Se llevaron a Hinata a la enfermería de la escuela, mientras que el maestro llamaba por teléfono a sus padres.
"Llegaré lo más rápido que pueda" Había dicho su padre.
Los del equipo seguían en el gimnasio, a excepción de los capitanes, que estaban en la enfermería junto con Hinata, el entrenador y Takeda-Sensei.
- Kageyama, cálmate ya.– Le dijo Tsukishima, por duodécima vez.
- Estoy preocupado.– Se le notaba en la cara que lo estaba. Siempre se mantiene serio, pero ahora tiene una expresión que no dice nada más que "Estoy tan preocupado"
- Todos lo estamos, Kageyama-Kun.– Le dijo Yachi, con los ojos rojos, pues se había puesto a llorar.
- Lo sé, no lo estoy negando.
- Tsukki.– Le susurró el pecoso en el oído.– ¿Tú estás preocupado? Te ves fastidiado.
- Lo estoy.
- ¡Tsukki está preocupado!– Alzó la voz Yamaguchi.
- ¡Yamaguchi, cállate!– Ordena Kei, el pecoso le sacó la lengua, dejándolo incrédulo.
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Cuando las puertas del gimnasio se abrieron, la mayoría de los presentes se pusieron de pie por puro acto de reflejo. Los adultos y los mayores habían llegado de vuelta.
- ¿Qué sucedió?– Preguntó Kageyama, lo más calmado que pudo, sin embargo, la ansiedad lo superó y se veía muy desesperado.
- Yo...– Suga meditó un poco sus palabras.– Yo diría que es mejor que lo veas tu mismo, Kageyama.– Intentaba ocultar su nerviosismo.
- Obviamente no pueden entrar todos juntos a la enfermería, son 11 personas si incluimos a Yachi y Shimizu-San, y su padre va a llegar pronto. No sé si nos dé tiempo para que lo vean todos.– Les dijo el entrenador.
- No creo que la enfermera tenga problemas. Tal vez si los deje entrar.– Mencionó Daichi.
- Ya. ¿Qué les parece si en lugar de perder tiempo vamos ahora?– Tsukishima entra en acción.
El equipo salió del gimnasio, adentrándose en el edificio escolar, encaminados hacia la habitación del segundo piso. Cuando llegaron, la enfermera les dijo lo que el entrenador supuso: No podían entrar todos al mismo tiempo.
– Bien. Kageyama, Yamaguchi, Tsukishima y Yachi. Entren ustedes primero, son los más cercanos a Hinata.
- Lo único que es cercano a Hinata de mí son mis tobillos.
- Tsukki, deja de transpirar tanta sal y entra.– Su novio lo jaló del brazo.
_____________________________________- ¡Tú, maldito idiota!– Le gritó Kageyama al pelirrojo.
- ¡Kageyama, cálmate, ni siquiera sabe quién eres!– Le decía Yamaguchi, a la vez que Kei lo sostenía de la cintura, evitando que el armador se le tirara encima al pobre Hinata para matarlo.
- ¡Cálmate ya!– Intentaba tirarlo e inmovilizarlo, pero el desgraciado era fuerte.
- ¡Lo siento! ¡No sé quién eres, ni qué te hice, pero perdóname!– Gritaba Hinata sollozando.
- ¡Estás asustando a Hinata-Kun!– Gritaba Yachi de vuelta.
La puerta se abrió de golpe, el entrenador y el capitán entraron tras oír los gritos de la chica, entre los tres sacaron al número 9 de la sala, dejando a Yachi, Yamaguchi y Shōyō dentro, junto con la enfermera.
- Ya, ya. Cálmate, Hinata. Todo está bien.– Tadashi intentaba que dejara de llorar.
---------- Hace un momento --------
Kageyama abrió la puerta apresurado en cuanto les dieron permiso de pasar. Cuando lo hizo, vio a su novio sentado en una de las camillas, con una venda en su cabeza y con una bebida en las manos.
- ¡Hinata!– Instantáneamente corrió a él y lo abrazó. Se aferró fuertemente, sintiéndose muy feliz. El momento duró poco; el tiempo suficiente para que el bloqueador se sintiera incómodo y se apartara de él.– ¿Qué te pasa?– Se puso de pie, alejándose un poco.
Tsukishima presentía lo que el mas bajo iba a decir, así que se adelantó e hizo retroceder al azabache.
- ¿T-tú quién eres?
Tras pasar unos segundos, mientras que la pregunta hacía eco en la mente de Kageyama y por alguna razón la ira comenzaba a florecer, él menor de los de primero explotó, en un intento de tomar a Hinata y golpearlo hasta que lo recordara. Tales intenciones fueron frenadas por un rubio de lentes.
- ¿Que quién soy? ¿¡Que quién soy!?– El armador se encontraba forcejeando con Tsukishima, que lo empujaba en dirección contraria a Hinata, para luego sostenerlo de la cintura, pues su fuerza y agresividad eran altas.– ¡Tú, maldito idiota!
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Una vez que lograron sacarlo de ahí, las intenciones de Kageyama por matar al pelirrojo no disminuían.
Estaba enfadado. Cuando el agarre de los 3 mayores se sentía más flojo, aprovechaba e intentaba safarse.Al no poder controlar la ira del azabache, Tsukishima no tuvo de otra más que calmarlo a la fuerza. Al momento en que el entrenador lo empujó lo suficiente, él atinó a darle un fuerte puñetazo, dejándolo algo aturdido y logrando que dejara de forcejear.
- ¡Cálmate ya!– Grita el rubio.– Hace un momento estabas muerto de preocupación, lloraste como imbécil por lo que le pasó.– Encaró al más bajo.– Sabías, tú sabías qué algo así podría pasar.– Lo tomó del cuello de la camiseta.– Así que no salgas ahora con que lo odias, porque si sigues intentando hacerle daño te voy a romper la nariz.
El chico amenazado solo asintió, sucumbiendo a la presión, que no solo venía de Tsukishima, sino de todo el equipo.
- ¡Disculpen!– Un hombre pelirrojo, igual que Hinata, se acercó por el pasillo.– Soy el padre de Shōyō. Me avisaron que tuvo un accidente durante la práctica, vengo a recogerlo.– Observó a los del equipo.– Hola, Kageyama-Kun.– Saluda al novio de su hijo.
- Está aquí dentro.– La enfermera le cedió el paso al señor, sin darles oportunidad de hablar a los del club de vóleibol.
- ¿Qué dirá tu suegro si se entera?
- Jódete.– Se fue por el pasillo, de regreso al vestuario. Tomaría sus cosas, iba a largarse de ahí.
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Unos minutos después, el padre de Hinata, acompañado del chico, salió de la enfermería.
- Hinata/-Kun/Shōyō.– Hablaron algunos de los chicos al mismo tiempo.
El lesionado dio un bote, lo habían asustado, escondiéndose instintivamente detrás de su padre.
- Cálmate, vamos. Tu madre estaba preocupada.– Hinata solo asintió. Se notaba que no sabía de quién hablaba.
A la vez que los pelirrojos desaparecían de su vista, todos se dirigían en grupo al gimnasio.
- Chicos, ya pueden irse.– Les dijo el profesor, consciente de que ninguno tenía ánimos de seguir entrenando.– De todas formas ya no queda mucho tiempo. Vayan a casa.
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Foto en multimedia: Tumblr "Pk-draw"
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«Don't Forget Us» [Haikyuu!! Español]
FanficHinata Shōyō tenía una rutina. Sí, la tenía. Todos los días hacía lo mismo, pero no le molestaba para nada. Sin embargo, un día simplemente la rompió. No por gusto, no por aburrimiento. Sino porque, de pronto, no sabía ni cuál era tal rutina, ni qui...