Pasé el resto del día en el apartamento, mostrando cierta apatía hacia cualquier actividad que pudiese hacer para distraer mi mente.
Pensaba que todo sería paz y tranquilidad, pero no tardaron mucho en molestarme. Escuché un par de golpes en la puerta y sin mucho ánimo me levanté a abrir, encontrándome con Marcus.
-¿Qué quieres?- pregunté cruzandome de brazos.
-Adam te quiere ver...
-¿Qué te hace pensar que me importa?- reí amargamente.
-Tú sólo ve, ¿Vale?
Suspiré con resignación y asentí para después salir del apartamento, no sin antes cojer las llaves.
Seguí a Marcus y pronto llegamos al ascensor, para después subir a la sexta planta y cojer el pasillo de la derecha, encaminandonos al despacho de Adam.
Marcus llamó un par de veces antes de entrar, pero si por lo hubiese sido, no hubiese ni llamado.
-Adelante- escuchamos la gruesa voz de Adam antes de entrar.
Marcus abrió la puerta y una vez pasé, éste mismo cerró la puerta y se quedó fuera del despacho.
Adam se encontraba sentado en un sillón al lado del gran ventanal que había en aquel lugar, y nisiquiera se molestó en voltearse para hablar.
-Alexa... Realmente mis intenciones hacia ti son buenas, no miento cuando digo que te quiero en mi equipo y como parte de mi gran familia- dijo refiriéndose a todos los que trabajaban para él- Pero me lo pones muy difícil... Entiendo tu rencor hacia mí, de verdad que lo hago...- dijo, pero no le dejé continuar y corté su palabrería de una manera muy brusca.
-¿¡Rencor!? No... Tendrías mucha suerte si sólo fuera eso- reí de manera macabra- Asco, repugnancia, ganas de matarte... Eso es lo que siento hacia ti- y dicho eso se volteó en mi dirección con un rostro inexpresivo que indicaba amenaza.
-Intentas cubrir tu dolor con esas palabras... Toda tu actitud es una tapadera, Alexa... ¿Donde está la niña que conocí? Esa de sonrisa tierna, hoyuelos en las mejillas y ojos chocolate que solo expresaban cariño...
-No, no... Esto- me señalé- no es ninguna tapadera... Ésto, es en lo que me has convertido... Dejé de ser esa niña cuando decidiste matar a tu mejor amigo... Cuando decidiste matar a mi padre- sentencié recordando todos los buenos momentos de niña en los que Adam estaba. El tío Adam, así era como le llamaba.
-Alexa, lo que pasó entre tu padre y yo no fue un simple ajuste de cuentas por deudas- dijo intentando justificar lo que hizo.
-Da igual por lo que fuese. Era tu mejor amigo y lo mataste... A él, a mamá... Y me hubieses matado a mí también de no ser porqué ella me protegió con su vida- susurré no siendo capaz de pronunciar las palabras en alto. Pero Adam escuchó todas y cada una de las cosas que dije.
-Mi pequeño colibrí...- dijo él llamándome por el apodo que utilizaba conmigo de niña. Porque nunca estaba quieta, al igual que esos pájaros.
-No me llames así- espeté recuperando mi voz y soltando esas palabras con asco- Yo ya no soy nada tuyo...- mis palabras parecieron dolerle, pero supe que todo aquello era una actuación por su parte, no creo que nunca le importaramos una mierda, ni yo, ni mamá y mucho menos papá.
Abrió la boca para hablar pero supo que en su defensa ya no podía decir nada más, así que calló... Hubo un momento de silencio en el que yo le miraba y él a mí, sin saber que decir para exculpar sus crímenes. Escuchamos la puerta y enseguida dirigimos nuestra mirada a ésta... Y deseé no haberlo hecho.
Ryder asomó su cabeza y enseguida comprendió que había interrumpido aquella peculiar reunión, si así se le podía llamar.
Los ojos del chico se encontraron con los míos y alcé una ceja con indiferencia ante la situación, para después dejar de mirarle.
-Lo tenemos- informó Ryder a su padre después de algunos segundos en silencio.
Vi por el rabillo del ojo como su padre asentía sin decir nada, como si estuviese ido... Abstraído en su mente.
-¿Todo bien?- preguntó el hijo frunciendo el ceño al notar a su padre tan ensimismado.
-Eh... Si, si... Todo bien, hijo- dijo haciendo un gesto con la mano, restándole importancia. Se frotó la sien con cansancio y con eso di por finalizada la conversación.
-Si ya has terminado, Tío Adam...- dije deleitandome con aquel apodo, burlándome de él- Me voy- sentencié dirigiéndome hacia la puerta, hacia donde estaba Ryder.
-Alexa - reclamó Adam, y enseguida volteé- Nunca he tenido la intención de matarte...- dijo, y aún que no lo quise admitir supe que en sus palabras había sinceridad.
-Hiciste algo peor... Y ya no vas a poder arreglar eso- dije, para después retomar mi camino hacia la puerta, viendo como Ryder se apartaba dejándome pasar.
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Alexa
Teen Fiction"El amor te mata en este negocio, esa mierda no tiene cabida en esto, no puede traerte nada bueno..." Y de esta manera Alexa rompió la única regla que seguía y cayó de lleno en aquello en lo que nunca creyó.