1.- Miedo

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**SungGyu**

Veía con atención el corte informativo mientras bebía una humeante y muy reconfortante taza de café americano sin azúcar, al ser tan temprano lo único que me preocupaba era despabilarme lo suficiente para poder ir a la universidad, sin embargo, las noticias habían cambiado por completo mis planes y los de todo el país.

Estábamos en cuarentena.

Por increíble que pareciera y en pleno siglo XXI nos habían aislado del resto del mundo, al parecer por una de las tantas epidemias que siempre surgían de este lado, las cuales no solo ponían Corea, sino a todo Asia, en la mira de la humanidad aunque estas fueran controladas de forma adecuada y sin afectar demasiado. Pero la tensión en el rostro del conductor y sus recomendaciones me indicaban que podría tratarse de algo peor y que él probablemente ya tenía una vaga idea de lo que era, sin embargo sería incapaz de decirlo al aire para evitar la histeria colectiva entre los ciudadanos.

— ¡SungYeol! —Exclamé tratando de despertar a mi mejor amigo y compañero de departamento, quien dormía profundamente después de haber llegado a mitad de la noche de una fiesta. Aún no comprendía cómo le hacía para ir como una fresca lechuga a la universidad con tantas noches de desvelo — ¡Yeol! —Grité una vez más y un segundo después escuché un fuerte golpe que venia del interior de su habitación, seguro ese millón de cobijas que lo envolvían lo hicieron caer.

—Gyuuuuu, son la seis veinte de la madrugada y yo entro hasta las nueve —me reclamó una vez que salió mientras se sobaba la cabeza, despeinando aún más su cabello y tallándose el ojo derecho con la mano que tenía libre —. Me caí de la cama, idiota.

Quise reírme por su berrinche, cualquier persona que lo viera en ese instante no creería que al igual que yo, estaba a solo unos años de ser Licenciado en artes musicales, sin contar también con el hecho de que tenía un don fenomenal para tocar el saxofón y convertir cualquier letra tonta en algo que valía la pena escuchar.

—De todas formas hoy no iremos a la universidad —expresé antes de ir nuevamente a la cocina por otra taza de café y servirle una al menor, sabía que ésta no me ayudaría mucho para calmar mis nervios pero si para poner mis ideas en orden y despertar al gigante malhumorado que se había quedado en la sala —. Según en las noticias la OMS nos ha puesto en cuarentena y recomendaron que no debíamos salir. ¿Puedes creerlo? Seguro es otra gripe o...

—No creo que se trate de una simple gripe —me interrumpió entrando detrás de mí y con sus muy abiertos ojos perdidos en el móvil —. Mira... —hizo un ademán con la mano para que me acercara y lo hice.

Lo que encontré en la pantalla fue totalmente diferente a lo que imaginé, un hombre al parecer de nacionalidad coreana, estaba siendo sometido por tres policías mientras él se retorcía y gruñía sin parar, mucha espuma salía de sus labios, sus ojos se veían aterradoramente rojos como si sangre hubiera cubierto completamente sus pupilas, además de que las venas en su rostro sobresalían considerablemente como si estuvieran a punto de explotar.


—¿Qué demonios es eso? — mi estómago se contraía y revolvía al mismo tiempo por las imágenes, quería creer que todo se trataba de alguna mala broma.


—Fue en el John F. Kennedy en Nueva York —mencionó sin despegar su mirada de los comentarios —. El avión provenía de aquí y no fue el único pasajero con esos síntomas, quince más estaban en las mismas condiciones y otros diez ardiendo en calentura. Todos estarán en observación —me explicó antes de mirarme y pude ver el terror en su rostro, el mismo que en ese momento estaba por atacarme.




**SungYeol**

Leí a medias lo que la gente comentaba en el video, tratando de obtener información suficiente para saber que era todo eso que estaba sucediendo, en verdad esta era una epidemia totalmente desconocida. Nunca antes se había visto a alguien reaccionar de esa manera y mucho menos parecer una bestia.


—Tenemos que ir por provisiones —la angustiosa voz de SungGyu me hizo dar un salto, lo vi ir de nuevo a la sala para tomar su abrigo y lanzar el mío —. Usaremos cubrebocas y solo tomaremos lo esencial.

—Pero Gyu, no sabemos si eso será suficiente, tal vez el virus se respira o podríamos encontrar a alguien como en el video —traté de disuadirlo pero al instante me tomó de los hombros y me sacudió con fuerza.

