touch [joshler]

sexto puente

holaaaa

no actualizo esta cosa desde 2017 asi que AHRE

sientanse libres de leer los otros caps para recordarse de qué va esta historia pero si les da mucha weba hacer eso se los resumo yo

previamente en supernatural ahre

josh es un profe de música normalito hasta queee ahre se le apareció una manito y sintió una presencia en su sala y fue y se lo contó a sus alumnos el muy baboso y una chica le dijo q experimentó un puente, una conexión espontánea con un espiritu y aa aaa

ashley lo invitó a una fiesta de sus padres pero en la fiesta bAM UN AMIGO SUYO LLAMADO RICK CHOCO SU AUTO y la misma presencia le salvó la vida a josh masomenos

y bueno josh tiene sueños con un chico q llora y llama "el chico de ojitos tristes" y en el capitulo anterior se cortó la mano con un vaso pq se le aparecio la almita mientras newt (su bff) y ashley (su otra bff) estaban en su casa (pero ellos no vieron a la almita)

qué le espera a josh en su próxima aventura ahre

bueno lean y voten muak

***

Newt estaba preocupadísimo. Se había instalado, según él, permanentemente en el departamento de Josh, con el fin de mantenerlo vigilado. No le quitaba el ojo de encima, no le dejaba salir si no era al trabajo, y había llamado insistentemente a su psiquiatra de confianza para agendarle una cita de urgencia. Josh, por su parte, no sabía en qué momento Newt se había empezado a sentir tan responsable de él, o cómo o por qué, y tampoco tenía cabeza para pensar en eso.

Al final no encontraron implementos para curar la herida de Josh, quien seguía pálido como la leche, así que tuvieron que improvisar un torniquete para detener el sangrado y llevarlo de emergencia al hospital. Allí, una enfermera felicitó a Ashley por la efectividad de la medida de primeros auxilios y dio ocho puntadas a la herida abierta. También le recetó antinflamatorios y descanso médico obligatorio de un largo tiempo de siete días. Esto, muy a pesar de Josh, lo inutilizaba de tocar el piano y, debido a que se cortó la mano izquierda, la guitarra, durante días cruciales; pero esta era la menor de las preocupaciones en aquellos momentos.

Josh no estaba bien. En absoluto. Empezó, desde que salió del hospital, a tener estos episodios que Newt bautizó como "trances", y que el doctor descartó como síntomas del estado de shock en el que Josh estaba. Básicamente, eran momentos en los que se quedaba, sólo, colgado. Perdido, observando un punto muerto con el ceño fruncido y los ojos nublados, como la cara que pones cuando intentas escuchar algo que está en muy bajo volumen, descifrando algo que sólo se materializaba para él, y que sólo podía ser escuchado por él. Newt creía firmemente que, si él no estuviera para sacarle de esas lagunas cada vez que sucedía, Josh se quedaría horas observando la pared, descifrando jeroglíficos invisibles en esta.

Y lo que tenía más confundido a Newt: cuando no estaba sumido en esos trances interminables, era, contra todo pronóstico, el mismo Josh de siempre. Carismático, risueño, y aún más distraído de lo usual, se quedaba ensimismado en la venda de su mano y ya casi no dormía. Estos atributos lo habían alejado de ser propicio para enseñarle a los alumnos, aparte de las ojeras que cada día crecían más bajo sus ojos, pero Newt no encontraba corazón para quitarle sus clases: parecían ser el único momento del día en que estaba totalmente concentrado.

Dentro de la cabeza del chico, bien, estaba sucediendo todo un circo sobrenatural; y cuando Josh se proponía identificar el momento de su origen, no llegaba a la noche del corte de mano, sino, al día del accidente.

En el camino al hospital cuando Rick chocó, se había sentido extraño. Desde entonces sentía una energía inusual correr apresurada por todo su cuerpo, una pesadez en su cabeza que intentó atribuir a la migraña, al shock, al pánico reciente. Y mientras esperaba noticias de Rick en el pasillo del hospital, se sintió, con todas las letras de la palabra, enfermo. Le pesaba todo el cuerpo, su cabeza se hallaba flotando entre un estado de alerta y de coma somnífera, y sus brazos se sentían como dos pesos muertos. Fue por esto que, llegando a su departamento, lo primero que hizo fue caer dormido. Quizás su cuerpo lo estaba preparando para las noches sin sueño que vendrían los días siguientes a ese.