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— ¡¿Qué pasó?! — gritó Helo corriendo hacia el espectáculo.

Bill miró a Helo y gotas de sangre cayeron de su nariz.

— ¡VUELVES A HACER LLORAR A MÍ NOVIA Y TE DESTROZO LA CARA! — gritó fuertemente Patrick a Bill.

Helo miró a Patrick y después a Bill.

— ¿Estás bien, Bill? — preguntó ella preocupada.

— Tranquila, Helo. Yo puedo curarlo, ve a tranquilizar a tu novio — sonrió Eddie.

Helo los miró a todos y después a Patrick. Se acercó y tomó su mano alejándolo de los chicos, Patrick miró hacia Bill lanzándole muerte con sólo la mirada.

Mientras caminaban los más lejos de ahí, Helo miraba furiosa al frente.

— Helo... — la llamó Patrick.

— ¿Por qué lo hiciste? — fue directo al grano ella.

— Te hizo llorar, no voy a dejar que ningún pendejo haga llorar a mi novia — alzó los hombros. Su respiración era agitada.

— Pero Patrick..., no puedes golpear a todo el que se me acerque — habló ella más suave.

Patrick la miró y sonrió con cinismo.

— Oh..., pequeña. Créeme que puedo — aseguró — Y si no he golpeado a tu padre, es porque no quiero ir a la cárcel — afirmó.

Helo se abrazó así misma y bajó la mirada. Pensó en qué pasaría el día en que Patrick y Henry se enteraran de que su padre no sólo la golpeó.

— Perdóname — pidió él acariciándole la mejilla con su pulgar — Es sólo que... No quiero verte llorar — la miró con profundidad.

Helo suspiró y asintió lentamente. Patrick bajó un poco su cabeza y unió sus labios. El chico ya extrañaba besar a Helo, era cómo una droga para él.

Helo se extrañó al notar que el beso de Patrick era lento y perezoso. Normalmente él tiende a ser muy brusco sobre ése aspecto.

Se separó de ella y volvió a darle un beso casto. Se acercó a su oído y susurró:— Iré a tu casa ésta noche — dijo en un tono extraño y un poco seductor.

Helo se sonrojó y sonrió con nerviosismo. Patrick le guiñó un ojo y se fue caminando hacía la dirección contraria de ella.

Helo dio la vuelta y comenzó a caminar con su vista en el suelo. El viento sopló fuerte y el cabello de ella se movió hacia los lados.

Su semblante triste y melancólico volvió a aparecer, al recordar a los perdedores. Todavía no podía creer en las palabras de Bill.

¿Donde había quedado el chico tierno que se sonrojaba por todo?.

Algo comenzó a quemarle el pecho, su mirada fue al collar de globo que se había conseguido. No se lo había quitado desde que  lo encontró.

Subió la mirada y estaba enfrente de la casa de Neilbort Street. Dio dos pasos y el collar se calentó más.

Frunció el ceño y dio varios pasos más, y el collar se calentó hasta el punto de doler. Un rechinido sonó, y su mirada viajó hasta la puerta de aquella misteriosa casa.

La puerta estaba abierta.

Se quedó parada en su lugar, y se acercó un poco a la entrada al ver algo rojo. Subió los dos escalones y empujó la puerta con su mano para poder abrirla más.

Era una casa como cualquier otra, todo estaba destruido y viejo. Un metal brillante estaba en en suelo de esa casa.

Helo entró y se agachó para ver aquel metal. Era una pulsera dorada, parecía de oro; y tenía cómo decoración un globo rojo y una “H” abajo de él.

Helo miró su collar y después la pulsera. Eran idénticas. Sonrió y lo metió en su bolsillo, caminó hasta los escalones y salió de la casa.

~*~

— Hola, papá — saludó temerosa a su padre, quién estaba sentado en su sillón azúl.

El señor estaba fumando, se levantó y caminó hacia ella. Quedando frente a frente a su hija.

— ¿Dónde está Henry? — preguntó él votando el humo del cigarro en la cara de Helo.

— Mmm... S-Se quedó en una clase — mintió.

Helo siempre mentía para salvar a su hermano, inventaba cualquier excusa. Cuando en realidad, Henry estaba molestando a quién-sabe-quién por ahí.

Oscar tomó el cigarrillo por la punta y pegó la parte encendida en el hombro de Helo, quemándola. Cada vez que le hacía algo a ella, quemaba el cuerpo de Helo con la punta de un cigarrillo; torturándola.

Helo botó un jadeo al sentir el fuego quemarle el hombro. Mordió su mejilla interior para aguantar.

— Sube a tu habitación — habló él, quitando el cigarrillo del hombro de ella.

Helo asintió y prácticamente corrió hacia las escaleras. Abrió su puerta y la cerró con seguro, cerró los ojos y tocó en donde su padre le había quemado.

Tiró su mochila al suelo y corrió al baño, del gabinete, sacó las cosas necesarias y comenzó a curar y colocar desinfectante.

Oyó cómo su padre decía algo y después la voz de Henry se hizo presente.

— Helo — llamó Henry tocando la puerta — Helo, quiero hablar contigo — dijo el rubio.

La chica salió del baño y caminó hacia la puerta, se colocó el suéter para que Henry no viera la herida y suspiró.

Tomó la manilla de la puerta y Henry la miró.

— Hola — sonrió él.

— Hola... — susurró ella.

Helo se hizo a un lado para que su hermano pasara, y así lo hizo. Henry cerró la puerta y miró a su hermana parada enfrente de él.

— Lo siento. — fue lo primero que dijo él — Sé que soy una mierda de hermano, pero Helo... Eres lo único que me queda — habló — Y... Sé que tú siempre mentías para salvarme de papá; aún así cuando dejé que te golpeara — se acercó a ella — Aveces sé que te grito porque papá me hace molestar, sabiendo que tú no tienes la culpa. Tal vez yo no sea normal, pero increíblemente me defiendes y me haces sentir el mejor hermano — la tomó de los hombros.

— Quiero que me hables, extraño comer galletas y esconder las cervezas de papá juntos. — Helo sonrió a tal recuerdo — ¿Sabes qué más extraño?, extraño buscar los nidos de hormigas y inundarlos con agua — rió él.

— Era muy divertido — comentó riendo Helo.

— Si que lo era — apoyó él.

Un silencio se hizo presente, Helo se acercó a Henry y lo abrazó.

El chico cerró sus ojos y apretó a Helo en un acto cariñoso. Muchas personas conocen a Henry cómo un chico malvado, cruel, marginado, machista y brusco.

Pero solamente Helo conoce la verdadera personalidad de él.


Weak Mind |Patrick HockstetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora