CAPÍTULO 18

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Me separé de él una vez sentí que me había repuesto.

-Me siento estúpida... Dios- dije mientras me frotaba la sien.

Él se limitó a reír levemente y le miré algo seria. Ante eso intento ocultar la sonrisa y levantó las manos en señal de inocencia.

Quería ir a dormir y que toda aquella mierda desapareciese.

Rodeé a Ryder y me encaminé a la cama, empezando a retirar las sábanas para meterme en ella.

Me acomodé y me arropé bajo la atenta mirada de Ry.

-¿Qué? Tengo resaca y sueño... Lo único que quiero ahora es descansar.

Se quedó quieto en su sitio, sopesando que debía hacer y finalmente se encogió de hombros y se empezó a quitar los zapatos y la chaqueta de traje, para después dirigirse a la cama y tirarse a mi lado quedando boca arriba.

Le miré inquisitiva y tardó en corresponderme la mirada.

-¿Me vas a echar?

-No se puede luchar contra los molinos de viento... Así que haz lo que te apetezca- medio sonreí- Buenas noches- dije dándome media vuelta y dejando mi espalda en su dirección.

-Descansa...- fue lo último que escuche antes de sumirme en un profundo sueño.

(...)

Desperté por un fuerte ruido que parecía haberse producido muy cerca de mí.

Me levanté de golpe dispuesta a agarrar la pistola que tenía debajo de la mesilla de noche, y una vez la alcancé apunté a la puerta de mi dormitorio que se encontraba abierta.

Me aseguré de que todo estaba en regla dentro de mi habitación y poco después escuché maldiciones entre murmullos.

Mis pies tocaron el suelo y se movieron rápido y con cautela sobre el suelo, evitando cualquier tipo de ruido.

Entré al salón aún con la pistola por delante de mí y lo que vi no me pudo sorprender más.

Ryder estaba en la cocina, preparando algo para comer, o al menos intentándolo...

Percibió mi presencia y se dió la vuelta, nada más verme, con la pistola apuntándole y mi cara de sorpresa, levantó las manos inocente.

-Me cago en... No sabes el susto que me has dado, joder- reproché bajando el arma y mirándole fijamente.

Él medio sonrió de lado, casi apenado por mis instintos más básicos de proteger mi vida.

Se acercó a grandes zancadas a mí y yo miré a los lados, siendo incapaz de mantenerle la mirada.

-Alexa...- susurró llamando mi atención una vez estuvo delante de mi- Aquí estás a salvo, nuestra seguridad es muy buena- dijo frotando mis hombros para intentar quitarme el mal cuerpo.

Suspiré y finalmente asentí, sintiendo como se formaba una sonrisa en los labios de Ryder.

-¿Qué hacías?- pregunté asomándome por detrás de su cuerpo para alcanzar a ver lo que tramaba.

Se rascó la nuca algo nervioso y pude darme cuenta de que sus dotes culinarias eran pésimas.

-Era un intento de cena...

-¿Cena?- miré por el ventanal y vi que ya estaba casi oscureciendo.

-Es lo que tienen las resacas... Que te hacen dormir todo el dia- bromeó Ryder.

-Callate...- medio sonreí, sonrisa que se borró al ver el humo negro que salía de la sartén- ¿Pretendes que cenemos carbón?

-Mierda- dijo cuando se dio la vuelta y vio la que se había liado en pocos segundos.

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