☣ QUARANTINE ☣ (WOOGYU)-(MYUNGYEOL)

2.- Escapar

**WOOHYUN**

Patrullaba el distrito Dongdaemun-gu, al ser una zona mayormente habitada por estudiantes las calles en este momento estarían llenas de ellos caminando rumbo a las diferente universidades, sin embargo a primera hora de esta mañana nos habían convocado a una junta de urgencia en la jefatura de policía. El país se encontraba en cuarentena y bajo estricta vigilancia nacional e internacional, pero no nos dieron grandes detalles sobre la clase de virus, solo se limitaron a recomendarnos usar la mayor cantidad de protección posible en el cuerpo. Así que en ese momento traía mi chaleco antibalas cubierto por una gruesa chaqueta, además de unos guantes y el casco que solo utilizaba en uno que otro operativo.

Debía vigilar que los ciudadanos se mantuvieran dentro de sus hogares e ir en apoyo ante cualquier incidente y aunque las calles desiertas indicaban que todo se mantendría en calma de un segundo a otro todo se volvió un completo caos. Gire hacia una pequeña calle llena de edificios y sobre ella se había dejado venir una multitud desesperada.

Pedí apoyo por radio y detuve el vehículo para intentar controlar la situación pero al bajar de este vi como un hombre de alrededor de 120 kilogramos con las manos y boca llenos de sangre iba detrás de un par de chicos al interior de uno de los edificios, desenfunde mi arma y lo seguí antes de que las puertas de este se cerraran, parecía ser el causante principal de todo lo que acontecía. Avance con cautela, bien podría haberse ocultado en algún rincón para emboscarme o peor aún, pudo haber alcanzado a los jóvenes para obligarlos a ocultarlo. El rastro de sangre que dejo por el camino me guiaba hacia donde se dirigía y aunque el lugar estaba en un sepulcral silencio a lo lejos se podía escuchar unos golpes continuos, fuertes y sin intenciones de detenerse. Llegué hasta el tercer piso y al final del pasillo vi una puerta totalmente deshecha, como si algo la hubiera partido por la mitad.

—Policía metropolitana de Seúl —exclamé una vez que llegué al pequeño departamento e ingresé, esquivando todos los artículos que estaba regados, las mesas y sillas estaba por todos lados, también algunas fotos. Me sobresalté cuando un estruendoso ruido provino de una habitación y corrí hacia ella, encontrándome al gran hombre golpeándose contra todo lo que estaba a su alrededor, haciendo del pequeño espacio el escenario digno de una película de terror —. Arrodíllate y pon las manos sobre tu cabeza —le advertí mientras apuntaba directamente a la parte posterior de la misma. Él giró y la imagen con la que me encontré fue aún peor, grandes cantidades de espuma mezclada con sangre salían de su boca, uno de sus ojos colgaba de la cuenca y la mayor parte de su brazo derecho había sido arrancada —Entonces ¿de esto se trataba el virus? Quédate donde estas y... —no pude terminar cuando se lanzó en mi contra y yo le reventé el cráneo de un balazo, no había tenido otra opción, era eso o sin consideración alguna me habría matado. Tomé el radio móvil que llevaba en mi cinturón, sin embargo antes de hacer un nuevo llamado a mis superiores y al servicio médico forense escuché unos sollozos que venían de un pequeño armario metálico — ¿Quién está ahí? —Cuestioné subiendo otra vez mi arma mientras caminaba con lentitud sin despegar los ojos del par de puertas, el llanto se detuvo al instante —Quien quiera que seas, si no sales, voy a disparar —amenacé, no estaba dispuesto a arriesgarme una vez más.

—N...no, no dispares, por favor —murmuraron entre lágrimas —. No estamos armados —escuché la cerradura del mueble desbloquearse y al abrirse me encontré de frente con un chico de pequeños y llorosos ojos, entre sus brazos había otro que temblaba, estaba en completo estado de shock.

— ¿Se encuentran bien?, ¿están heridos? —pregunté en un susurro, tratando de evitar exaltarlos más pero eso era algo imposible, ambos se veían bastante conmocionados