una piedra que hace que me caiga, maldita suerte la mía, me la vivo cayéndome. Aunque al caer, cierro los ojos y siento que alguien me jala del brazo, haciendo que caiga de espaldas al lago que forma la cascada y ese alguien caiga con su cabeza sobre mi pecho. Al abrir los ojos y voltear al “peso extra” que reposa sobre mí, me encuentro con sus hermosos ojos, No pues si cada vez que me caiga, voy a terminar así de cercas de él, la próxima vez me caeré del balcón.
—Edmund, respeto tus necesidades, pero eso se hace a solas—
—Hermano, Citlalli ¿No están muy pequeños para dar ese gran paso? —
—Citlalli, se te volteo la tortilla…—
¿Pues que traen estos?... espera… él tiene su cara contra me pecho…
— ¿Cómodo? — le pregunto con algo de irritación.
—Ahora que lo preguntas… si— Serás mi amor platónico y todo, ¡pero hasta aquí!
— ¡Que te quites! — Le conteste casi gritando.
—Lo siento… ¡no era mi intención! — Al parecer apenas capto, pero el muy bastardo, salió corriendo.
— ¡Vuelve aquí maldito acosador! ¡¿Primero me espías mientras me cambio y luego esto?! — Le grite corriendo tras de él mientras en mi mano sostenía una espada que-sabrá-Aslan-de-donde-la-saque.
— ¡YA TE DIJE QUE NO TE ESTABA ESPIANDO! —
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El regreso
HumorDos chicas normales, no tan normales, fanáticas de "Las crónicas de Narnia" terminan por accidente en este maravilloso mundo conociendo a sus amores platónicos causando uno que otro problemilla, en especial, la menor de estas dos. ADVERTENCIA: Esta...