- 08.

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Castiel POV

Mis rodillas golpearon el césped en cuanto vi alejarse aquél auto y comencé a golpear el suelo con fuerza. Había fallado enormemente. Me sentía un inútil por no haberlo ayudado, por dejar que ese psicópata lo llevara de vuelta al infierno. Intenté defenderlo, intenté ayudarlo, pero no fue suficiente.
Me levanté con la respiración agitada, un tanto desconcertado pero decidido a continuar. Sabía que se dirigían hacia su casa. ¿Pero de qué me serviría ir allí si el tipo simplemente de dos puñetazos podía dejarte noqueado en el suelo como un saco de papas?
Crucé la acera con rapidez, comenzando a correr en dirección a la estación de policía. Si ellos no iban a ayudarme no me quedaría otra opción que reunir toda mi fuerza y aguantar cada golpe que venga.

— ¿ES QUE NO PIENSAN AYUDAR? JODIDA MIERDA, LES ESTOY DICIENDO QUE UN PSICÓPATA SE LLEVÓ A MI AMIGO Y ME DICE QUE ME CALME, ¿USTED CREE QUE PUEDO ESTAR CALMADO? —Quizá no era la mejor manera de pedir ayuda, pero es que vamos, a veces son un tanto inútiles y uno debe entrar en la zona de la desesperación para que puedan prestarle siquiera un poco de atención— QUIERO QUE UNOS JODIDOS POLICÍAS VENGAN CONMIGO ANTES DE QUE ÉSTE PSICÓPATA LO MATE.
— Está bien, señor, solo tómelo con calma — Esto parecía una broma, iba a explotar en cualquier momento si me seguían diciendo que me lo tome con calma— Irá en una patrulla con dos oficiales a la dirección que nos ha dado para poder ayudarlo, ¿está bien? —Si seguía hablándome como si tuviese cinco años iba a terminar por darle un puñetazo en la cara aunque sea una chica. De verdad.

La patrulla se abrió camino por la avenida principal. Los convencí (obligué) de que no prendieran las sirenas, era mejor ir silencioso. El tipo era astuto, sabía que apenas oyera una sirena de policía saldría corriendo vaya a saber uno a dónde y que hasta era capaz de llevarse a Nathaniel con él o simplemente matarlo.
A veces me costaba entender por qué lo hacía. Es decir, Nathaniel es una persona sumamente correcta, no ha hecho nada malo más que romper las muñecas de su hermana cuando era niño, pero vamos, que todos hemos hecho alguna maldad de pequeños. Pero no justifica que su padre lo trate de ese modo. Que lo golpee de tal manera cada vez que le da la gana, cada vez que está enojado. ¿En qué cabeza cabe maltratar de tal forma a un hijo?
Ni siquiera en mi cabeza cabría tal cosa.

Las luces de la casa estaban encendidas. Se oían ruidos dentro de la misma, y alguna que otra maldición por parte de la bestia. Así lo había apodado, lo que era.

Nathaniel POV.

El trayecto fue silencioso. Mi cuerpo entero temblaba sabiendo que mi fin estaba cerca. ¿Qué más podía hacer? Le satisfacía la idea de maltratarme y golpearme a su antojo, sin medir su fuerza, sin nada. A como dé lugar. Más aún cuando estaba enojado, le daba más placer.
Amber iba silenciosa. Sabía que, en cierta manera, sentía que era su culpa que nuestro padre hiciera esto. Era controlador, y no dudaba que la hubiese seguido hasta nuestro encuentro, un plan perfecto.

— No es tu culpa —le susurré, tratando de darle aunque sea un poco de ánimo. Ella levantó la mirada hacia mi con la expresión de tristeza más grande que había visto y acercó su mano a la mía, tomándola con fuerza, aún en silencio.

Una vez el coche estacionó la puerta se abrió y nuevamente sentí el bruzco agarre en mi brazo, el tironeo obligándome a salir y la sonrisa de satisfacción de mi padre al verme allí, tan vulnerable.
Mamá se encontraba aterrorizada. Es que quién en su sano juicio se hubiese imaginado lo que estaba pasando. El tipo estaba demente, y claramente ellas le tenían miedo. No las culpo. No puedo hacerlo.

Mis pies se movían con rapidez, siendo controlados por él, quien me guiaba hacia donde solía ser mi habitación. Me lanzó al suelo, logrando que me clavara algunos pocos vidrios que estaban esparcidos por allí.

— Muy bien, Nathaniel, creo que entiendes perfectamente que no puedo tolerar que mi hijo sea un marica. Simplemente no puedo. Es que es una enfermedad grave, ¿quién te la contagió? ¿Ese tal Castiel? —No estaba esperando que le respondiera. No era eso lo que él quería. Su puño no tardó nada en chocar con mi rostro, y en breves segundos pude sentir como el mismo quedaba caliente, con sangre en mi nariz— Pero no te preocupes, te lo quitaré —murmuró entre dientes. Sentía su propia furia y sabía que esto no sería nada comparado con las veces anteriores. Esto era serio, era grave, y no estaba seguro de si saldría con vida— Te curaré —su puño estampaba repetidas veces en mi rostro, el cual ya estaba completamente cubierto de sangre. Mi cuerpo estaba débil, yo estaba débil. Mi vista comenzó a nublarse de a poco, iba a perder el conocimiento o iba a morir ahí mismo. No lo soportaba más, apenas podía distinguir algo entre la neblina que eran mis ojos y solo sentía los golpes uno detrás del otro.
Mi espalda golpeó el suelo de nuevo en cuanto los golpes cesaron y solo atiné a escuchar una fuerte voz desde algún lado de la habitación gritando "Arriba las manos, está bajo arresto" mientras distinguía, entre aquella niebla que no se iba, una mancha roja que se acercaba poco a poco antes de que mis ojos finalmente se cerraran.

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