—Solo tenemos comida para cuatro días más, si esto no se controla rápido moriremos aquí de hambre, además, iremos a la tienda de conveniencia que está cruzando la calle y llevaremos tus raquetas de tenis para defendernos si es necesario.

Nos ajustamos nuestros respectivos abrigos y nos pusimos los cubrebocas quirúrgicos que había en el botiquín del baño, unos que decían tener tres capas de protección y 98% de filtración. Tomamos los artículos de defensa y salimos.

Al llegar a la calle ésta se encontraba casi por completo vacía y las pocas personas que lográbamos ver caminaban a prisa, probablemente a punto de hacer lo mismo que nosotros. Corrimos hasta la tienda del señor Cho y gracias al cielo se encontraba abierta, él parecía totalmente ignorante a los que sucedía porque nos saludó con normalidad.

Metí en el pequeño canasto todo lo que estaba a mi alcance, importándome poco si se trataba de comida chatarra...Lo único que quería era volver a nuestro departamento y atrancarlo para que nadie pudiera hacernos daño. El solo recordar al hombre del video me hacía estremecer porque si lo razonábamos un poco, ese virus podría convertirse fácilmente en una pandemia.

— ¿Día de películas? —nos cuestionó el señor Cho cuando llegamos a la caja registradora con casi todo lo que había en el pequeño autoservicio, ya conocía de sobra que por lo menos una vez a la semana comprábamos una gran cantidad de frituras para ver esas películas de terror que no nos dejaban conciliar el sueño por dos o tres días.

— ¿No ha visto las noticias? —tanto Gyu como yo le preguntamos preocupados de que no supiera nada y de que alguna de esas personas pudieran entrar a atacarlo.

—Tonterías de americanos —mencionó entre risas y dándole la menor importancia al asunto —. Seguro esas personas solo comieron algo en mal estado.

SungGyu y yo nos miramos, no importaba todo lo que le dijéramos a ese buen hombre sobre la grave infección que se dispersaba, él insistiría en que su teoría era la correcta.

—Solo tenga mucho cuidado, por favor —le pidió Gyu antes de salir del establecimiento.

—Y ustedes no vean esas horripilantes películas de terror —se despidió de nosotros con una ligera sonrisa.

Las calles continuaban en calma como si de un pueblo fantasma se tratara sin embargo cuando cruzábamos a nuestro edificio un fuerte estallido se escuchó, como si un tanque de gas acabara de explotar.

— ¿Dónde fue eso? —pregunté mientras miraba en todas las direcciones y en ese mismo instante unos gritos desesperados a unas calles más allá se pudieron escuchar.

—No es momento de averiguarlo —SungGyu me jaló de la manga, una estampida de gente apareció y algunas de ellas corrían hacia donde nosotros estábamos.

Corrimos tan rápido como el peso de las bolsas y nuestros abrigos nos lo permitieron, ni siquiera habíamos notado que las raquetas se habían quedado en la tienda y que en ese momento no teníamos con que defendernos, tecleamos los números de la contraseña del edificio y como si el diablo nos persiguiera seguimos velozmente nuestro camino hacia el departamento, al ingresar bloqueamos la entrada con el mueble que contenía todos los libros que habíamos utilizado estos años en la universidad y la mesa del comedor, con el peso de ambos la puerta no podría ser abierta.


Fuimos hasta la ventana para ver qué era lo que sucedía, nuestras respiraciones seguían igual de agitadas y nuestros corazones saltaron cuando vimos a una mujer brincar sobre otra y destrozarle el rostro. Un niño de alrededor de diez años se desplomó frente a la tienda del señor Cho, retorciéndose como el hombre del video para después ponerse de pie y entrar.


— ¡Dios! —Gyu se cubrió el rostro, totalmente anonadado de lo que acabamos de presenciar. Sabíamos lo que había sucedido en el interior del lugar.

—No estamos seguros aquí —las lágrimas brotaban de mis ojos, éramos testigos de cómo personas morían y no podíamos hacer absolutamente nada para salvarlos.

—Claro que sí, la puerta está bloqueada. Mantendremos la luces apag...

Y entonces, algo descomunalmente fuerte impactó contra la entrada...


☣ QUARANTINE ☣  (WOOGYU)-(MYUNGYEOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora