Elif P.O.V
Abrí lentamente mis ojos, los rayos de sol atravesaban mis cortinas, trate de acomodarme pero el dolor me lo impidió.
-No te muevas-Me dijo una voz gruesa, tanto que provoco enchinarme la piel.
Una sonrisa se formó en mi rostro al percatarme de quien era esa voz.
-No te ves tan mal por la mañana-Le dije con una sonrisa
-Tu si te ves fatal-Dijo volviéndose acurrucar
-Eres un tonto-Dije tratando de zafarme pero me fue imposible
-No te dejare ir-
-Tengo que ir al colegio-Por fin me pude zafar y me incorpore
-¿Tienes que ir?-
-Puedo entrar a la segunda clase-Le sonreí
-Te llevare-Dijo levantándose
No pude evitar que mis ojos viajaran por todo su cuerpo, pues el entrenador estaba más bueno que el chocolate que hace mi abuelita.
-¿Te gusta la vista?-Me miro con una ceja alzada
-Si-Dije y me metí rápidamente al baño
¿Si? ¿En que estaba pensando? Cada vez me vuelvo más loca.
Me vestí cómodamente, me puse una venda y baje. Ahí ya estaba Michael haciendo…creo que huevos.
-¿Quieres envenenarme verdad?-Le dije llamando su atención
-Es lo que más deseo-Me dio una sonrisa forzada
-No comeré esos huevos-Dije viendo el plato que me sirvió con una mueca
-Pues muere de hambre-Agarro un tenedor y empezó a comer
-Michael, esos huevos están crudos-Dije pasando el tenedor por ellos, dejando ver claramente que no estaban bien.
-Lo admito no soy el mejor chef-Se encogió de hombros
-Es mejor que nos vallamos, yo invito el desayuno-Agarre mi mochila y me subí a su camioneta.
El me siguió el paso, paramos en un restaurante cerca del colegio, todo era risas, chistes muy malos y algunos piropos no tan buenos, al poco tiempo ya estábamos en la entrada del colegio, el como buen caballero se bajó y me abrió la puerta me extendió su mano y yo la tome sin dudarlo.
-Servida princesa-Me dedico una sonrisa
-Gracias eres…-No pude terminar por que tres locas venían gritando y corriendo hacia mi
-¡Donde te has metido!-Me dijo la rubia cuando llego a mi lado
-¡Pero que mierda te paso!-Jade paso su pulgar por mi labio
-Tuve una pelea en mi deporte, ya saben cómo son las artes marciales -Les respondí
-Ingrata te pego muy duro para que quedaras así-Concluyo Jesy
Las tres enfocaron a la persona que era mi acompañante y no disimularon su asombro
-¿Quién es?-Pregunto Jade
-Él es Michael, mi entrenador de artes marciales-
Él les sonrió y ellas se presentaron.
-¿Crees que pueda meterme a ese deporte?-Jesy me volteo a ver
-¿A qué deporte?-La voz de Emilio se escuchó detrás de nosotras
-A ninguno amor-Dijo ella volteándose
No solo estaba el, si no Iván y por supuesto mi novio que mandaba dagas por los ojos.
-Creo que es mejor que me valla-Dijo Michael
Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, se subió rápidamente y se marchó.
-¿Quién es el?-Me pregunto Ray estando una vez en frente de mi con los brazos cruzados
-Es Michael, mi entrenador-Le respondí
-¡Él es tu entrenador!-Sus ojos se abrieron como platos
-No vayas a empezar-Lo susurre, pero el claramente me escucho
-¿Qué no vaya a empezar? ¿Cómo quieres que me quede callado si veo a la clase de entrenador que te cargas?- Su enojo se notaba
-¿Qué me cargo? Ray por favor no quiero tener esta discusión ahora ni nunca, hay que entrar mejor-Tuve la intención de entrar pero el descarado me jalo del brazo
-Vamos a hablar de eso aquí y ahora-
-No tengo ganas-Dije soltándome de su agarre
-Tal vez tuviste una dura noche con tu entrenador- No… lo dijo
Eso fue la gota que derramo el vaso, levante mi mano y la deje caer en su mejilla.
-¡Eres un idiota! ¡¿Cómo puedes pensar eso?!-Mis ojos se llenaron de lágrimas
-No me das otra explicación, te viene a dejar como si hubieran pasado la noche, te da besos como si ya fueran muy íntimos-Rodo los ojos
-¡Me dio un beso en la mejilla! ¡Cómo me lo da Emilio e Iván! Tu eres el que malpiensas las cosas-Las lágrimas ya habían abandonado mis ojos
Con la cabeza en alto, me dirigí a la entrada.-Elif…-
-¡Suéltame! ¡Déjame sola!-
Entre a mi clase, mis amigas solo me observaban y me decían que todo se iba a arreglar, Ray no me busco para nada y eso lo agradecí. No quería verlo ni hablar con él, se había pasado en todos los punto. Lo amaba pero no iba a permitir que me faltara al respeto.
Llame a Michel para que fuera a recogerme ya que mis hermanos iban a salir con sus novias, no tardo mucho cuando llego. Me saludo y me abrió la puerta para entrar, voltee hacia la ventana y ahí estaba parado, la persona que amaba pero que hoy me hirió con sus palabras. Ray con la mandíbula apretada y con los puños serrados me observaba y solo negaba con la cabeza.
Michael arranco y salió lo más rápido posible del estacionamiento, estaba feliz por estar con él, pero mi mente estaba en el chico que tiene mi corazón Ray Díaz.