La Habitación de Mar

Parte 2: "Algo no anda bien"...

Algo no anda bien…  

Ella se ha sentado en una almohada blanca frente a la tv.
 
En ese momento es la persona más dulce de todas para él.  

Pero Snow está un poco distraído, algo no está del todo bien… 

Al lado suyo hay un platillo con un jugo espeso de naranja.
Un plato de masas dulces, que él no conoce.
Y vasos de vidrios, con puntos de colores...

—Snow siéntate —sugiere Mar —.
—Está bien —se acomoda a su lado, y trata de ser cuidadoso —.

A diferencia de su anfitriona, que esta casual, demasiado casual,
Snow, tiene su pelo húmedo, cara de dormido, un vaquero negro, zapatillas de cuero, y camisa manga corta color gris, de rallas grices.

Es un chico alto, blanco, de cara pálida, pelo un azabache, y ojos cansados.

Esta ahí con ella, y se siente un poco abrumado, aunque también tiene, por una razón que no sabe, mucho sueño...

—Lo siento, no me he cambiado, estoy con la ropa de esta mañana —explica ella —.
—No te preocupes, estás hermosa —replica él —.

Y ni él pudo creer lo que dijo.
Se encontró sorprendido a si mismo.
Y quedo boquiabierto, y la miró, para encontrar su respuesta en ella.

Ella estaba por decir algo, pero se detuvo, se sonrojo,  de una manera rápida, y sus labios se enrojecieron.
Y luego de un cómico silencio dijo:
—Gracias —extremadamente dulce —.

Y escuchar eso lo dejo atónito.
Pues escuchar a una chica decir gracias, en la vida real.
No era  lo mismo, que leerlo en las redes.

—De nada —respondió él, sonrojado también, bajando la mirada —.
Ven la tv, y  hablan sobre un programa que dará más tarde.

Sus ojos se van a sus piernas blancas y rosadas.
Eso le da un choque directo en el pecho, como si se le desprendiera algo.
Retira la mirada,
Y está pensando, que jamás había visto sus piernas tan descubiertas.

Y que sus piernas, lisas y perfectas,  eran demasiado…
De repente,  se sintió abrumado, y hasta atacado por su belleza, Amenazado, pequeño y vulnerable.

— ¿Te gusta el color de mi habitación?, es rosada —comenta ella, terminando la frase con una sonrisa inocente. Tenía un vaso de jugo en su mano, y sus ojos eran enormes y hermosos —Pero no pedí que sea rosada —continuó —En realidad me gusta  el verde agua, Pero me gusta también el rosado —se rió —No lo sé —termino dudosa —.

—Me gusta mucho tu habitación —le respondió él —.
—Gracias —dijo ella otra vez —.

Y él, no sabía que era un sujeto que diera tantos cumplidos.
No recordaba que fuera así.
En la tele pasaba una caricatura un poco sosa.

—Yo no sabía si ibas a venir, Te estaba esperando toda la mañana—comentó ella —.
—Pero vine —la interrumpió él,  con un lindo gesto —.
Ella lo miró en silencio…
—Sí, por suerte Snow, al fin estamos juntos de nuevo —…
—Yo estoy muy feliz por eso —dijo él sincero.  Y extendió su mano y cogió una masa dulce, que la llevo a la boca, con parsimonia, mientras la veía muy acalorado, y la escuchaba —…

Los labios de ella eran adictivos, muy hermosos,  color rosa, y con una apariencia dulce y atrayente.
Mientras se articulaban en muchas palabras...
Su rostro perfecto, y algunos lunares en el cuello, y todos sus gestos…

— ¿Te gustan? —.
— ¿Qué cosa? —…
—Las galletas —
—Sí, están ricas — contesto nervioso —.
—Las hizo mi madre —.
Se estaba comiendo una.
—Valla que talento —opinó —.
—Yo le ayude —.
— ¿De verdad? —.
—Sip —.

Luego tomo jugo.  
Parece que tenía hambre. 
En realidad no sabía cómo termino en en el cuarto de Mar.

—Estaba pensando en ayer.  Sobre lo que hablábamos aquella vez en el parque.
¿Recuerdas?
Fue muy gracioso.
Me divertí contigo.
— comento ella con una gran sonrisa —.
— ¿De verdad? —.
—Sí —.
— ¿Y que más te dije? —…

Él no tenía idea de lo que hablaban.
Cada vez que intencionalmente sus ojos se iban a las piernas de ella,  sentía que su pecho se
descargaba, como si fuera  una fuente que se rompía.
Era como un dolor extraño.

—Me gusta tu ropa —dijo sin dudarlo —.
—Gracias Snow — respondió ella con otro tono amable —Este short, me gusta mucho, siempre lo uso. Y esta remera —…

Ahora, se dio cuenta que cualquier parte de su cuerpo era perfecta.

“¿Cuánto tiempo más piensas seguir acostado?”.

Una voz sonó en el techo, y el paisaje se disloco…

La realidad se diluyo, y la escena desapareció.
Y su mente quedo entre colores y formas entrecortadas. 

“¿Cuánto tiempo más piensas dormir?”.

Decía una voz con eco, en una efímera oscuridad…
Y luego regreso a la habitación.

— ¿Disculpa? —dijo él, pensando que ella había dicho eso. Bastante confuso y asustado —.

—Que te preguntaba si te gustaba el nuevo programa de televisión —repitió ella con delicadeza, y una voz un poco ofendida —...

—Sí, sí, lo he visto, es muy entretenido —.   

Y se olvidó de lo sucedido, Pues ella era demasiado linda para pensar en otra cosa.

Y se distrajo…

Algo no estaba bien. 
Pero algo era mucho peor:
Lo más horrible, era, que a él, simplemente, no le importaba.

— ¿Quieres besarme? —la boca de ella se abrió sugerente, como la alucinación más fuerte jamás vista —…

Y escuchó como ecos y elevo de voces repetitivas.
Y también oyó,  todos los suspiros que ella hacía…

— ¿Disculpa? —preguntó muy confundido. Pues estaba seguro de haber oído a Mar decir eso.
Su corazón se aceleró —...

Y ella solo mantenía un rostro inocente,  y un tano confuso.

—Te estaba diciendo, si conocías el nuevo anime que me pasaron mis amigas. ¿Recuerdas cómo se llama? —explico ella.  Siempre con una sonrisa dulce —.
—Ah no, no sé —.

Ahora estaba preocupado, quedo mirando el suelo …
…
“Snow despierta”.
Dijo la voz que escuchaba.

Y se alejó de la escena, y quedo entre un dejo oscuro, ora vez…

“Estas un poco distraído Snow”.

Seguía la voz,  que sonaba como en un salón, en su mente.
Y él permanecía como en un vacío.
Era una voz tranquila y parsimoniosa. Parecía un poco preocupada y clara.

—Y al final la protagonista descubre la verdad. Pero tienes que verlo, ¿Lo veras? —.
Escuchó a Mar terminar su oración.

—Si claro —,
Otra vez, ignoró lo ocurrido.

Entre ellos había un gran libro marrón, de tapa gruesa, con letras pequeñas, que él no leyó.

—Hoy me dijiste que hacías algo en tu casa.  ¿Qué era? —indago Mar —.
—A vaya, estaba —pensó en alguna mentira — Haciendo compras —…
—Ah, ya veo. ¿Y qué compraste? —…

Esto no parecía tan real, pero ya que Snow estaba en un buen lugar, eso era lo único importante.

...