[XI] Llorando

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Tobio pasó el resto de la mañanana corriendo detrás de su padre, a la vez que por su mente pasaba la cara de la chica.
Seguía detrás de su progenitor con el ceño fruncido, pero él no le decía nada. Comprendía que su hijo se sintiera enfadado, pero no le iba a cumplir los caprichos.

- Quiero ir a casa.– Habló el menor, llamando la atención de su padre.– Tengo hambre.

- ¿No comiste? Acababa de terminar el almuerzo cuando te traje.– Se volteó, preocupado por la condición de su hijo.

- Bueno, tal vez el estrés y la tristeza mejoraron mi metabolismo.– Soltó lo primero que se le ocurrió, siendo algo creciente de sentido.

- Hijo... ¿Comiste o no tu almuerzo?– Cuestionó.

El chico se quedó callado. Sabía que su padre se enfadaría con él si le decía la verdad, pues era una orden del médico que comiera como es debido.

- Tobio...

- Si lo hice. Por cierto, tu horario marca una reunión en 10 minutos ¿Crees que llegues?– Sus palabras borraron todo de la mente del adulto, haciendo que su cara perdiera color.

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A la vez que el chico perseguía a su padre por los pasillos del edificio, el pelirrojo miraba por la ventana.
Tenía la sensación de que había algo de tenía que recordar, algo sumamente importante, pero no se hacía ni idea.

- Maldición...– Susurró muy bajito, para después suspirar.

- ¡Shou-Chan, te están hablando!– La rubia le jaló el brazo, pues el profesor le había hecho una pregunta.

- ¿Paso?– Le dijo al maestro.

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Las clases terminaron, dándole inicio a las actividades del club.

La sala del club se llenó muy pronto, los once chicos parecían haber llegado al mismo tiempo. Así que, sintiéndose algo apretados, se vistieron.

Hinata.– Hablo Tsukishima, sorprendiendo a todos.– ¿Le hiciste algo a Kageyama?

El color se fue de su rostro y las lágrimas se apresuraron a los bordes de sus ojos.

— No... No es nada que tenga que decirte...– Susurró.

— Tsukki, déjalo.– Yamaguchi, que sabía lo sucedido, se acercó al más alto.

¿Tú sabes algo, verdad? Tú sabes y no me dijiste nada.– Quitó la mano que el pecoso posó en su hombro con un manotazo.– ¿Quieres que te diga algo? Ese idiota lleva toda la semana sufriendo por tu culpa.

— ¡Tsukishima!– Le grita el capitán.

Se la pasa lloriqueando y diciendo que lo olvidaste, y me toca a mi consolarlo. No puedo creer que cuando me vuelvo amigo de Kageyama sea sólo para escuchar sus sollozos. ¡Maldición, recuperate! ¿Tienes idea de los problemas que causas?

Las lágrimas inundaron sus ojos, cayendo en multitud por sus mejillas.

¡Yo no quise que pasara ésto!– Gritó Hinata a todo pulmón, llorando y alarmado a todos.– ¡Yo no quería! Fue un accidente...– Su voz comenzó a perder volumen, y al final sólo quedaron sus hipos por el llanto.

Sugawara se acercó a él y lo abrazó, sobando su espalda.

— Tsukishima, estás en problemas.– El capitán se acercó a él con el ceño fruncido.

Tsk.– Chasqueó la lengua, para después salir del cuarto azotando la puerta.

— ¡Tsukki!– El pecoso, un poco enfadado pero no lo suficiente, lo persiguió hasta el gimnasio.

— Yo no quería olvidarlo, ni a ustedes.– Lloriqueó Hinata.– Sólo deseo recordarlo todo, pero sigo arruinandolo.– Hundió su rostro en el pecho de Suga.– Necesito hablar con Kageyama.– Susurró.– Tal vez él pueda ayudarme a recordar. Tal vez algo que haga, algo que diga. Cualquiera de esas cosas me podría hacer recuperar la memoria.– Se separó un poco.– Chicos... Quiero saber qué somos Kageyama y yo. Y quiero saberlo en éste momento.

— No podemos decirte nada.– Interfiere Ennoshita.– Tiene que ser él.

— Pero, ¿Por qué tiene que ser él? Lo arruiné, necesito que me lo digan. Necesito saber por qué le afecta tanto.

— Kageyama es— El ace le tapó la boca al Libero, que intentaba hablar. Sin embargo, éste logró quitarla de encima. Le dedicó una mirada furiosa a Asahi y continuó:– Kageyama es tu novio.

Novio

Esa palabra rebotaba una y otra vez en sus pensamientos, intentando asimilarlo.

— ¿Mi novio?– Las lágrimas brotaron de nuevo.– ¿Cómo pude olvidar algo así?

Loa cuervos comenzaron a reclamarle al número cuatro, que ignoraba sus represalias.

— Él merece saberlo.– Les dijo serio, tomando de la mano a su ace y saliendo ambos de ahí.

— Tengo que hablar con él lo antes posible, tengo que ir a su casa y hablar con él. Tal vez recuerde algo... Si lo escucho de Kageyama.– Sus labios se quedaron entre abiertos.– Llevenme.

Para desgracia del bloqueador, todos sus sempai negaron.

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«Don't Forget Us» [Haikyuu!! Español] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora