Para desplazarme hacia los Ángeles decidí que lo mejor sería hacer el trayecto en coche, no pasar por controles como los que habían en el aeropuerto me harían pasar desapercibida.
Cogí únicamente lo necesario y lo metí en una bolsa de mano, para después salir del piso franco en el que me estanciaba y dirigirme a toda velocidad a buscar mi Jeep.
No estuve tranquila hasta que las ruedas del coche pisaron el exterior de la ciudad.
Con un millón de dólares en mi cuenta bancaria me disponía a dejar atrás los últimos acontecimientos y empezar de cero.
Por el momento me alojaría en un hotel y más adelante buscaría un apartamento.
Iba a casi doscientos por hora en una carretera de línea recta que estaba en medio de la nada, comiéndome una rosquilla rellena de crema de cacao y en el coche sonaba la canción de problem de Natalia Kills, ¿Qué podia salir mal?
En esos momentos me consideraba la persona más feliz del mundo, sin nadie con quién compartir mi felicidad pero feliz al fin y al cabo.
Siempre había pensado que a los cuarenta seguiría sola y un grupo de cinco gatos llamaría a mi puerta y dirían: Hola sabemos que ya has llegado a los cuarenta y sigues sola, abrenos...
Reí interiormente al imaginarme los gatos y seguí comiendo rosquillas de la caja que había comprado en la última gasolinera que había parado.
Miré la hora, apenas faltaban unos minutos para que fuesen las once de la mañana y más o menos me quedaban tres horas de camino... Aquello se me haría eterno si se me acababan las rosquillas.
Una hora y media después divisé una pequeña área de servicio y decidí parar a estirar las piernas y tomar algo.
Aparqué mi Jeep en el parking que habia en la entrada y bajé del auto con pasotismo, asegurándome de que cerraba bien el vehículo.
Entré en el local y un olor a café me embriagó completamente, miré a mi alrededor y sonreí al ver el ambiente familiar que había.
Me senté en una silla cerca de la barra y vi como en el televisor que había en aquel lugar se estaban emitiendo las noticias de última hora...
Esta mañana ha sido asesinado Karl Donovan, uno de los mayores magnates de la cadena de hoteles M & S, se cree que ha podido ser un ajuste de cuentas ya que se sabía que todo el dinero que manejaba dicho hombre, no era dinero limpio.
También se cree que pertenecía a una de las mafias más influyentes de Brooklyn...
En la escena del crimen no se ha encontrado ningún tipo de pista sobre quién ha podido ser, solo se sabe que se disparó con un arma de largo alcance y con munición de alto calibre...
Yo oía en silencio todo lo que la mujer de las noticias anunciaba, sonreí al escuchar que no habían pistas en la escena del crimen.
-Buenos días, ¿Qué desea tomar?- preguntó un hombre de mediana edad con libreta en mano para apuntar lo que iba a pedir.
-Solo un café corto- sonreí yo a la vez que el hombre asentía y apuntaba.
Apenas esperé unos minutos y ya tenía el café en frente de mí.
Después de descansar en aquella área de servicio, decidí que lo mejor sería continuar con mi trayecto, al salir por la puerta justo estaba entrando un chico que solo tendria un par de años más que yo, ni él ni yo parecimos percatarnos de que otra persona estaba pasando por la entrada, así que como era de suponer nos chocamos.
-Joder...- susurré yo casi perdiendo el equilibrio.
-Perdona- dijo el chico sujetándome por la cintura, evitando que me cayese, acto que me molestó mucho... A mi nadie me tocaba... Me deshice rápidamente de su agarre y le miré por un breve instante, en ese momento supe que no sería ni la primera ni la última vez que le viese.
Negué con la cabeza restándole importancia y salí de aquel sitio pitando para después continuar con el trayecto.

ESTÁS LEYENDO
Alexa
Teen Fiction"El amor te mata en este negocio, esa mierda no tiene cabida en esto, no puede traerte nada bueno..." Y de esta manera Alexa rompió la única regla que seguía y cayó de lleno en aquello en lo que nunca creyó.